Flower Boy

Crisálida

Habían pasado tres meses desde el incidente, ya no tenía que tener el yeso pero si vendas. Pronto tendría que regresar a la escuela a presentar exámenes y proyectos además de continuar con mis clases de manera presencial, no estaba particularmente emocionado por la parte de regresar y tener que ver la cara de las personas pero Shouyo decía que tenía que enfrentar mis "fantasmas" tarde o temprano y que no podía quedarme tomando clases a distancia hasta la eternidad "Es importante relacionarse con los demás, no te vas a quedar leyendo libros en tu casa hasta que mueras ¿O sí?" yo siempre le contestaba que sí cuando me lo comentaba, él reía y yo le sonreía mientras aceptaba sus golpes humildemente.

Me había vuelto más cercano al muchacho, siempre estaba en la casa haciendo cualquier cosa, escuchando música o durmiendo en mi sofá, veíamos películas de vez en cuando y todos los días se tomaba el tiempo de desayunar conmigo mientras me contaba cómo le iba en sus entrenamientos. Hablaba mucho de un muchacho, Kageyama Tobio se llamaba, según esto se había integrado no hacía mucho y a palabras del pelirrojo era un egoísta agresivo malhumorado setter de ojos bonitos – Es que, a ver, nadie puede tener tan mal humor y aun así ser súper talentoso, lo que más me molesta son sus ojos ¡Esos... ojos! O sea es súper agresivo conmigo, me trata mal y me habla peor, pero cuando estamos jugando es como ¡Ah! Me molesta ¿Sabes? Es como si no le pudiera decir que no a nada y aunque quiera, me obliga a hacer lo que él quiere-.

El día había llegado, Hinata decía que era mi "metamorfosis" – Eres como una mariposa, Kenma, simplemente creo que te ves más hermoso de lo que ya eras -. El plan de Hinata había sido un cambio completo de look, gastamos mucho dinero remodelando mi armario para tener ropa más de "ese siglo". Chaquetas de cuero, jeans apretados, playeras con modelos interesantes, tenis de diferentes colores, zapatos negros, entre otras cosas, en esa ocasión llevaba jeans, tenis, una playera de manga y cuello largo color carmesí y un suéter negro encima; Shouyo era la imagen de su equipo y de vez en cuando le tomaban fotos con patrocinadores, así que tenía un buen gusto en ropa. Salí del edificio un poco intimidado, era la primera vez en meses que salía de ahí sin compañía y el corte de cabello no ayudaba mucho, aun así le hice frente a mis problemas y partí hacia la escuela.

Pasé desapercibido hasta llegar a mi salón, todos los presentes me vieron sorprendidos ¿Me habrían reconocido? – Mr. Kozume, es una alegría que vuelva a integrarse a nuestras clases ¿Cómo siguen sus heridas? Recuerde que cualquier problema que tenga puede acudir a sus profesores, cualquiera ¿De acuerdo? Pondremos más atención en usted de ahora en adelante -. Asentí tímidamente y me dirigí al primer lugar vacío que encontrara. Al finalizar la clase algunos se acercaron a mí, las chicas principalmente, me preguntaron sobre mi nuevo look y que era lo que había pasado, no les conté en realidad nada, solamente que me había fracturado el brazo y fisurado algunas costillas.

- Oh... que horrible.

- Si te sientes mal puedes decirnos ¿No?

- ¡Sí, sí! Confía en nosotras, Kozume.

- No vamos a dejar que te vuelvan a hacer daño.

- ¿Disculpa? – Ya estaba por irme pero ese comentario me había sacado de mi órbita.

- Es solo un rumor... pero dicen que un grupo de chicos fueron lo que causaron esto ¿Es cierto?

- Emm...

- No lo molestes, Cindy, seguro no quiere hablar de eso ¿Verdad?

- Algo así.

- ¡Ah! Lo siento mucho, enserio – La chica cubrió su boca y luego paso sus manos a la altura de su pecho -, si es cierto o no, no importa, de ahora en adelante te cuidaremos.