Excavando una salida

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🇫🇮🇳🇴
Oye… Nor… -susurró Finlandia al oído izquierdo del noruego.

-¿Mph? -respondió Noruega, con su voz fría de siempre.

-¡Deja de decir eso! ¡Me haces acordar a Ruotsi? -protestó el finlandés, nervioso.

-¿Decir… qué…? -preguntó el noruego, confundido.

-¡”Mph”! ¡Deja de decir ese “mph” que me causa tantos escalofríos…! -exigió Finlandia.

-Mph… -insistió Noruega, mientras le clavaba al finés su mirada celeste y vacía, que se veía aún más terrorífica a la tenue luz de la linterna que iluminaba precariamente el lugar.

-¡NOR! -lloriqueó el finés, reconociendo para sus adentros que, en ocasiones, el noruego asustaba todavía más que el sueco.

-Ya, está bien, deja de gritar.
Mejor coge esta pala… -sugirió Noruega, y de inmediato le lanzó a Finlandia la herramienta que, sin embargo, solo cayó desde la pendiente donde estaban trepados hasta el suelo rocoso de la cueva, haciendo un estrepitoso ruido metálico. -¿Por qué no la has atrapado? -inquirió entonces, algo contrariado.

-¡PORQUE TÚ ME LA HAS LANZADO AL LADO DERECHO! ¡¿ACASO NO RECUERDAS  QUE TENGO ESE BRAZO LESIONADO! -replicó el finlandés, histérico.

 -Mph… -solo atinó a decir el noruego, al darse cuenta de su error.

-¡NOR!!!! ¡DEJA DE GRUÑIR COMO RUOTSI!!!!!!!

-Perdón… No lo haré más… pero solo si tú dejas de chillar como una nenita cuando ha visto a un troll…

 -¡¿QUÉ DIJISTE?! -exclamó Finlandia, muy molesto.  

-Nada… ajam… -carraspeó el noruego, tratando de hacerse el disimulado-. Que ya no escuchó ningún ruido afuera, y, además, la nieve ha dejado de colarse al interior.
La avalancha parece haberse detenido.

-Es… es verdad…
Deberíamos cavar una salida lo antes posible, antes de que la batería de tu linterna y de mi celular se agoten.

-Estoy de acuerdo.

Inmediatamente, ambos nórdicos bajaron con cuidado desde la elevación donde se habían refugiado hasta la base de la cueva, cubierta parcialmente por la nieve. El finlandés lo hizo con más dificultad, al hallarse limitado por su hombro herido.

-¡Vaya… quién diría que toda esta nieve se filtró a través de una abertura tan pequeña como esa! -comentó el finés, mientras señalaba la estrecha entrada delante de ellos, bloqueada casi en su totalidad por la avalancha.

-Sí, es verdad.
Recoge tu pala, y comencemos a trabajar.

Finlandia obedeció de inmediato. Al poco rato, ambos se hallaban cavando.  

Sin embargo, no habían pasado ni cinco minutos cuando el finés empezó a quejarse.

-Ahhhh... me duele…

-¿Qué te duele? -preguntó el noruego, girando ligeramente la cabeza, pero sin dejar de trabajar.

-¡MI HOMBRO!!!! -lloriqueó el finés-. ¡Nor, no puedo ayudarte a seguir cavando! ¡Lo siento!!!!

Sin decir más, se desplomó sobre el terreno.

-Grrr… -gruñó Noruega, algo molesto. ¿Finlandia no podía ser tan débil, verdad?
-Oye, ¿eres tu Finland, el que derrotó a Russland en la Vinterkrigen, o una niñita que se lastimó saltando a la cuerda? -le preguntó, con algo de mordacidad.

-¡¿QUÉ INSINÚAS?!
El finlandés se encontraba claramente ofendido.    

-Nada…
El noruego lanzó un suspiro. Él también estaba golpeado y se sentía agotado, y si Finlandia no le ayudaba, sus planes de evacuación se retrasarían…

Excursión sobre la nieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora