capitulo 6.

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Y el viernes llego como un soplo de aire fresco, la maldita semana del diablo se había acabado y era libre como el viento.

Ese día había ido al trabajo en botas negras de tacón corrido, un blue jean y una blusa holgada color blanca. Extrañaba tener mis tacones pero dado que pasaría toda la noche bailando en una de las mejores discotecas llegue a la conclusión que era mejor las botas que traía conmigo.

Eran mas de la cuatro de la tarde y ya no tenia ninguna tarea por hacer, no fui a ningún lugar en la hora de el almuerzo y me la pase haciendo todo lo que se me mandaban.

Esta semana había sido un poco rara, ahora los hermanos Reynard se la pasaban juntos cuando antes parecían repelerse. Cada vez que uno desaparecía sabia de buena fe que estaban juntos y que posiblemente en la oficina de alguno de ellos. ¿Que había cambiado esa semana? El trato de Steffan conmigo era mas educado y tierno, parecía abstenerse de palabras sucias y oraciones que dejaban en claro su deseo por mi.

Brian no me retaba tanto, aunque había veces que era yo el que lo hacia rabiar solo por discutir, como a el le gustaba hacer conmigo yo igual con el.

Dexter por otro lado parecía evasivo, se ponía incomodo cuando sus hermanos estaban y no me trataba como lo hacia antes. Aunque no era mal educado ni nada, solo que había una especie de alejamiento.

Cada mañana Steff se encargaba de traerme un café y galletas, como si supiera que la necesitaba. Mis pensamientos hacían parecer lo mas tiempo, pero solo habían pasado tres o cuatro días con esa actitud.

Busque en mi cartera las tres cajas de tinte que había comprado, tocaba un retoque, pero solo porque esa noche saldría y mi disfraz era de Poison Ivy. Estaba muy emocionada por aquella noche después de la dolorosa y rara semana que había pasado. También estaba nerviosa por el disfraz que era tan ceñido al cuerpo que era mas recatado ir desnuda.

Marque el teléfono de mi estilista y mejor amigo de el mundo, después de varias llamadas contesto.

-Zamar pasame el tinte rojo que deje sobre el mostrador! -Grito a alguien, se escuchaba de fondo el sonido de secadores de cabello, algunas voces y música. Se concentro en mi- Dios mio señor que fastidiosa eres ¿Que?!

-Lo siento, se que estas apretado en el trabajo pero necesitaba recordarte que hoy saldremos.

-Si lo tengo muy claro. Llame a las chicas y ellas se adelantaran, nos encontraremos ahí.

-Excelente. Pero recuerda que me debes un corte de cabello, te lo dije el lunes y nunca fuiste a mi casa para eso, hoy compre los tintes para que me retoques.

-Estaré en tu casa a las seis de la tarde ¿Correcto?

-Okey

Colgué y acomode todo en mi cartera, ya quería irme. Mis noches de viernes suelen ser un poco aburridas, cuando llegaba de el trabajo me ponía a limpiar mi ático y después a lavar la ropa que use durante la semana, después planchaba doblaba y guardaba. Después caía dormida, bueno, se comparaba mas con caer en coma.

Los sábados era otra historia, por las mañana hacia ejercicio intenso durante todo el tiempo que mi entrenado permitía, lo mismo los domingos, por las tarde dormía un poco mas y por las noche salia con mis amigas. Los domingos por la tarde iba al supermercado para la compra de la semana y por la noche leía algún libro. Mi vida no era para nada complicada, era muy tranquila y pacifica, pero algunas veces me sentía muy sola, cosa que últimamente me pasaba porque mis dos mejores amigas ya habían comenzado a hacer sus vida, ambas tenían carreras universitarias y trabajos esplendidos, igual que yo. Pero la cosa cambiaba en que ellas estaban casadas y una de ellas ya tenia un bebe de dos años.

De ninguno o de los tres -WATTYS 2020-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora