Capítulo 21.

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Anexo #3 - Isabelle.

Te lo dije.

-No tengo buena vibra sobre él - suspiré.

-¿Te pregunté?

-No vayas... Por favor...

-¿Por qué no? Además, solamente tú sabes que iré hoy.

-Pues por eso.

-¿Qué tiene de malo que vaya de visita?

-No sabes lo que podrá estar haciendo en este momento.

-¿Qué es algo tan malo como para que "venga corriendo a tus brazos" dándote la razón, siendo que yo no hago eso?

-Isabelle, todo es posible.

-Me voy, ¿vale? - lo abracé.

-Si él te hace algo... Te juro que...

-Luke...

-Lo siento - lo solté -. Bien... Repasemos... ¿Cuántos años tienes?

-Tengo dieciséis - rodé los ojos.

-Muy bien... Una chica de dieciséis no perderá la virginidad hoy.

-¡¡Luke!! - chillé.

-Lo siento... Pero, ya en serio, Isabelle...

-Me voy a cuidar, demonios - inflé las mejillas.

-Ah, y recuerda cuántos años tiene él.

-Ya tiene dieciocho, dos años mayor que yo... Y ya es un "adulto".

-Por eso... A parte de que es un pedófilo - rodé los ojos, de nuevo -, ya es un "adulto", si así puede llamarse, y los ADULTOS tienen necesidades... Ya sabes a qué me refiero.

-¿Terminaste? - bajó la mirada.

-Eres libre.

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Entré con seriedad, esperando encontrarlo en el sofá de la sala tirado como un degenerado... Pero no estaba, y tampoco había señales de su hermana... ¿Ambos habrán salido?

Debe estar en su habitación; su auto, ahora que recuerdo, está donde siempre... Eso, para mí, significa que está aquí dentro.

Troté por las escaleras hasta el segundo piso, donde tampoco había alma alguna.

Subí un piso más, ¡por suerte el último!

-Uh... - se me erizó la piel.

¿Acaso es su hermana la que...?

-¡¡James!!

No... No es su hermana.

Claro, a menos que con el que esté saciando esas "necesidades" se llame igual que su hermano... Y lo esté haciendo en la habitación de su hermano, también.

Abrí la puerta de la habitación, y cuanto más me acercaba, más aumentaban esos sonidos que empezaron a repugnarme.

-Me siento como una estúpida - me recosté por la pared, mirando como el movimiento de caderas de aquel cuerpo comenzaba a parar.

-Mierda... - se tiró a la cama, al lado del otro cuerpo.

-Bueno... - me rasqué la cabeza - No sé... Al menos un aviso de que me estabas engañando hubiera servido, James - me erguí de vuelta, dispuesta a salir de aquella escena.

Mis piernas me fallaron al momento en que me quise mover, haciéndome caer.

Necesito a Luke.

Gateé hasta el rincón más cercano, y allí, me hice un ovillo, tratando de contener mis propias lágrimas.

No puede ser que esté llorando... No... ¡YO NO PUEDO ESTAR LLORANDO!

Sentí un cuerpo ponerse a mi lado, y enseguida me dio repulsión, igual si no sabía quién era.

-Déjame explicarte, Dylan - apreté los puños con tanta fuerza, que juro que mi palma comenzó a sangrar.

-No me llames Dylan - mascullé -. No puedo creer - alcé la mirada, dirigiéndola a la de él - que ahora tengas el descaro de querer explicarme algo.

-Is...

-Cállate... ¿Qué no ves que la escena ha hablado por sí misma? - acercó su mano a mi rostro.

Di un respingo.

-¡No me toques! ¡No me toques! - chillé - ¡Me repugnas! ¡¡Aléjate!! - lo empujé, pero sin fuerza alguna.

Cualquiera podía darse cuenta de que ni un ochenta por ciento me quedaba de cuerpo, ya que los pedacitos estaban tirados en el suelo... Me estaba derrumbando más rápido de lo que creí.

El primero por el que hasta era capaz de morir... ¿Y cómo termina todo?; yo en un charco de lágrimas, tratando de juntar todos MIS pedazos esparcidos por ahí.

¿Acaso no es genial?

Debí escuchar a Luke...

¿Cómo pude ser tan idiota?

Solté un sollozo bien audible.

-¿Por qué fui tan imbécil? - coloqué mi cabeza entre mis piernas, cubriéndome con los brazos, mientras que apretaba algunos mechones con rabia.

-Lo lamento... - susurró.

-También yo, ¿sabes? - lo miré - Lamento el haber sido una estúpida al... - apreté los labios - ¿Cómo no pude darme cuenta? - reí con ironía - Es decir... Tú... Nunca me quisiste - cerró los ojos con fuerza.

-Te equivocas en eso.

-Ajá...

-Hablo en serio... Yo... Yo te quiero, Isabelle.

-Qué linda forma de demostrarlo, eh.

-Pero entiende que yo sé perfectamente que no quieres... Y... Yo... ¡Demonios! - agarró mi mano rápidamente - Lo siento... Pero sabes que ya soy mayor y... De verdad yo no quería presionarte, y mucho menos obligarte - fruncí el ceño.

-Si de verdad sentías algo por mí - me levanté con bastante dificultad -, no hubieras hecho esto - fue lo último que dije antes de irme corriendo, aún conteniendo las lágrimas.

Quería llorar, llorar, llorar y nada más... No quería ver a nadie... Excepto a Luke.

Salí de aquel lugar, encontrándome con el auto de Luke estacionado en frente.

Bajó desesperadamente del auto, acercándose como rayo a mí.

-Isabelle - me abrazó sin que yo le haya dado autorización, pero de verdad lo necesitaba.

-¿Qué haces aquí? - dije con un hilo de voz.

-Sabía que algo pasaría.

-Sólo no me digas "Te lo dije"...

-Le patearé el culo.

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-Me siento mierda.

Una desgracia con suerte.Where stories live. Discover now