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Los corazones enamorados son bastante impredecibles.

Siempre laten con fervor y locura, ya sea en los momentos más felices o más tristes de la existencia.

No recuerdo como llegamos a eso, simplemente mi cerebro se encargó de eliminar los detalles anteriores y posteriores. Lo que si puedo decirles es que apenas terminó Josh con su llanto mortal, comenzamos a besarnos.

Nos besamos tan fuerte y con tanta necesidad del otro que podíamos sentir al universo cantándonos canciones románticas. Vimos en nuestros rostros los colores más llamativos y en nuestras miradas la necesidad.

Yo necesitaba a Josh, porque sabía que luego de eso no podría tenerlo más.

Lo sentía en mis huesos.

De alguna forma terminamos en mi casa nuevamente, el reloj de mi habitación marcaba las cuatro y media de la mañana y nosotros estábamos sobre mi colchón, yo acostado y él sobre mí besando cada parte de mis labios mientras yo acariciaba su cabello rizado. Sentía los pequeños ruidos y los rastros de saliva que dejaba marcados sobre mi rostro, siguiendo algún patrón de las constelaciones.

Sus manos rasparon mis costados, tocando con tanta suavidad que podría haber fallecido en ese instante. Parecía que estábamos hechos para eso, para besarnos y tocarnos.

Sentí en mi cintura baja como algo comenzaba a molestarme, algo que sin duda había sentido pocas veces en mi vida. Tenía una erección notable que intentaba ocultar quedándome rígido durante el beso. Josh apretó su agarre en mi cintura abriendo un poco mis piernas con las suyas, nuestros pantalones se tocaron al instante.

Dejó un beso mojado sobre mi frente sosteniendo el peso de su cuerpo con ambas manos a los costados de mi cabeza.

-Tyler, ¿Estás seguro...?- Cuestionó con sus ojos totalmente oscuros. Sus labios tenían una tonalidad carmín que me dejaron atontado y embobado, tanto que asenti sin dudarlo hundiendome en lo más profundo de su rostro. Ese brillo en su frente, el sudor agolpandose de a poco en sus mejillas, esa manera de mirarme. Todo me volvía loco.

Comenzamos a besarnos mas rudo, más violento. Nuestras lenguas parecían salir de sus cavidades cada vez que girabamos nuestros rostros reclamando por más.

Josh colocó sus manos debajo de mi playera, estaban tan calientes que sentí que podía quemarme. Acarició con cuidado mientras dejaba pequeños chupones en mi mejilla y luego bajaba por mi cuello, dejando lamidas y besos obscenos.

Nos separamos un segundo sólo para que él me quite la remera y seguimos con el ritmo. Frenético, sentí como ahora su miembro endurecido se frotaba contra mi pelvis, ocasionandome tembleques hasta en lo más profundo de mi ser. Luego tomé los bordes de su playera bastante dudoso, con mis ojos perdidos en sus labios y en su cabello totalmente despeinado.

-Hacelo Ty...- Su voz más ronca que nunca hizo que se active algo en mi cerebro. Asenti como un total estúpido subiendo despacio la prenda de Josh, viendo uno a uno sus músculos bien marcados y dejando totalmente expuesto su torso trabajado.

Me lo quedé mirando embobado, sintiendo como una pequeña gota de baba caía de mi comisura derecha por mantener mi boca abierta. Sonrió de lado sonrojado.

-Perdón, es que... Nunca había visto algo tan... Tan perfecto.- Toqué con la yema de mis dedos uno de sus abdominales y me sonroje cuando él tomó mi otra mano y la puso al lado.

-Tocame.- Susurró en mi oído. Comencé a acariciar suavemente cada porción de su piel, cada rincón caliente que yo no había tenido nunca el placer de sentir tan cerca. Acerqué mi boca y bese sus clavículas para luego dejar roces ligeros con mis labios. Luego de eso, con mis pulgares acaricie toda la extensión de su torso hasta llegar a su pelvis, donde un perfecto triangulo se formaba.

• air catcher • [joshler]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora