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En la oficina, era todos los días la misma rutina. Llegar, sentarse, acomodar papeles, recibir órdenes, joder por ahí, revisar folios, mirar la hora, administrar los nuevos pedidos de autos y más cosas hasta acabar.

Había adquirido mucho respeto en las últimas semanas, pues a pesar de que muchas veces no aguantaba las órdenes, era muy eficiente en cuanto a su trabajo. Los números siempre le habían ido muy bien. En Tentation, se había dedicado la mayoría de veces a elaborar los mapas de robo, siempre siendo el cerebro de la operación. 

Pero hoy, su día sería diferente.

- Oye, Ruggero. - le llamó Valentina. Jodida rubia, que buena estaba. Tenía que admitirlo. Aunque no era para nada de su gusto, al contrario, pensaba que tal vez a Michael le hubiera gustado conocerla…

- Hola. - saludó él amablemente desde su pequeño escritorio, ubicado junto a varios más. Ella le dedicó una bonita sonrisa, desde que Ruggero había llegado ahí, le había caído muy bien. A veces compartían escritorio, prácticamente, se habían vuelto muy buenos amigos.

- Alguien te está buscando en el piso de abajo. - dijo ella alzando ambas cejas.

- ¿A mí? - Ruggero enarcó una ceja de la misma manera. Pensó en Karol. ¿Qué haría ella aquí a esta hora? Eran a penas las cinco, y ella salía un poco más tarde.

- Sí, es un chico, dice que es tu pareja. - dijo ella levemente preocupada.

Al escuchar eso, Ruggero se puso aún más alerta. ¿Su pareja? ¿Un tipo? ¿Qué estaba pasando? Se puso de pie y negó con la cabeza.

- No es broma ¿verdad?

- No Rugge, es enserio. - Ruggero pudo notar que decía la verdad por el tono de su voz y lo preocupada que se le veía. Valentina era preciosa. Tenía el rostro de un ángel, siempre tan inocente y preocupada por todos. No podía mentir.

- Sabes que yo tengo…

- Sí, que tienes novia… - completó ella, con un tono de decepción en su voz poco notable.

De pronto, el sonido del ascensor hizo que ambos se voltearan a verificar quién salía de ahí. Entonces, él pudo entenderlo todo.

- ¿Guapo? - gritó Agustín en medio del pasillo. Ruggero puso los ojos en blanco, aguantándose las risas. Le sorprendía sobremanera que estuviera ahí, en su trabajo, justo ese día.

Atrás Valentina observó divertida toda la escena.

- ¿Me has extrañado mi amor? - preguntó Agustín, al llegar hasta Ruggero. Su aspecto corporal había mejorado mucho en esos dos meses. Podía decirse que ahora tenía el mismo peso muscular que Ruggero.

- ¿Te has vuelto gay?

- ¿Te gustaría que así fuera? - preguntó Agustín enarcando una ceja.

- Ya lo has sido siempre. - ambos se abrazaron. Un abrazo de palmas en la espalda y algunos insultos.

Agustín rió. No podía mentir, extrañaba esos momentos estúpidos con cada uno de sus amigos. De la misma manera con Jorge, con Michael… y ahora con Ruggero. Aunque ninguno de los cuatro, volverían a estar juntos nunca más. O al menos… no por ahora.

- Bonito lugar. - comentó Agustín.

- Llevan aguantándome aquí más de un mes.

- Que desesperados estaban.

- Pienso lo mismo.

- Uh… - Agustín se mordió un labio. Miró detrás de Ruggero. Una rubia sexy adornaba un escritorio y revisaba unos folios. Valentina. - Dime que no te la has tirado todavía… - dijo susurrando solo para Ruggero.

Mafia Tentation 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora