Despacito (Blumettra)

8. La noticia

~ Y de repente pasa, algo se acciona, y en ese momento      sabes que las cosas van a cambiar y han cambiado.

  Y a partir de ahí, nada volverá a ser lo mismo...nunca ~

Cuando Alex abrió su ojo derecho a la mañana siguiente, tuvo la sensación de haber perdido la cabeza o de estar soñando aún. Estaba tumbada apoyada sobre el brazo, y Elettra boca abajo durmiendo a su lado. 

Era sin duda la habitación de Elettra, y no entendía como podían haber dormido juntas. " Tía...¿qué coño pasó ayer? No me jodas que me emborrache y no me acuerdo de nada...".

Alex permanecía inmóvil, mirando de  reojo a su alrededor, pero incapaz de mover ni un músculo. A su lado, Elettra parecía casi no respirar de lo profundamente dormida que estaba.

Habían pasado ya varios minutos, cuando Elettra se acomodó un poco y cambio de lado su cara, quedándose frente a una todavía en shock Alex.

Entonces fue cuando Alex por fin pudo volver a ver a Elettra durmiendo, esa cara angelical que parecía no haber roto un plato nunca, esos labios ligeramente abiertos, y esa nariz tan perfectamente pequeña. " Si la belleza tuviera un nombre, sin duda sería el de ella".

De repente, algo golpeó a Alex... La realidad. Su cabeza pareció despertar de golpe y mandarle un mensaje de cordura y responsabilidad. Alex inmediatamente se incorporó de la cómoda cama, quedando sentada de espaldas a Elettra, la cual, debido al repentino movimiento, abrió los ojos asustada. 

- ¡¿Qué?! ... ¿Qué pasa?

- ¿Qué hago aquí? - preguntó Alex sin mirarle.

- Joder, que susto... - Elettra cambió de posición para quedarse tumbada boca arriba, y Alex se giró levemente para mirarla y pedir explicaciones - ¿Qué pasa? No pasa nada. Te quedaste dormida mientras te daba un masaje.

Alex respiró, eso sí lo recordaba, Elettra se había ofrecido a darle un masaje porque no se encontraba bien.

- Y no quise despertarte, así que me dormí y ya... - Elettra hablaba y miraba a Alex extrañada, y ésta no podía sentirse más ridícula. 

- Joder, lo siento...soy imbécil.

- ¿ Pero por qué tan rara? - A Elettra realmente le costaba entender que la chica liberal y divertida ahora fuera así. - ¿Tanto te cuesta estar a mi lado?

- No es es Eli, - Alex ya se había girado completamente y estaba sentad mirando a la italiana. - Es que llevo unos días un poco agobiada y confundida y buff... 

- Sabes que si quieres puedes contármelo - dijo Elettra sentándose en la cama también. - Ya te dije que soy muy respetuosa. No haré ni diré nada que te ponga incómoda.

- Ya, eso ya lo sé... 

- Además, si te sirve para que te relajes... Yo también estoy con alguien. - Alex miró a Elettra un segundo, y luego bajó la mirada y sonrió. - No me gusta hablar de mi vida delante de la cámara, pero así a lo mejor tu no te sientes mal conmigo. 

- No me siento mal contigo Eli, nunca lo he hecho...

- ¿Entonces? - Elettra le agarró la mano a Alex suavemente - Dale parsera, ¿qué tienes?

Alex y Elettra no pudieron evitar reírse. Nunca habían sido demasiado buenas comunicándose, pero al final siempre se habían entendido, e incluso en los peores momentos, siempre se habían apoyado. 

Alex no poder a creer que fuera a compartir eso con Elettra, solo se lo había dicho a Noemí  Y ni siquiera ella misma había sido capaz de asimilarlo todavía.

Alex levantó la vista, y con una lágrima en los ojos se encontró con la mirada de Elettra, esperando, comprensiva, tierna... - Estoy embarazada.

En cuanto Alex dijo esas palabras, se le escapó otra lágrima y bajó la mirada a sus manos, que todavía estaban entrecruzadas con las de Elettra. Esperó segundos, que a ella le parecieron hora, y volvió a buscar la mirada de ella.

Elettra  la miraba feliz, la miraba con una sonrisa enorme en la boca.

- Felicidades... - le dijo con voz de niña tierna, y Alex no pudo evitar una risa a la vez que le caían más lágrimas. -¡¡Felicidades de verdad!!

Elettra se lanzó a darle un abrazo y esto rompió los esquemas de Alex, que rompió a llorar. - Noooo amore, ¿pero por qué lloras?

- ¡¡¡Estoy acojonada tía!!! 

Alex lloraba y reía a la vez, intentando taparse la cara evitando que Elettra la viera así. 

De repente, Elettra cogió la cara de Alex con sus dos manos - Mírame... - Alex obedeció, tranquilizándose - Aún recuerdo la prueba de los bebes... ¡Vas a ser la mejor mama del mundo! - Para entonces Elettra ya tenía los ojos vidriosos - Bueno, después de la mía obvio... ¡¡Pero tú va a ser la segunda mejor mama del mundo!!

Alex soltó un carcajada de alegría y incredulidad y se abrazó a Elettra, la niña que conoció y que le acababa de demostrar que siempre seguiría allí por ella. - Pues si tu supieras... - le contestó riendo - esa prueba siempre dije que ojala me hubiera tocado hacerla contigo.

- Va ffanculo Alexandra, ¡Si no sabíamos cuidar ni de Francis el peluche!  

Ese día Elettra y Alex se pegaron horas hablando encima de la cama, y se entregaron la una a la otra, no físicamente, sino sentimentalmente, y por fin sin escudos...