6. Espejismos y Alucinaciones.

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(Parte 2/2)

No podía ser, a lo mejor mi mente estaba jugandome una broma, quizá estaba equivocada, o quería creer eso, estaba alucinando cosas... Pero era el... El chico de la mirada asesina .

-Hola, soy Adam- dijo el chico- un gusto conocerte, Estella.

-H·hola- tartamudie - un gusto, Adam- tendí mi mano hacia en forma de saludo, pero el la tomó de forma caballerosa, y la besó, me sentí un poco incomoda y hale mi mano con sutileza, a lo que el sonrió y la soltó

- Adam, ¿ por que tu hermano no ha bajado?,- preguntó la señora Horan.

- No lo se, mamá, sabes que a el no le gustan estas fiestas, deberías dejarlo en su habitación.

- de ninguna manera, Estella está aquí y debe conocerla.

El chico me sonrió, una sonrisa amable. Era como el chico de la heladería, pero no actuaba como el. El chico se dio la vuelta y se marchó, yo me dirijo a mi padre.

-¿Donde está william?- pregunta.

-¿Donde mas crees que estoy amigo mio?- se escucha una voz detrás de nosotros. A lo que mi papá se da la vuelta rápidamente.

-William, un gusto verte nuevamente- Le extendió la mano, y el señor Horan,
El llevaba un esmoquin con una corbata.

-Dejate de formalidades amigo.- dijo y se dieron un abrazo con palmaditas en la espalda.- Estella, Estas... Muy hermosa, ya eres toda una mujer.- dujo ahora fijando su vista en mi, solo me mirada a mi.

-Si, toda una mujer,- dijo mi padre con orgullo en sus palabras.

-Pues, Estrella, la ultima ves que te vi eras apenas una niña,.- le Sonreí tímidamente.

El señor Horan era todo un caballero y de semblante imponente. Pero, a su ves amable, paciente y con una pizca de alegría en su voz y una enorme sonrisa, que te asían dudar de que fuera un hombre que pudiera ser amargado, exigente o cualquier otra cosa.

-Con todo respeto, señor Horan, yo no recuerdo a verlo visto.- el se río por lo bajo.

-Por supuesto que no- susurro, pero no dejaba de verme. - a mi hijo le encantará verte de nuevo.-

¿De nuevo? Pero de que estaba hablando, yo nunca había visto a la familia Horan, ni a el, ni a su esposa, ni a Adam ni a nadie que estuviera allí.
Miré a mi padre que miraba al señor Horan con desaprobación, y su esposa imitaba a mi padre.

-¿ Que?.-Preguntó el,. Su esposa negó con la cabeza.

- Ven, Estella, busquemos algo que tomar. - me tomó de la mano y me llevó lejos de mi padre.

-Muy bien, voy a presentarte a mi madre.- dijo mientras Caminábamos.

Para cuando la encontramos, ya me había precentado a casi toda la familia. Conocí a la hermana de la señora Horan, una mujer 3 años mas joven que la señora Horan, y a sus hijas, 2 niñas Cinthia y Samanta unas gemelas de 10 años, y a Santiago, un chico de 15 años. Todos eran agradables, con una energía que llenaba el salón.

La mamá de Megan, Rumi una señora muy enérgica para su edad, tenía es cabello canoso y ojos verdes, muy elegante, que al verme me abrazo.

- Estella, querida. Cuanto tiempo sin verte.- dijo sonriente.

Megan Horan, le dio una mirada acusatoria y advertencia a su madre.

-No me mires con esa cara querida,- dijo con semblante despreocupado.- ¿Me dejas un minuto con Estella a solas?- preguntó a su hija, que suspiro.

- Estella no hagas caso a lo que te diga. - su madre la miro ofendida y se pudo dramáticamente una mano en el pecho.

-¿Es que ya no confías en mi?- preguntó dramáticamente, y luego me miró - Estella, esto es una catástrofe, mi hija no confía en mí. - dijo me reir. Luego se llevó la otra mano a la frente y siguió dramatizando:- Esto no puede ser, me voy a desmayar, y...

- Ya mamá, está bien.- fijo la señora Horan, conteniendo la risa triunfante.

Casi de inmediato la madre de Megan me llevó hasta el otro extremo del salón. Y yo aún estaba sonriendo por la escena que montó la señora Rumi.
Buscamos una mes donde estaban la comida, los refrigerios y las bebidas.

- ¿Vino tinto, o vino blanco?, Luna.

No me estaba volviendo loca, definitivamente me habían llamado 'Luna'

-Me ha llamado Luna.- dije

- Tienes cara de que eres clásica, opto por el vino tinto.

-Si Vino tinto, por favor. - dije amable. No me gustaba el vino blanco, su sabor no era igual al de el vino tinto. Pero no olvidaría que me llamó Luna.

Ella puso una copa en mis manos y ella tomó de la mesa una copa de vino blanco.

-Creo que deberíamos charlar en el jardín - dijo amable

Una ves en el jardín ya no podía mas. La curiosidad ya era grande.

-¿Por que me ha llamado Luna?- pregunté

-Por que Thomas te dice a si, desde que te conoció te ha llamado, Luna

-Pero yo no conozco a 'Thomas', no se quien es, y nunca lo he visto.- dije

-¿Quieres escuchar una historia?,Estella - Suspire y dije que si con la cabeza.- Una vez cuando eras una niña, eras parte de la familia. Siempre recuerdo cuando jugabas con Adam y Thomas- sonrió- pero a Adam no le gustaba mucho estar fuera así que te la pasabas mucho mas tiempo con, Thomas que con Adan- hizo una pausa, y luego continuó.- Hasta me atrevería decir que eran inseparables.
<Adam y Thomas son físicamente como 2 cartas repetidas, pero internamente son como un A' de corazones rojos y un A' de corazones negros, no se si me explico>.- Medité internamente y vi si entendía algo. Pero nada.

-No. Señora Rumi, de verdad no se por que me está contando todo esto pero la verdad es que no- dije mientras tomaba un dorso de vino.

-Ellos son muy distintos, Estella, se lo que digo confía en mi.

-Si, pero aun no me cuenta ¿por que el apodo de Luna'?.- la señora tomo aire y bebió de su copa, y luego continuó:

-Esa historia es muy graciosa.- Dijo sonriente - cuando tu naciste Adam y Thomas tenían un año y medio, Adam ya pronunciaba algunas palabras como: papá, mamá, agua, y muchas mas, ya hasta casi decía oraciones. Pero por otro lado estaba Thomas, que nunca había pronunciado palabra alguna, y por otro lado estabas tu, una bebe hermosa que apenas tenía 2 días de haber nacido, y aún no habías abierto los ojos.

< Eran aproximadamente las 8.30 PM cuando Megan fue a tu casa con su esposo y los chicos a verte. Megan te cargó y se sentó en un sofá, yo me senté a su lado, Adam te vio por unos segundos y luego se fue, pero Thomas se quedo al otro lado mirándote, y nunca dejó de hacerlo. Y unos minutos después abriste los ojos, grandes y grises, y fue cuando Thomas pronunció su primera palabra:

Luna*

Estella LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora