Reencuentro

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El sol brillaba intensamente, tanto, que podría ser bastante sofocante si te quedabas mucho tiempo bajo sus rayos. A pesar de que ya era tarde, la mansión Kusanagi estaba muy tranquila, quizá se deba a que hay paz y armonía; no hay dioses que vencer, nadie está creando problemas y se podría decir que todo sigue un buen curso. Pero aunque no haya un problema causado por un tercero, no significa que no haya cosas por hacer, de hecho, hay un trabajo que debe ser cumplido... eliminar al heredero del clan Yagami. El clan Yagami a pesar de que ya no sea un aliado, es muy fuerte, en especial su heredero, Iori Yagami. Un chico muy frio, solitario y despiadado, un contrincante muy fuerte y habilidoso. No solo en el batalla sino en la música también. La gran rivalidad entre el clan Kusanagi y el clan Yagami parece ser una lucha eterna ya que lleva años sin ser finalizada, el heredero de cada familia tiene por obligación matar a su oponente, pero cuál es el problema? Ambos clanes son muy fuertes, cada heredero tiene su forma de pelear y su forma de afrontar el asunto, se han encontrado en varias ocasiones pero en cada pelea que tienen estos herederos nunca finaliza por completo, acaso ya no tiene caso o...

-Kyo-sama, lamento interrumpir su descanso pero su madre lo llama.- Hablo una chica mientras dejaba la ropa de Kyo en una silla.

-Que hora es?-Contesto Kyo mientras frotaba sus ojos con su mano.

-Las 11:30

-Tan tarde!?

-Así es joven Kyo, lo iba a despertar antes pero Shizuka –sama dio la orden de que fuera más tarde.

-De acuerdo y gracias.

-Su comida esta abajo, Shizuka-sama comerá con usted

-Entendido

Kyo volvió a acostarse mientras sus dedos jugaban con su cabello, pensaba en la idea de comer con su mama, no es que le desagrade pero a veces es incómodo ya que Kyo carga con muchos o más bien, con todos los asuntos del clan y su mama no puede protestar, tiene que aceptarlo y punto. Últimamente Kyo tiene algunas peleas con su padre ya que él piensa que a Kyo no le interesa sus deberes y sin mencionar que su escuela no va bien. Tratando de despejar su mente, Kyo se levantó de su cama y comenzó a vestirse, uso unos jeans color negro, una playera blanca con su chaqueta negra con el logo de la familia Kusanagi bordado en su espalda. Se dirigió al comedor para encontrarse con su madre, cuando la vio, le hizo una ligera reverencia y se sentó.

-Kyo, te veo preocupado, ocurre algo malo?-pregunto su madre rompiendo de esta manera el silencio tan incómodo que había en la habitación.

-No, simplemente estoy cansado, no tienes que preocuparte.- Contesto mientras la veía a los ojos

-Seguro?- Insistió

-Sí, solo tengo estrés por mis deberes, pero en realidad todo está bien.

Shizuka miro tiernamente a Kyo dándole a entender que todo estaba bien, pero por dentro ella tenía miedo. Kyo ya no era un niño, es cierto que a veces él podía ser infantil e inmaduro pero sabe actuar cuando es necesario. Cuando terminaron de comer Kyo se levantó y salió.

-A dónde vas?

-Quiero salir un rato

Salió de la mansión y se dirigió a la parte trasera de esta para poder sacar su moto, se subió a ella y dejo atrás su hogar. Estuvo dando vueltas sin rumbo alguno por al menos una hora y media, por alguna razón algo dentro de él le indicaba un camino, era un sensación extraña, una mezcla de ansiedad y de guía, es decir, la necesidad de hacer algo que se te ordena. A Kyo no le importo ninguna sensación, estaba más concentrado en el camino y en sus problemas, tanto así que él pensó que esas sensaciones eran de su subconsciente que quería ir a algún lugar para divertirse. Mientras más cerca estaba de su "destino" Kyo noto que estaba nublado y que no muy lejos algo se estaba quemando, era extraño ya que el lugar donde se encontraba no era muy habitado y las personas que viven ahí son personas muy tranquilas. El muchacho siguió su camino pero ahora con curiosidad, a que se debe el incendio? Que hizo que el llegara a ese lugar y con qué motivo?. Kyo acelero para poder contestar sus preguntas, al llegar al lugar se detuvo bruscamente.

Destino: Juntos o noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora