A la mañana siguiente me despertó un ruido que provenía de la calle — ¿Y ahora qué? —, al asomarme me encontré con maquinaria de construcción moviendo vigas, tierra y muchas otras cosas en el terreno baldío frente al complejo — ¿Bromeas cierto? Díganme que es una broma, son las siete de la mañana, por el amor de dios —. Me levanté de la cama y cerré la ventana de la sala, aun así se seguía oyendo demasiado fuerte todo el escándalo que había fuera; pronto me di cuenta que no iba a poder estar dentro del apartamento echado o dormido porque la construcción me lo impediría, así que decidí salir de ahí, quería hacer todo menos soportar aquel escándalo.
Una vez en la calle me hallé caminando sin rumbo fijo hasta que di con un estanque de patos en medio de un parque, ir hacía allá parecía una buena idea hasta que en mi campo visual apareció una maraña de cabellos negros mal acomodados. — ¡Koneko-chan! — Gritó fuertemente y yo deseaba me tragará la tierra, me di la vuelta intentado simular que no lo había visto pero su brazo se aferró a mi cuello y revolvió mi cabeza — ¿Qué haces por aquí, Koneko-chan? — yo solo lo miré con odio, no podía quitármelo de encima así que opte por hacer eso en vez de intentar luchar contra su voluntad.
- Estaba pensando llevarte a comer cerca de aquí.
- ¿Ah sí?
- Sí, hay un lugar en el que me siento muy cómodo y cocinan rico ¿Quieres?
- Paso.
Entonces me sujetó fuertemente del brazo, me sonrió maliciosamente y yo suspiré ¿Por qué siempre tenía que verme involucrado en ese tipo de situaciones? Aunque tampoco era como si yo pusiera mucha resistencia, sería problemático.
Terminamos frente a un lugar con apariencia de casa normal. Arqueé la ceja y Kuroo solo rio muy fuertemente, tomó mi mano y me arrastró dentro de la construcción. Entrando el chico comenzó a gritar que ya había llegado, que esperaba que estuviera la comida preparada y lista para comerse o se enojaría mucho, mi confusión no dejaba de aumentar porque mientras decía esas palabras con tono sarcástico no había nadie que le contestara. — Eh... Kuroo — Y de pronto salió una chica de coleta alta y cabello teñido de color rosa pastel, complexión delgada y un poco más alta que yo.
- Mamá, Tetsuro trajo un amigo ¿Me puedes pasar otro juego de cubiertos? — Gritó mientras se volvía a meter a la que seguro era la cocina.
- Kuroo...
- Ven vamos a ayudar a poner la mesa ¿Ves ese cajón con una estampa de conejo blanco? — Voltee a donde me señalaba y asentí cuando vi el conejo — Ve ahí y saca siete manteles de los individuales, de los negros los blancos no me gustan mucho, por favor.
Comencé a sacar los manteles y colocarlos en la mesa frente a cada silla, mientras observaba una de las paredes que estaba al lado de mí, eran muchas fotos de muchachos entre los dieciocho y veinticinco años todos de distintas nacionalidades, era un collage bastante interesante. Pasé mi mirada por cada renglón de fotografías y al llegar a la última me encontré con la cara sería de Kuroo y su cabello peinado hacia atrás, una risa rápida se escapó de mi boca cuando la muchachita mencionada anteriormente llegó a colocar los tenedores y cuchillos.
- ¿Te gusta la carne...? Emm ¿Cómo te llamas?
- ¿Eh? ¿Yo?
- ¿Quién es tu amigo Tetsuro? Parece un gatito asustado — Una señora delgada y de buen cuerpo con un mandil de gatitos negros iba saliendo de la cocina para hacer el comentario y dejar la olla con la comida justo en el centro — Me llamo Elizabeth, pero puedes decirme Eli, ella es mi hija Charlotte y pues ya conoces a Kuroo.
ESTÁS LEYENDO
Flower Boy
FanfictionHoy en día las historias de amor están sobreestimadas, pareciera ser que sólo tratan de dos personas que buscan el amor y cuando lo encuentran (o no) termina la historia... ¡Así no son las verdaderas historias de amor! ¿Dónde está el antes y el desp...