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Lo primero que vi cuando abrí los ojos, fue el techo de mi habitación.

Miré a mi alrededor. Todo estaba en su lugar. Estaba puesta con el mismo vestido del baile, sólo que rajado, como si alguien hubiera jugado con un cuchillo. Mi cabeza dolía como los mil demonios.

¿Por qué no me acuerdo lo que pasó ayer?

Estaba en el baile con Denzel y un señor de subió a la tarima, dijo mi nombre y el resto es borroso. ¿Cómo llegué a casa?  De eso no me acuerdo. Me sobé la cabeza. Era como si miles de trabajadores estuvieran taladrando.

Salí de mi cama para irme al baño.

— Oh mi Dios — salió de mis labios cuando me miré en el espejo.

Estaba totalmente demacrada. Mis mejillas estaban con hematomas. Mi labio y ceja partidos. Mis ojos hinchados y rojos. ¿Qué mierda me sucedió?

« Eres una perra muy ruidosa. »

Gruñí de dolor en cuanto ese flash vino a mi cabeza.

¿Habré tomado de más?  Oh Dios, espero no haber hecho alguna estupidez. Cora, necesito hablar con ella.

— ¿Aló?

— Cora, ayúdame.

— ¡Oh, Raven! ¿Estás bien?

— ¿Por qué no lo estaría?

— Pues, ayer Ivan me dijo que un amigo suyo te llevó a casa, ya que te encontró desmayada en el piso. Según me dijeron, es que te caíste de cabeza y te desmayaste.

¿Y cómo me hice los moretones del rostro?  Esto no tiene sentido. Hay algo que están ocultando.

Ven a mi casa, por favor. Esto es urgente.

—  Okey, estoy en media hora.

Salí del baño y dejé el celular en la cama. Me froté la cabeza frustrada. Esto no me gusta nada.

Salí de mi habitación con sumo cuidado. Eran las cinco de la mañana, no quería despertar a mis padres.

— ¡Oh, Max!— escuché el grito de mi madre.

— Karla, joder...así, así...

— Conejito, más fuerte...

Se escuchaba el sonido chocar de las pieles. ¿Dije despertarlos? Sí, claro.

— Karla...cariño...espera, nuestra hija va a aah....sigue, nena...

— Sabes que es mi paleta de helado favorita— escuché decir a mi madre.

Me dieron arcadas, tuve que irme corriendo hacia el primer piso. No era la primera vez que los escuchaba decir ese tipo de cosas, pero jamás me acostumbraba. Carajo ¿qué hijo se acostumbraría a eso?

Oí los toques en la puerta. Era Cora. Me apresuré en abrirle la puerta. Ahí estaba ella, con cara de no haber dormido y el maquillaje corrido. Me hice a un lado para que entrara.

— Primero que nada, conocí a un chico guapo en el baile— dijo, a penas entró.

Las dos nos sentamos en el sillón.

— Necesito que me digas todo lo que ocurrió.

Ella hizo un mohín con los labios — Bueno, entré al baile y me quedé sola por diez minutos. Luego, te vi entrar con Denzel. En esos momentos, un dios griego se acercó a mí y entablamos conversación. En eso, el señor que estaba hablando por el micrófono llama mi atención cuando dijo tu nombre. Tú saliste corriendo y el hombre te fue a seguir. Denzel, Dexter e Ivan habían desaparecido de mi campo de vista. Lo siguiente que supe es que Ivan me sacó de la fiesta diciendo que teníamos que irnos. Por cierto, sus manos son suaves. Bueno, como te decía, pregunté por ti y me dijeron que un amigo de ellos te encontró desmayada y te estaba llevando a casa. Pregunté quien y me dijeron que fue...

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