Capitulo 22.

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Jess.

Si ayer.... Bueno, si hoy en la madrugada el dolor era casi insoportable ahora mismo estoy a punto de la muerte. Cabe destacar que lo que me despierta es eso, el jodido dolor crudo que siento en mis piernas.

Junto a mí un cuerpo caliente se presiona al mío rodeándome con brazos tatuados y aunque me gusta cuando es cariñoso me quejo por el calor que siento ¿Quién le subo tanto al termostato? Y bueno Steffan debe de estar acostumbrado a tal grado de calor porque él duerme sin preocupación alguna, claro que no muy lejos de la superficie porque lo escucho hablar.

-Buenos días nena –Me susurra en el oído y sonrió.

-Buenos días Steff. Oye... no te molesta estar tan sudado y encima de mi... No, no te molesta porque no eres a quien aplastan. -Él se ríe y se separa un poco de mi espalda, solo lo suficiente para que yo pueda girarme entre sus brazos.- Steff tengo mucho calor, y mi pierna me duele horrores.

Él me sonríe acariciando mi mentón, besa mis labios delicadamente y se separa de mí.

-Bueno, ya es hora de que te levantes para que desayunes. –Veo en la mesa de noche que marcan las ocho en punto, ¿Quién haría mi trabajo en la oficina? No me gustaba estar ausente. Algo en mí no quería rendirse con Dexter, me decía que no lo dejara ir pero no podía estar toda mi vida esperando por él.- Bueno como te he llenado de mi sudor, cosa que siento mucho ¿Qué tal un baño de agua fría?.

-Si por favor, estaría bien para refrescarme la piel. ¿Sera que la calefacción se estropeo? –Le sonrió mientras le respondo a su pregunta y echo a correr lejos esos pensamientos sobre Dexter. Trabajaría día a día. Observo a Steff ir al baño y luego de unos segundos sale

-Deje la tina llenándose e iré a buscar tus pastillas. Así aprovecho para revisar qué pasa con la temperatura, tengo calor.

El sale de la habitación posterior a eso escucho el sonido del aire acondicionado al encenderse, imagino que fue él. Aparto las sabanas de mi cuerpo y me pongo a detallar la bonita bata de seda que tenía puesta, me gustaba la sensación de la tela sobre mi piel, aunque en algunas zonas de mi cuerpo estaba pegada por el sudor, siendo un poco molesto.

La habitación ya había refrescado bastante cuando llego Steffan con una pequeña bandeja en sus manos la cual tenía dos vasos uno de agua y el segundo con jugo de naranja. Se acerca a mí y se inclina dejándome ver que en la bandeja, además, vienen dos pastillas.

-Una es para el dolor, la misma de anoche, que espero que no te duerma –Me rió ante eso. La verdad es que yo no quería dormir más tampoco- y la otra por alguna infección.

-Bien. Gracias Steff –Le digo sonriendo. Juzgando por cómo era cuando nos conocimos no lo imagine nunca en este tipo de escenarios, siempre me pareció el tipo del hombre que busca meterse entre tus piernas y luego ''Adiós'' pero me había equivocado, en sus ojos podía observar que hacia esto porque me quería mucho. Después de tomarme todo el vaso del agua y las pastillas pase al jugo de naranja.

Steff se adentró de nuevo al baño y regreso segundos después.

-El agua ya está a la mitad de la tina. Si estas listas vamos.

-Okey –dejo el bajo en la mesita de noche sobre la bandeja que vino y yo me dispongo a desnudarme. Cuando me quedo en aquellas bragas de algodón clásicas me rió antes de quitármelas- ¿Quién coño escogió esto?

-No lo sé, en cuanto llegue ya te habían cambiado de ropa incluyendo las bragas. Sé que fue Brian quien te ayudo a bañarte pero no se quien se encargó de comprar lo que estas usando.

De ninguno o de los tres -WATTYS 2020-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora