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Paris. Madrugada. El cuarto que han rentado Jorge, Agustín y Ruggero queda totalmente alejado de la ciudad misma. 

Jorge soltó otra carcajada más. A su lado, Agustín fumaba un Derby sonriendo a la misma vez que dejaba salir el humo de entre su boca. Ruggero quiso abrazar a Karol por la cintura, soltando una risita tonta de la misma forma al escuchar a sus amigos reírse de ella. La situación se le hacía muy graciosa y con mucha inocencia trató de abrazarla, pero ella, se acomodó en el sofá de tal manera que él no podría alcanzarla con los brazos. Estaba totalmente cabreada.

- ¿Y qué hacías? - Jorge levantó los hombros. - ¿Tejías?

- Cállate. - volvió a decirle Karol. - Todo esto es por tu culpa... - golpeó el abdomen de Ruggero con las manos. Este no pudo evitar reír con más fuerza al sentir el fuerte contacto de las manos de ella.

- Pero ellos me pidieron, nena… - susurró tratando de aliviar su enojo. Karol se dedicó a ignorarlo.

- ¿Desde cuándo en Tentation aceptan chicas? - logró preguntar Agustín, después de haberse reído lo suficiente.

- Desde que se dieron cuenta que somos mejores que los hombres.

Los tres rieron.

- ¿Qué? - Karol levantó los hombros y miró directamente a Ruggero, que dejó de reír al sentir los ojos verdes de ella sobre él.

- A lo mejor y te dieron otro uso… - Jorge guiñó un ojo. Ruggero se puso alerta ante su comentario. - ¿Para que querrían una chica en Tentation si no es para…

- No seas imbécil Jorge. - Ruggero se aclaró la garganta después de pronunciar aquellas últimas palabras. Se acomodó en el sofá e intentó alcanzar a su novia con las manos.

- ¿Y qué sabes hacer, Sevilla? - inquirió Agustín, aún curioso.

- Mejores cosas…. - presumió y cruzó las piernas, inclinándose para quitarle un cigarrillo a Jorge de entre su bolsillo interior de su chaqueta de cuero. Hasta el mismo Agustín se sorprendió, pero no quiso darlo a notar, sería como darle la victoria. Y ni siquiera mencionar a los demás, que observaban atentos como Karol encendía el cigarrillo y lo colocaba en sus labios sin ninguna dificultad. - que los tres juntos. - dejó salir humo con rapidez y aspiró un poco más.

- No te creas Karol, solo has estado dos semanas ahí. ¿Sabes cuánto tiempo estuve yo? - le retó Agustín. - Cinco años. - le sonrió, Karol abrió los ojos y sonrió aun sintiéndose victoriosa. Algo que además había aprendido en Tentation, era a sentirse victoriosa todo el tiempo, sin ningún tipo de temor sino más bien soberbia. Tentation… o más bien, los que alguna vez habían pasado por ahí, siempre terminaban ganando.

- No me hace falta tanto tiempo para superarte.

- Ruggero contó que lo que haces es coquetearle a oficiales obesos… bonito trabajo. Así entonces yo podría tirarme a todas las cajeras del banco y ninguna diría nada al momento de robar.

Karol le dedicó otra mirada fatal a Ruggero. Pero este ya no sentía sus miradas de la misma manera. Estaba concentrado en otra cosa. En la discusión que ella estaba teniendo con Agustín, y lo apartados que de pronto se encontraban Jorge y él de toda la conversación.

- Es más que eso. - Karol dejó salir humo. - He aprendido rápido. No tengo tanta experiencia, pero soy buena.

- Estás buena… que es diferente. - susurró Agustín y mojó sus labios con delicadeza. Karol negó con la cabeza, esperando con ansias un comentario de Ruggero ante lo que Agustín había dicho. Pero este en cambio, solo lo dejó pasar… aunque su rostro, demostraba exactamente lo contrario. Hervía en celos. Probablemente muchos pensamientos nada amigables pasaban por su cabeza en ese momento.

Mafia Tentation 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora