Capítulo 16.

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Anexo #2 - Carter.

Paula.

Sus ojos no tenían el brillo que siempre tenía... Era uno distinto. Es más, sus ojos estaban sin alguna expresión; no tenía vida. No tenía nada.

-¿Pasa algo? - me miró sin interés.

-No.

-No parece.

-Carter... No qui... - la música paró de golpe, haciendo que mi Paula se callara.

Fruncí el ceño.

-Buenas noches... Espero que a todos les guste Keane, porque la siguiente música es de la banda y va dedicado a alguien... ¡Mi querido hermano, Carter!

-Santísima mierda - me cubrí la boca -. ¿Qué hace mi hermana ahí?

Susurró algo a la banda y luego bajó del escenario. La fulminé con la mirada cuando me guiñó un ojo, acompañando con un ademán que se dirigía a la banda.

Ah, quería que escuche.

Empezó la música...

This is the last time...

That I will say these words

I remember the first time

The first many lies

Sweep it into the corner

Or hide it under the bed

Say these things they go away

But they never do.

-¿A-A...? - balbuceó - ¿A qué se refiere... con esa música? - me encogí de hombros.

Somthing I wasn't sure of

But I was in the middle of

Something I forget now

But I've seen to little of.

Dirigí la mirada hacia el rincón donde estaba mi hermana, pero ya no estaba.

The last time...

Siguió la música, pero ya no presté atención.

Pedí la cuenta, sin importarme mucho que Paula me había pedido terminar la noche con algún postre. Quería irme de ahí y tratar de descifrar la indirecta de mi dulce hermanita.

Salí como una bala del lugar, seguido de los pasos lentos de Paula.

-¿Por qué tan apurado? - preguntó una vez ya sentada en el asiento de copiloto.

-Ya el lugar se iba llenando.

Por el camino Paula estuvo tensa; no se quedaba quieta y en todo momento agitaba las manos.

Apreté el volante con fuerzas.

-¿Qué pasa, Paula? - frené de golpe en un lugar vacío, haciendo que ella estallara en rabia.

-¡Por poco no atravesé el vidrio, idiota! ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Estás ciego?! ¡PUDE HABER MUERTO!

-Agradece que las manos no se te hayan caído aún. Ah, y no te pasó nada. No tienes por qué ponerte histérica.

-Llévame a casa, Carter - suspiré.

Bajé del auto y fui a bajarla a ella.

-¿Qué haces?

-Baja, por favor - por algún milagro, obedeció.

Cerré la puerta con fuerzas.

-¿Qué te pasa últimamente? - preguntó.

-¿No debería ser yo quien pregunte eso?

-Eres tú el que está raro.

-¿Yo? - reí irónicamente - Paula... No soy yo quien tiene la mirada perdida siempre. No soy yo a quien ya no le interesa nada. No soy yo quien está siempre con mala cara... - bajó la mirada, no sabiendo qué decir - Dime qué pasa. ¿Qué acaso no ves que...? - se me fue la voz.

-Lo siento, Carter... - apreté los dientes.

Puse ambos brazos alrededor de ella, apoyándome en la puerta del auto.

-No eres como antes. Ya no sonríes, no te gusta nada. ¿Qué pasa? Si es que ya no te interesa estar...

-No es eso, mierda - me interrumpió.

-¿Qué es entonces? - alzó la mirada, terminando frente a frente.

-Nada... No vas a entenderlo.

-¿Cómo esperas que entienda siendo que no me lo dices?

-No hagas las cosas complicadas... No más de lo que ya son.

-¿Ves? - solté otro suspiro - Es eso a lo que me refiero - me miró fijamente. Ahora tenía un brillo extraño, nunca lo había visto antes en ella.

De un momento a otro, sus brazos me tenían acorralado.

-Lo siento... - dijo escondiendo su rostro en mi camisa - Sé que... - ¿estaba llorando?

Oh...

-Hey, ¿qué pasa?

-¿Podemos irnos? - no tuve más remedio que decir que sí.

El camino se hizo silencioso, de nuevo, hasta llegar a su casa.

Empezaba a incomodarme.

-¿Te acompaño?

-No - se bajó -. Carter... - se apoyó por la ventanilla - Yo... Eh... - suspiró - Adiós - se alejó hasta desaparecer de mi vista.

-Las últimas semanas, Paula estuvo evadiéndome. Sólo llamaba cada vez que quería salir a comprar algo.

-Amigo, ¿qué no ves? - fruncí el ceño.

-¿Qué tengo que ver?

-Mariana... Explícale a éste ingenuo qué es lo que pasa - Mariana suspiró.

-Carter, querido... Paula te está utilizando.

En ese momento, por un arte de magia, se unieron todas las piezas salidas del rompecabezas.

Apoyé los codos en la mesa y enterré la cara en las manos, mientras reía sin poder detenerme.

-Basta de cerveza para ti...

-¿Cómo no me di cuenta? - los miré - Dios mío... ¿Tan idiota soy? - ambos asintieron - ¿Por qué no me dijeron esto antes?

-Estabas demasiado feliz con ella, Carter... Hubieras visto tu cara cada vez que estabas con ella.

-Y además... Verónica nos dijo que tenía algo planeado. Nos dijo que con eso ya te darías cuenta... Pero al parecer fuiste demasiado idiota.

-Ahora entiendo todo... ¿Qué hora es?

-Son las doce, ¿por qué?

-Paula vendrá.

-¡Demonios!

-Le diré que... - se abrió la puerta, haciendo sonar esa campanita arriba de ésta - Paula... - di un respingo.

Me levanté.

-Carter... ¿Podemos hablar? - asentí.

Me acerqué hasta donde ella. Tenía una mirada oscura, como la que tenía cuando le contaba chistes.

-¿Podemos ir a otro lugar? - negué con la cabeza.

-Ahora no. ¿No puedes decírmelo aquí? - volteó y se fue. Sí, así, ¡se fue!, sin más ni menos.

-¿Le dijiste? - me dirigí de nuevo a la mesa.

-No... No quería hablar aquí - ambos se miraron.

Sentí el móvil vibrando.

-Ugh... - lo saqué del bolsillo.

Un mensaje... ¿De...? Paula.

Lo ignoré. De seguro era un mensaje diciéndome cosas incoherentes por no querer ir con ella a hablar a otro lugar.

Una desgracia con suerte.Where stories live. Discover now