El hijo de la maestra || Jikook

TRABAJO

CAPÍTULO DIEZ 
Trabajo

Iba feliz, caminando a su trabajo, en el cual llevaba tres días laborando. Jimin se había vuelto ayudante de la chica de la fiesta, la que después se presentó como Maestra Jade Smith, una extranjera recién llegada de Estados Undos.

Smith era una veinteañera rubia, de ojos gigantes, sonrisa brillante, ella era 50 kilos de pura perfección.

Jimin estaba muy contento de haber encontrado un medio para sacar dinero, y es que, realmente la necesitaba. Smith fue muy comprensiva, el primer día le pagó con 30 dólares, ese día Jimin comió apropiadamente, compró algo de ropa y hasta pensó en ir a buscar un pequeño lugar que pudiera rentar. El único problema era que esos dólares eran pago de el mes entero, la mujer no podía consentir a su nuevo trabajador.

— ChimChim... — Dijo la rubia

Jimin volteó su cabeza hasta encontrarse con la esbelta figura de la mujer tirada en el escritorio con un hilo de saliva saliendo de sus delgados labios y con los párpados cerrados.

— El ojo nos está viendo...

El chico no pudo aguantar y soltó una estruendosa carcajada haciendo que Smith saltara de su lugar.

Estaban en su hora libre, habían tenido tres horas de clase con primer año y Jade ya no podía más. Sus pies dolían y sus ojos no podían mantenerse abiertos. El día se estaba pasando extremadamente lento, pues, había tanta tensión que podía cortarse por la mitad con un cuchillo. Los dueños de la institución habían discutido con los profesores sobre el tipo de enseñanza que se impartía en el plantel, al final, como era de esperarse, los profesores perdieron la batalla.

Jimin se acercó a ella con una botella de agua.

— Sé que no es mucho pero te ayudara a refrescarte...

Park se sentía de la misma forma que ella, simplemente no podía mantener su mente en una tarea, aunque fuera la más simple.

— ¡Oye Jade! ¿Tu ayudante esta libre? — Preguntó la profesora Hara desde el salón de al lado.

"Mierda" Pensó Jimin.

• • •

— Es algo sencillo, lo harás sin ningún problema — Dijo Hara — Sólo son 30 minutos...

Tomó la hojas entre sus manos y comenzó a leer. Tres problemas de álgebra, era pan comido para Jimin pero le aterraba dar clase  al grupo de tercer año, eran conocidos como los más hiperactivos, más cuando la daría el solo.

Tomó aire, acomodo sus ropas y se dispuso entrar al salón y dar lo mejor de si.

— Hola, mi nombre es Park Jimin y hoy voy a suplir a su profesor de matemáticas.