Los Viajes de Doom: El mítico y mágico Guiaro

Recuerdos

Por fin habían llegado, el rojo ya no podía más con el calor y el hambre, estaba deseoso de un largo y frío baño; sí, le gustan calientes, pero ni alguien tan desequilibrado y estúpido como él tomaría un baño caliente con semejante calor, eso era un suicidio.

El grupo de seis hombres ya habían cruzado las murallas que resguardaban a la hermosa Ledesma de todo peligro exterior y se encontraban desfilando por las pedregosas calles de la ciudad, contemplando las muy bien cuidadas viviendas; Lord Mitwik siempre había mantenido una fuerte política con respecto a la higiene de las ciudades, lo reluciente de sus dominios y su dura postura con respecto a la limpieza hizo que los territorios en su poder segasen el título de los dominios más limpios y con mejor calidad de vida, superando a grandes urbes con señores de casa con mayores dominios, como: Porto Bello, en Biardha; Bimastia en Tajhal; e incluso Mohana, la gran capital del reino y sede obviamente del rey.

Observando las alucinantes chozas altas, hechas de madera de abedul y con unos techos compuestos de paja. Doom estaba checando a ver si encontraba una buena posada donde poder hartarse como un cerdo, tragar hasta reventar y quizás encontrar a alguien atractivo e interesante para "charlar un poco"; por su parte Kalir estaba echando un ojo a las edificaciones, observando cada detalle y clasificándolas, era obvio lo que busca: una casa llena de putas, el paraíso terrenal según él; su virilidad estaba loco por ajusticiar a una de esas exóticas "pueblerinas". Por su parte, Dalier buscaba un lugar donde poder dormir, se había despertado bastante temprano y quería darse un baño y descansar.

Mientras iban mirando los alrededores de la ciudad, se percataron de que un caballo se acercaba a alta velocidad, con un hombre alto que portaba una armadura completa y en su peto llevaba el blasón de la Casa Landon: Un montón de estrellas doradas en campo de sables; todo esto haciendo alusión al firmamento, algo que está bastante ligado a la historia de su casa. El hombre del caballo se detuvo y se dirigió a Doom, se desmontó de su animal, se puso frente al trotamundos y dobló la rodilla.

—Lord Trotamundos, mi señor padre, Jar Landon, desea verlo—dijo el joven Landon elevando su cabeza mientras se encontraba arrodillado—. Le daremos la bienvenida que se merece.

—Joven señor, poneos de pie—respondió el Redhood con mucha formalidad, algo poco inusual en él—. Dígale a vuestro padre que con mucha gratitud aceptaré su calurosa bienvenida.

—Gracias, mi señor. —contestó el hombre poniéndose de pie—. Seguidme, yo os guiaré la morada de mi Casa.

—Adelantaos—dijo el rojo al hombre—, ya conozco el camino, le alcanzaremos en un momento.

—Entendido—respondió el joven lord, montándose en su animal y tomando las riendas para dirigir a su caballo a su destino.

Doom y sus acompañantes vieron cómo se iba alejando Jared, el primogénito de Lord Landon, futuro sucesor de éste como Protector de Ledesma, Señor de Fuerte Estrellado y Guardián del sur de Baryx. Mientras el muchacho de la armadura brillante iba desapareciendo entre el mar de viviendas que habían en la ciudad, Lyr se volvió hacia el Trotamundos y le miró fijamente para luego acercarse y decir:

—Cuánta formalidad, Trotamundos, es algo muy extraño en ti—le dijo dándole un pequeño golpe con su puño.

—Es necesario, no quiero ser descortés con los abanderados de mi padre y menos de casas como los Landon o los Nepe...—le contestó el rojo muy serio para luego ser interrumpido por el joven de cabello azabache.

—Neper, mi señor—corrigió Nomar.

—Eso mismo—dijo el Redhood volviendo a su actitud de siempre—. Me gustaría mantener las cosas como están. Ambas casas tienen una muy buena relación con mi padre y con la estirpe de la cual soy partícipe; todo esto se remonta a tiempos antiguos, dichas casas fueron las primeras en proclamar a mi ancestro, Enjart, como rey.