~8~

27 3 0
                                    

Eder....

-Eh.....-No se qué decir, se me traban las palabras, y es que veo que sostiene algo en la mano derecha. Lo sujeta fuerte, como si no quisiera perderlo.

Unos minutos antes, desde otro punto de vista...

-Tío, últimamente parece que estás en otro lado. ¿Ya estás pensando en ella otra vez? ¿Qué pasa con ....? -pregunta Gabi, un amigo de Eder.

-Vas a tener que decirselo, te guste o no.-Comenta el otro amigo- Espera, ¿no es esa de allí?

Eder se gira rápidamente y la busca. No le cuesta encontrarla. La ve junto a aquellas chicas tan curiosas de la piscina. Tienen algo que le divierte, no sabe si es su naturalidad, su sencillez o qué, pero le gusta, le caen bien. Pero la que más sin duda es ella, la aquella chica morena, de ojos claros, con alguna que otra peca en la cara, de sonrisa amable y verdadera. Sabe que oculta algo, lo nota en su mirada perdida. Y ni siquiera sabe su nombre...

Sujeta algo en la mano, parece un papel. Su mirada es triste. De repente cierra los ojos, y suelta el papel. Todo pasa a cámara rápida. El papel que anteriormente sujetaba aquella chica vuela a causa del viento, y se le escapa.

-Eder, ve y diselo- Me dicen y sin pensármelo dos veces me acerco hacia ella.


-¿Esto es tuyo no?- Me dice con una sonrisa.

-¿Cómo...?-pregunto sin entender nada- gracias- le digo avergonzada.

-No lo he leído, por si era algo personal.

-Eder, ¿estás solo?-pregunta Maia.

-No, espera ahora los llamo-dice mientras coge su móvil y llama a sus amigos. No tardan en venir, y para cuando nos queremos dar cuenta ya se han ido. Nos sentamos en un banco, para poder hablar tranquilamente.

-Bueno... supongo que querrás saber lo que es.

-Solo si tu quieres.

-Si claro. Verás, es una carta hacia mi "ex". Hace tiempo que lo dejamos, pero no era capaz de superarlo. Quería olvidarlo, pero todos los esfuerzos eran en vano. Cuando creía que por fin había conseguido olvidarlo, pasar página, el muro que había conseguido construir volvía a caer. Hasta hace poco, que me decidí a escribir una carta que llevaba tiempo con ganas de escribir, pero, pero... no era capaz.

-¿Y eso?-pregunta interesado.

-No lo se... Pero eso ya es agua pasada, he escrito esta carta para darle un punto final, y pensaba quemarla.

-Ven - me coge de la mano, y me da la carta- es hora de que la quemes. Te espero aquí, creo que es algo que tienes que hacer tú.

Me dirijo a la hoguera, y esta vez sí, veo como arde la carta.

El tiempo se me pasa volando, no paramos de hablar, hablamos de todo. Se que se supone que no es conveniente hablar sobre los ex en las primeras citas, o con el chico o chica que te gusta, pero en mi caso, fue lo que hizo que nuestras conversaciones fluyeran.

Noto que posa su mirada en mis labios, mierda, ¿liarnos ya? ¿sin conocernos? Qué más da, a la mierda todo.

Justo cuando me había decido a seguir adelante me dice:

-Hay algo que no te he dicho -me dice muy serio.

-Bueno, pues dímelo-le digo un tanto preocupada.

De repente, sé acerca hacia nosotros una chica despampanante. Rubia, con el pelo largo y liso. Pero sin duda lo que más destaca son sus ojos, de color azul grisáceo.
La miro desconcertada. ¿Y esa quién es? Mis dudas se aclaran justo cuando lo agarra y lo besa, delante de mis narices. Eder se aclara la garganta y dice.

-Ella es Sara, mi novia.









ALGO QUE NO MATADonde viven las historias. Descúbrelo ahora