— ¿Y me dices que no te dijo al final nada? Osea, sí te dijo que te desmayaste pero no la causa. ¿Eso es el algo misterioso, no? Déjame averiguar, Raven. Años viendo "Pretty Little Liers" deben servirme para algo.
Mordió un pedazo de su hamburguesa de carne. Un poco de ketchup quedó en la comisura de sus labios. Agarré un pañuelo y le limpié la boca.
— No lo sé... — dije dudosa — Creo que es mejor dejarlo así. Además, ya no tengo nada que ver con eso. Ya pasó el baile.Ya no más acoso. Ya no más Denzel.
Las palabras salían de mi boca de manera monótona, pero yo no las sentía así. Ardían en mis labios. Mentira y más mentiras. Una gran parte de mí se sentía atraída hacia Denzel de maneras inexplicables. Había algo en él que no estaba bien y deseaba saberlo. Pero la parte razonable de mi cerebro me decía que él ya no tenía nada que ver conmigo, que tenía que dejar de pensar en él. Por más curiosidad que tenga de él, tenía que desecharla. Obviamente elegí la parte razonable y no estaba equivocada. Decidí no pensar más en Denzel por más difícil que sea.
— ¿Tú? ¿La persona más curiosa del mundo? Pfff, ¿qué más sigue? ¿Anastasia siendo ama? No me hagas reír, por favor. Te conozco desde hace tres años y sé lo suficiente como para saber que lo que acabas de decir es mentira.
Resoplé. ¿Por qué carajos me conocerá tan bien?
— Pero entiende. Tal vez lo que dije es mentira pero debo dejar de pensar ya en eso. Sí, quiero saber que pasó en el baile. Quiero saber muchas cosas. Lo que es correcto es dejarlo pasar por más que no quiera. Así que, ya deja de insistir en querer averiguarlo, Cora. Quiero seguir viviendo normal como antes.
— Por Dios, que dramática. ¿Sólo por haber ido a un baile con Denzel ya crees que tu vida cambió? Pfff, eres la reina del drama definitivamente. Raven, tu vida sigue normal sólo con nuevas personas.
— No lo entiendes...Siento que algo está mal, Cora. Hay algo que pasó en el baile que no me deja tranquila. Sólo recuerdo imágenes borrosas. Siento que ese "algo" me ha dejado marcada. Me da miedo saberlo y por eso prefiero dejarlo. Siento que si lo averiguo mi vida si cambiaría totalmente. Y ese señor... No lo sé. Todo está mal, Cora.
Suspiró rendida — Está bien, no voy a insistir— se quedó en silencio unos segundos — ¿Y el señor...?
— Cora — insistí.
Levantó las manos en señal de rendición — Está bien, está bien. Sólo decía...
En eso, las puertas de la cafetería se abrieron. Era un castaño que vi antes. Nadie le tomó atención, sólo Cora y yo.
— ¿Ese no es el tipo que casi te golpea?
Mi mente se trasladó hace semanas atrás y entonces, lo recordé. Al chico castaño que casi me muele a golpes por chocar con su bicicleta. Estaba con la mirada en la comida. Esa mirada gacha, cuando te sientes intimidado por las personas. Me di también cuenta que traía puesto unos lentes de pasta negro. Se sentó en una mesa en la esquina de la cafetería.
Cora y yo nos miramos, asentimos al mismo tiempo. La pelirroja se levantó de su asiento y se acercó hacia el castaño. Vi la escena con un bocado de hamburguesa en mi boca. Ella le tocó el hombro y él levantó la vista rápidamente. Lo veía tímido, nada comparado como el matón de hace días. Ella le sonrió y señaló hacia donde yo estaba. Alcé mi hamburguesa en modo de saludo. Él se acomodó sus lentes y asintió. Recogió su bandeja y siguió por detrás a mi mejor amiga.
Se sentó al frente mío y Cora al costado de él.
— Hola — fue la primera en hablar.
—Corey Eidem— se presentó.

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Al Acecho
Aksi' ¿Qué tan lejos puede llegar la obsesión de un hombre por una mujer? '