Dexter.
Era otro sábado mas, pintaba ser un dia tranquilo y armonioso. Me había quedado dormido en mi oficina mientras leía unos cuantos informes bancarios. Pero siendo las seis de la mañana decidi ir a acostarme en mi cama, seguía con sueño.
Puse el pie en el primer escalón de la escalera y salte del susto al escuchar mi teléfono sonar. Por el tono sabía que era una llamada de un numero desconocido, ya que solo cinco personas tenían este numero y todas tendrían que estar durmiendo a esta hora. Al sacer el teléfono vi que el numero que llamaba estaba bloqueado y no era de mi visibilidad, me debatí entre contestar o no. Guarde el teléfono en mi bolsillo cuando la llamada paso y continúe subiendo la escalera, pero mi marcha se vio interrumpida con otra llamada. Vi la pantalla y deslice el dedo sobre ella.
-Buenos días. ¿Quién habla?
-Oh dios señor Reynard, lo siento si lo desperté pero estoy desesperada -Era un hombre, pero votaba las plumas. Yo no tenia amigos gays, no porque fuera homofóbico, solo no se había presentado la oportunidad. Pero si me habían detenido muchos hombres Gays por la calle para decirme que era el hombre mas bello de américa, a lo que yo contestaba ''Lo se hermano''- Soy Luis el amigo de la zorra de jessie...
-Eh, no señor, creo que se equivoca, mi jess no es ninguna perra. -lo dije en forma de chiste, sabia que ellos se trataban asi. Lo se. raro.
-Eso es porque no la conoce. El caso es que ayer por la noche salimos todas juntas y su hermano llego al club!. Se que nos fuimos a bailar y ella venía detrás de nosotras pero se quedó en el reservado con Steffan, George nos dijo a todas que el se la había llevado. No me preocupe pero mire la hora que es y ella no ha llegado, conduje su auto hasta su apartamento y me la quede esperando durante dos horas, pero ahora necesito ir a mi casa pero no sin saber donde esta ella, estoy preocupada.
Al escuchar el nombre de mi hermano mi sangre comenzó a hervir, juro por mi madre que lo mataría si la lastimo o si la llevo a algún lugar a la fuerza. Otra cosa que me preocupaba era el nombre George, sabia que iria al The diamond la pasada noche y el era el dueño, pero se la pasaba más en the royals.
Después del almuerzo nos retiramos del comedor a nuestras oficinas. Música clásica salía de la oficina de Steff y de la de Brian salía alguna mierda de Eminem. Era raro, quienes lo vieran caminando por la calle pensaría que Steffan era el que escuchaba música moderna y Brian la moderna.
Los libros de finanzas nunca me habían parecido tan aburridos, solo podía pensar el ella y en la linda pero aterradora imagen que se posaba en mi mente cada minuto. Al verla tan cómoda junto a ellos, tan radiante y un poco sonrojada me había llevado a pensar que ella podría elegirlos a ellos dos sobre mi. Era estúpido porque yo tenía la certeza de que me amaba a mí y no a ellos, aunque también tenía la certeza de que si hacia el papel del idiota controlador la empujaría a los brazos de ellos, no de una manera frívola, sino más bien de una forma de querer defendernos. Si por ella los lastimaba ella iría con ellos para sanarlos, podía ser así de buena. ''No los amo, los quiero, pero a quien amo los lastimo y no estoy de acuerdo y como manera de dejarlo en claro prefiero estar con ustedes''
Deje el libro de finanza de lado y me levante. Tenía que dejar algunos puntos claros, tal vez mi reacción de esta mañana no fue la más indicada pero tal imagen me hizo sentir vulnerable.
Deje mi oficina y fui hasta la puerta de al frente, la cual estaba abierta por lo que podía ver a Steff tecleando como loco en la computadora y al mismo tiempo refunfuñaba.
-Despediré a alguien en cuanto llegue a la oficina el lunes. -Se quedó callado como intentado de escuchar lo que sea que estaba escuchando en el audífono conectado a su teléfono. Escuche la voz de Brian, quien también tenía su puerta abierta. Maldita sea! No podían apagar uno de los reproductores, escuchar a Beethoven al mismo tiempo de eminem era una completa mierda y más aún si odias el rap.
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De ninguno o de los tres -WATTYS 2020-
RomanceMaldiciendo como un loco Brian tiro su vaso del costoso whisky escoces contra una de las ventanas francesas de su oficina y se dejo caer de golpe en su silla, ignorando el desastre que había hecho, al igual que sus hermanos. Se froto la cara nada po...