"Y aunque duela, seré el primero en decir que estaba equivocado, sé que probablemente sea demasiado tarde como para intentarlo y disculparme por mis errores, pero solo quiero que sepas que... espero que él haga todas las cosas que yo debería haber hecho cuando era tu hombre" - When I was your man / Bruno Mars.
New York, 12 de setiembre. Un mes después.
El club está lleno como otro típico viernes por la noche.
Definitivamente las cifras han subido desde que Ruggero canta ahí cada fin de semana. Y es que después de varios meses probando con él, decidieron por fin asignarle un lugar en el club más importante de New York. El triple de paga, el triple de fans alocadas y el triple de personas interesadas en su maravilloso talento. Además, el señor Lorenz, comprensivo y dispuesto, le ofreció seguir en su puesto de trabajo desde las oficinas de New York. No podía definitivamente perder a alguien tan hábil como Ruggero.
Y éste sonríe al mirar a Julián hacerle señas desde el otro lado del club. También ha sido bueno para él todo el cambio que Ruggero le ha proporcionado, pues a él también le pagaban el triple por representar a
Ruggero en sus eventos.Sí… las cosas han mejorado desde entonces.
Ruggero se acomoda en la butaca alta del bar. Hoy no le apetece tomar nada. Mira el lugar lleno de gente y se siente ligeramente orgulloso. Todas esas personas están ahí, satisfechas después de haberlo oído cantar y presenciar su espectáculo. Tal vez podría dedicarse a esto más seguido.
Ahora mismo se escucha de fondo "Creep" de Radiohead. Ruggero mueve la cabeza al ritmo de la música, perdido por la melodía de la guitarra y por la letra.
"When you were here before,
couldn’t look you in the eye
you are just like an angel…"
Sus pensamientos se pierden por varios segundos, guiados por cada letra recitada.
"You are so fucking special
I wish I was special…"
Y un sinfín de recuerdos se aglomeran en su mente. Hoy es uno de esos días en los que los recuerdos vuelven por partida doble y se apoderan de su cuerpo, alma y corazón. Esos días en los que solo se dedica a pensar, a meditar… a hundirse en la maldita melancolía y repetir su nombre dentro de su interior. Recordarla, recordarla y recordarla…
- ¿Tomas solo? - una mujer posa de pronto su mano derecha sobre el hombro de Ruggero, que se voltea sobresaltado. La mira y la reconoce de inmediato. Es Valentina. Está radiante. Preciosa. Hace ya muchos meses que no la ha visto por su mudanza a New York. Pero de alguna manera u otra está ahí, quién sabe por qué, cómo…
- Me has asustado. - Ruggero sonríe. Su rostro se llena de luz por un momento. Y los recuerdos se van, se alejan por un momento para dejarlo sonreír. - Vaya… - la mira sorprendido y sonriente. - Hola, pero qué… ¿qué haces aquí? - pregunta ligeramente nervioso por la presencia de Valentina. Es que está realmente atractiva esa noche.
- Sabes que pertenezco al gran club de fans que tienes. - sonríe. Ella también está alegre de verle, saber que está bien, aún más recordando lo mal que le había visto la última vez yendo a la oficina. Era otro. - Me han cambiado a las oficinas de New York, igual que a ti, creo…
- Sí, igual que a mí. - los ojos de Ruggero se abren. Está emocionado. Lo está y no puede ocultarlo. Le sonríe, y la mira con otros ojos…
¿Cómo es que nunca se había fijado de lo atractiva que es? Trae unos jeans y un suéter crema sin mangas, las ondas rubias sobre sus pechos y sin maquillaje.
Y el ambiente ha cambiado. Los recuerdos se han ido. La melancolía se ha ido.
Ruggero mira a Valentina, la ve moviendo sus manos al ritmo de una canción desconocida y mirando a su alrededor el local.
- Y ahora que estás viviendo aquí… - Ruggero baja la mirada. ¿Está nervioso? Sí, lo está… pero solo una persona ha logrado ponerlo así alguna vez más… y esa persona ya no está, nunca más. - Mm… no lo sé… - se da fuerzas a sí mismo. Esta es su nueva oportunidad. Puede hacerlo. Puede olvidarse de todo de una vez por todas y hacer que el recuerdo de Karol se vaya por fin y esta vez para siempre. - ¿Te gustaría salir conmigo alguna vez?
***
Brasil. 12 de septiembre.
Aprieta la Glock 25 entre sus manos. Un disparo fuerte resuena entre sus oídos. Y otro más y otro. Su mirada fría está posicionada en el objetivo: el puntillo rojo que está en medio de un fondo blanco. Ha tenido apenas una oportunidad y lo ha hecho estupendamente. Nunca falla. Traga saliva y tira el arma al suelo, que rebota una vez.
Mierda…
Coloca sus manos sobre su rostro, que se llena de lágrimas las cuales empiezan a caer calientes por sus mejillas. Se deja caer sobre el suelo.
Y está ahí. Sola. En medio de un recinto secreto en medio de la selva de Brasil, preparándose junto a varios hombres y mujeres más para el siguiente robo en unos de los bancos más importantes del país.
Cierra los ojos y las lágrimas caen. ¿Y ahora que va a hacer? Aun se siente completamente ridícula y avergonzada por lo que ha pasado con Ruggero. No le tomo mucho tiempo en darse cuenta del error que estaba cometiendo, pero ahora… ahora se ha hecho todo demasiado tarde. No tiene vuelta atrás, Tentation no tiene vuelta atrás.
Y la misma pregunta ronda su cabeza… ¿Y ahora qué va a hacer?
Su mente y corazón piensan en Ruggero, en el daño que le ha hecho, y en el daño que se ha hecho a sí misma por dejarle. ¿En qué mierda estaba pensando? Maldita sea…
Por ahora debe tranquilizarse. Por ella y por…
Respira hondo y abre los ojos, clavando su borrosa mirada en su vientre.
"¿Qué vamos a hacer"
Y debe huir de Tentation… debe hacerlo antes de que alguien se entere de que tiene cinco semanas de embarazo.