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-KAYTLIN! JOEL! RÁPIDO! -Dijo Zabdiel abriendo de prisa la puerta.-

Joel y yo ya habíamos caído plácidamente dormidos, la llegada de Zabdiel nos extrañó pero por su cara del susto fuimos de inmediato.

-¿Q..qué pasa? -Pregunté preocupada-

-Fran...cisca.. -Dijo sin aliento Zabdiel-

Al escuchar las palabras de Zabdi me imaginé lo peor, llegué corriendo a la habitación donde vi anteriormente a Erick y Francisca, pero esta vez no estaba ella, estaba sólo Erick sentado sobre la cama, tenía las manos sobre la cara y pude ver lágrimas caer desde ellas, mi preocupación aumentó al ver una gran mancha de sangre en el piso.

-Y FRANCISCA!? QUÉ LE HICISTE ERICK? ¿DÓNDE ESTÁ? -Le Grité impaciente-

-¡No le grites Kaytlin! -Gritó Joel molesto-

-¿QUE TÚ NO TE DAS CUENTA? -Dije volteandome a Joel señalando el charco de sangre que se deslizaba sobre la cama-

En silencio Joel lo observó y se acercó a Erick abrazándolo por los hombros
-¿Qué pasó...? -Preguntó Joel-

-Francisca... Nuestro... Bebé... -Respondió Erick entre llanto-

Con esas simples palabras comprendí todo y me tiré al piso, las lágrimas no paraban de caer ahora desde mis ojos. Christopher se acercó a mi y me abrazó por la espalda

-Zabdiel se la llevó al Hospital de urgencias...Esto sucedió mientras todos dormíamos... -Dijo Christopher-

Pude ver como sus ojitos se cristalizaban con cada palabra, me abrazé fuertemente a él sin poder parar de llorar, su hombro estaba empapado de mis lágrimas.

Joel golpeó la pared con su puño posando la frente sobre este, pude escucharlo sollozar y pude ver que la situación nos afectaba a todos.
Me safé del abrazo de Christopher y secando mis lágrimas fuí donde Joel

-Debemos ser fuertes, amor. -Dije seria- Somos el único apoyo de estos chicos.

Joel levantó la cabeza para mirarme y pude ver sus ojos cristalizados, Sequé sus lágrimas y me abrazó

-Está bien Kay... Hay que ir a verla.

En menos de 10 minutos estábamos todos en la sala de espera del hospital, Christopher manejó a toda velocidad hacia el Hospital y logramos calmar un poco a Erick, gracias a la estabilización de los doctores supimos que Francisca estaba bien dentro de su riesgo.

-¿Quién es el representante de la señorita Francisca Loraine? -Dijo un médico acercándose a nosotros-

Me levanté de la silla y asentí, lo seguí por el pasillo hasta una habitación, la número 33, nadie más iba con nosotros.
Al entrar vi allí a mi hermana, rodeada de máquinas estabilizantes, con un pitido de fondo que me partía el corazón.

-¿Qué pasó hermanita? -Me animé a preguntarle aguantando las lágrimas-

No esperaba una respuesta por que estaba anesteciada, pero sentía la necesidad de su aprobación, una señal. Tomé su mano fría sentándome sobre la camilla, las lágrimas nuevamente se apoderaron de mi rostro, mientras acariciaba su mejilla.

Escuché la puerta cerrarse detrás de mi y la voz de Erick con frialdad
-Perdió a nuestro bebé... -Dijo-

-¿Qué pasó...? -Pregunté-

-Su embarazo juvenil no se lo permitió, su desarrollo maternal no era maduro y si nacía el bebé sólo viviría unas horas...

Vi correr una lágrima por su mejilla y se acercó a la camilla mirando a Francisca por un largo tiempo.

-Me debo ir, si no, me sacarán a la fuerza. -Le susurró- Te adoro...

Besó la comisura de su labio y se marchó de la habitación, nuevamente estabamos ella y yo a solas, con las máquinas.

-Hermanita... Tu puedes salir de esta, y de muchas más... Vamos Francisca... Se fuerte.

Toda TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora