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Mi hermano se llamaba Zack.

Si, se llamaba, porque toda esta historia es parte del pasado, al igual que él.

Era dos años mayor que yo, estudiaba en la Universidad y parecía ser un buen cuidadano y familiar. Nunca fuimos muy cercanos, de pequeños solíamos jugar juntos como todos pero luego algo nos separó. Él comenzó a ser un poco superficial, yo siempre fui todo lo contrario. Había días que sólo nos veíamos la cara cuando comíamos en la mesa, sino era sólo un fantasma más que vivía en la casa.

Yo solía juntarme con mis amigos en otras casas por culpa de Zack, en la mía siempre estaban sus compañeros superficiales que me sonreían con falsedad cuando me veían,  entonces prefería irme y no llevar a mis verdaderos amigos a ese ambiente.

Mamá era indiferente, decía que no podía hacer magia para que nosotros seamos mejores amigos, no era algo que nos preocupase como familia a decir verdad. Él tenía su vida, yo la mía.

Una semana después de la presentación de mis amigos en aquel bar, en donde por cierto termine tirado en el suelo gracias al joven de cabello rosado, yo volvía de clases tranquilo con ellos. Cuando llegabamos a una avenida todos nos ibamos para diferentes lados, y yo siempre acababa solo en las cuadras restantes. Mi casa no quedaba lejos pero tampoco cerca y recuerdo bien que el cielo estaba más gris que de costumbre. Pase por la ventana del living y escuché voces, una era desconocida. Rodé los ojos por inercia,  de seguro Zack había llevado a otro de sus amigos. Traté de no prestar demasiada atención mientras giraba mi llave y entraba a paso tranquilo. Casi me choco con Zack, que iba a la cocina con dos vasos vacíos en sus manos. Me sonrió como saludo y entonces di vuelta mi cabeza a la derecha.

Como olvidar ese momento en el que casi me caigo al suelo de la impresión. Sentado en mi sillón bordó estaba el joven de cabello rosado, mirándome con su característica seriedad. Comenzó a frotarse las manos mientras yo me rascaba el cabello, incómodo.

Siempre salude a los amigos de mi hermano, era parte de mi buena educación. Pero esta vez sólo quería ir corriendo a mi cuarto, alejarme de ese chico que me había empujado en el bar.

Pero mi lado razonable ganó.

-Hola.- Susurré notando que mi voz había salido más fina de lo normal. Él asintió con la cabeza y yo me di la media vuelta para irme. Pero su voz me detuvo.

-¿Vos fumas en la ventana?- me puse de frente de nuevo, con el ceño fruncido, sin entender. Miré el suelo antes de contestar, no olvidaba su advertencia: "No quiero que vos me mires".

-Yo no fumo.- Contesté, y el negó con la cabeza.

-No me refiero a eso.- Su voz era muy diferente cuando estaba calmado, profunda, sugerente con un toque de intrigante. Fruncí más el ceño.- Igual se nota que sos de esas personas.

-Perdón pero no entiendo nada.- él hizo un gesto irritante con sus ojos y luego entrelazo sus manos con su sueter negro.

-Las personas que fuman en la ventana lo hacen pensando que el humo no va a entrar a la casa. Esas personas se mienten a sí mismas.- El joven se encogió de hombros pero yo seguía sin entender nada, por lo que agregó.- Tus ojos me dicen que te mentís a vos mismo, por eso no quiero que me mires.

-Vos... ¿Qué? - Fue lo único que pude susurrar atónito, miré mis pies, mis manos, pensé en lo que me había dicho.

Yo era un adolescente con muchos desequilibrios, con necesidad de atenciones y cariño, pero nunca me había examinado a sí mismo de esa forma. Mucho menos me habían examinado.

-Odio a las personas que se mienten, ni siquiera sabes que inventarme ahora.

-Ni siquiera me conoces.- Atine a responderle, un poco enojado. Lo miré a los ojos especialmente para molestarlo. Él se cruzó de brazos.- No tenes idea de quién soy, me viste dos veces en tu vida y en las dos terminé lastimado.

-Para pensarlo, ¿No?- Respondió él, yo sólo me di ma vuelta para subir las escaleras. Todo esto era una locura. Pero él otra vez habló.- No hace falta que te conozca, sos muy transparente.

-No es algo que te importe, que seas amigo de mi hermano me importa una mierda. Ojalá nunca más pises esta casa.- Me harté, comencé a subir los escalones enojado, confunfido, indignado. Nunca nadie que no conociese en absoluto me había hablado tan mal. Antes de entrar a mi cuarto escuché como Zack volvía con él, le dijo "Will'.

Yo pensé por mucho tiempo que él se llamaba Will.

• air catcher • [joshler]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora