Terciopelo.

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Luces parpadeantes, música suave, tan suave como un desliz, la gente, el ruido del metal golpeando la porcelana, mezclándose con el rojo barullo de sus voces.

Rojo, hoy todo me parece teñido de un hipnotizante y soporífero rojo terciopelo.

Las notas melifluas llenando el aire de promesas de amor enterradas entre los más pequeños recuerdos de la desesperación.

Hojas danzantes y cínicas, bailando al son de esta pesada temperatura, ahí, sobre mi cabeza, llevadas por la cálida brisa de este invierno otoñal

¿Debo parar, volver a comenzar?, ¿Solo debo cerrar los ojos para dejar que la utopía me venga a robar?

No. Esto es una distopía amorfa y ambigua, si, estoy sola esta noche entre tanta gente, gente banal, gente que siente, gente que sufre, gente que rie, si, soy una vil mortal, escribo, critico y a veces...a veces miro.

Si, miro al mundo, tan imperfecto como es y aun así, con toda esta dorada e ilusoria sociedad, todavía no encuentro, algo que inspire más mis versos que mirar los colores que los corazones humanos suelen tratar de ocultar, el sepiterno  mar de emociones camaleónicas que me han fe mostrar, en esta noche, roja de soledad.

Vida y obra de una loca desquiciada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora