Jess
No sabía qué hacer, aquellas palabras y esa forma de decir sin duda alguna que lo dejaría todo por mí me había llegado al alma. Acaricio mi rostro antes de que yo tomara sus labios. Nunca había visto a Brian en la forma en la que miraría a un hombre, pero ahora sentía algo tan genuino que me sostenía el corazón de un hilo fino, entonces comprendí que ese sentimiento era el que ellos llevaban constantemente presente cuando estaban con alguien a quien amaban.
Me separe de él y lo tome de las manos, no podía esperar para esta noche. Fui hasta Steffan para abrazarlo, el me aferro a su pecho sin ganas de dejarme ir y por mi parte tampoco había apuro, porque me sentía segura en cualquiera de los brazos de aquellos tres hombre. Me beso la cabeza.
-Nunca temas Jessie, te cuidaremos como nunca nadie lo ha hecho, serás la mujer más feliz del mundo te lo prometo. –Cuando ambos estuvimos listos nos separamos y tome mi camino hasta dexter, que me analizaba y trataba de comprender mis acciones.
-Llame a la señorita Gómez... Dijo que te esperaría a la hora que pediste.
El solo asintió para luego tomar una de mis manos y besarlas, con él las demostraciones de afecto no serían tan espontaneas como las de los demás si estos estaban presentes, era un poco cerrado en algunas ocasiones y eso estaba bien, lo amaba por cómo era y no cambiaría nunca nada de el.
-¿Me das los apuntes sobre el proyecto del centro comercial?.
-Por supuesto. –Asentí y fui hasta un archivero a buscar todo lo referente al proyecto. Resulta que unas horas después de comenzar la llamada el dueño juro que nunca más volvería a cambiar de opinión hasta que todo se llevara a cabo con la condición de que la empresa no se retirara del proyecto. Él estaba poniendo al tanto a sus hermanos mientras yo organizaba todo lo que necesitaba llevar, probablemente de reuniría con el hombre y discutirían unos cuantos términos. Y en esta ocasión en serio esperaba que todo fuera de maravilla.
Unas horas después me encontraba apagando mi computadora y terminando de organizar todo. Fui hasta la oficina de dexter y despeje es escritorio y apague su laptop pero no sin antes fijarme que la ventana que estaba abierta era la de una fotografía donde él era demasiado joven y donde una linda chica estaba sentada sobre sus piernas mientras reía a carcajadas. Dexter lucia divertido y disfrutaba de la risa de aquella joven mujer. Termine de apagar la laptop mientras sentía mucha inseguridad con mi cuerpo mi personalidad, mi risa...
-¿Estas bien? Parece que acabas de ver un fantasma –La voz de una mujer me saco de golpe de mis tormentosos pensamientos regresándome a la realidad, era la señorita hall.- Perdona si te interrumpí, es que te estaba esperando para saber si tengo que volver mañana.
-Si –Le sonreí mientras tomaba las carpetas que había organizado por prioridades y las dejaba sobre el escritorio frente a la silla de el- Mañana ven en horario de oficina directo a recursos humanos, ellos ya saben que iras.
-Gracias –Casi grita de la alegría mientras tomaba sus manos para apretarlas juntas y salta emocionada- Te juro que no te defraudare por tomar esa decisión, estoy muy muy agradecida.
-Eso espero, te creo capaz de hacer el trabajo. Te exijo que no te retrases nunca, sobre tus hombros esta una gran responsabilidad. Y recuerda que es algo temporal, la secretaria de Steffan solo tomo unas vacaciones antes de lo previsto y más prolongadas de lo normal, pero ella regresara a su lugar en algún momento del próximo año. –Camine a la salida y ella me siguió- Pero a pesar de todo es una gran oportunidad que te puede abrir muchas puertas. ¿Quién sabe? A lo mejor cuando ella regrese puedes tomar el puesto como secretaria de Brian, el caso sería que duraras ya que el siempre busca una queja ante todo. No por nada ha cambiado de secretaria unas tres veces en menos de nueve meses. Pero esfuérzate y puede que lo logres. –Me giro- no te pido seas perfecta, pero si ágil, inteligente y capaz.
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De ninguno o de los tres -WATTYS 2020-
RomanceMaldiciendo como un loco Brian tiro su vaso del costoso whisky escoces contra una de las ventanas francesas de su oficina y se dejo caer de golpe en su silla, ignorando el desastre que había hecho, al igual que sus hermanos. Se froto la cara nada po...