1. Amo estar contigo

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Nova.
—¡Leo! —me lanzo a sus brazos y lo aprieto tan fuerte que puedo asegurar que le he sacado el aire.
—Nova —responde separadose de mí tiernamente —, ¿no deberías estar en la escuela?
Ruedo los ojos, a veces me sorprende lo rápido que suele olvidarse de los asuntos de su novia pero se aprende de memoria cada uno de los pergaminos del Ninjutsu o los capítulos completos de Héroes Espaciales.
—Hoy no tengo clase —le digo mientras tomo sus manos, son más cálidas de lo que recuerdo —, la suspendieron por vandalismo. Ya te lo había dicho.
—Lo siento amor —se le nota apenado y ahora más distraído que las últimas veces que lo he visto —, he estado más concentrado en los entrenamientos con el Sensei —dirige su mirada al suelo —, ahora son más estrictos.
Río un poco, me causa bastante ternura cuando se apena por cosas como estas. Desde que casi mueren salvando la ciudad de una invasión y de Destructor, ya no es lo mismo, Splinter pone a entrenar día y noche a las tortugas, sobre todo a Leonardo, con la finalidad de que se convierta en un mejor líder y pueda enfrentar a los enemigos venideros, aunque siento que Splinter exagera, la mayor amenaza que la ciudad tenía era Destructor y ahora ya no está. Ni siquiera el Kraang se atreve a conspirar desde que destruimos su base y su líder está custodiado por los Utroms.
Es feo que el Sensei se empeñe en querer llevarlos a su máximo potencial en pareciera el menor tiempo posible.
—¿No crees que deberías dejar tu entrenamiento a un lado por unos segundos? —digo mientras ladeo mi cabeza.
—Nova... —sus ojos demuestran desaprobación, ya sabía que diría que no —Sabes que no puedo dejar así como así el entrenamiento.
—Pero ya no pasas tiempo conmigo —me alejo de él y frunzo el ceño cual niña pequeña haciendo berrinche.
—Ahora estoy contigo...
—¡No es lo mismo! —interrumpo azotando mis manos en el aire para posteriormente cruzarlos y fijar mi vista en otro punto.
Un silencio incómodo invade el ambiente, por un momento temo que en esta ocasión me haya pasado con el berrinche, la verdad nuestra relación nunca fue peor que ahora, sus entrenamientos se están volviendo un dolor de cabeza y el que ya no pase tiempo conmigo me molesta bastante, incluso más de lo que debería.
—Por hoy he terminado de entrenar —dice mientras intenta buscar mi mirada inclinando su cabeza más hacia mí —. ¿Quieres ir a algún lado?
Suspiro. Debo controlar más este sentimiento de frustración y coraje por sus entrenamientos, mis ojos se encuentran con los suyos y no puedo evitar sonrojarme, por lo que instintivamente aparto la mirada mientras sostengo mi brazo derecho con el izquierdo.
—Prometo no salir corriendo —dice entre risas —, otra vez.
El recuerdo de nuestra primera cita pasa ante mi cabeza como un video reproducido a una considerable velocidad.
No puedo evitar sonreír.
—Me dejaste con las ganas de un beso —le dedico una sonrisa y observo sus ojos, tan azules como el mismo océano.
Me devuelve la sonrisa, pero la de él es mucho más cálida y abarca todo su rostro de una forma magistral.
—Lo puedo compensar ahora.
Y sin esperar una respuesta me toma de la cintura y me atrae más hacia él. Siento su embriagante aliento entrelazarse con el mío y hundir me en una sensación electrizantemente única, sus labios se funden con los míos como metal al fuego y una emoción me invade despertando cada célula de mi cuerpo. Siento como su lengua se abre paso entre mis dientes y entra para explorar, sin poner resistencia mi lengua se entrelaza con la suya y comienza a convertirse en una lucha de lenguas épica. Sin querer perderme ni un solo segundo de este momento, rodeo su cuello con mis manos y él baja las suyas hacia mi cadera consiguiendo juntarnos más.
El conjunto de emociones hace que el recuerdo de nuestro primer beso se haga presente. Es imposible olvidar el edificio donde antes solía vivir con mi hermano y mi madre, la sensación de necesitar aquel beso tan desesperadamente nos rodeaba una y otra vez, fue aquella noche donde días antes me había dejado plantada con el señor Murakami, al parecer sus hermanos habían logrado darle valor para que fuera a hablar conmigo y pudiera remendar su error; balbuceó bastante antes de callarlo plantandole un beso en sus labios de la misma forma que ahora lo estamos haciendo. Aunque en aquella ocasión nos separamos por el golpeteo de puerta que ocasionó mi madre por su preocupación de que habían escuchado voces en mi habitación, por supuesto, al día siguiente fui a las alcantarillas para dejar todo en claro.
Cabe señalar que en esta ocasión nos hemos separado por falta de aire.
—Ya extrañaba sentir tus labios —dice juntando su frente con la mía.
—También yo —respondo con la respiración un poco agitada —. Tus labios son tan dulces.
—Y puedo hacer más —responde alejándose un poco de mí.
De un momento a otro su mirada dulce y tierna cambia a una de pasión y un tanto de lujuria.
Río antes de poder responder ante su comentario.
—Creo que también me agrada tu faceta oscura —digo poniendo una mano en su hombro y una sonrisa pícara en mi rostro.
—¿Faceta oscura? —toma mi mano y avanza unos cuentos pasos más fuera de su hogar —. Solo fue el comienzo.
—Vaya, ¿tienes más? —pregunto mordiendo mi labio inferior.
—Podría ser — Se inclina hacia mí para darme otro beso, así que yo hago lo mismo pero cuando estamos apunto de besarnos, una voz infantil nos distrae.
—¡Qué bonitos!
Nos apartamos instintivamente, Leonardo se rasca su nuca nervioso y seguro mi cara está como un tomate.
—¡Oh, lo siento! No quería incomodarlos. Sigan en lo suyo.
Observo al propietario de la voz y me doy cuenta que es mi mejor amigo: Miguel Ángel, o cómo me gusta decirle: Mikey.
—Ya será en otra ocasión —digo dedicándole una sonrisa nerviosa a Leonardo, él solo se limita a responder de la misma forma.

[...]

—¡Encontré la temporada completa de Héroes especiales!
No sé cómo después de una larga caminata por los más grandes tambos de basura de la ciudad de Nueva York logramos encontrar una de las temporadas de la serie amada por el intrépido.
—¿La encontraste? —digo poniéndome de pie de entre la basura.
—Sí —responde emocionado —. Es la única temporada que me falta.
—Espera —digo jalando el disco hacia mí, no puede obtener la última temporada, la compre por internet hace un par de días para regalársela en nuestro aniversario —, ¿es la quinta temporada?
El intrépido asiente con la cabeza repetidas veces cual niño pequeño antes de observar nuevamente la funda que cubre el disco, es igual a la portada que se veía en internet.
—Debe estar rayado —digo tratando de quitarle el disco.
—Bueno, tenemos que probarlo —dice guardándolo en su cinturón.
Doy un gran suspiro antes de negar con la cabeza.
—¿Qué tienes amor? —pregunta acercándose a mi.
—Nada importante cielo.
El responde con una de esas sonrisas que tanto me gustan, toma mis mejillas entre sus manos y me jala para plantarme un beso en la punta de mi nariz.
—Ya es de noche, ¿te parece si salimos?
Aquellas palabras han endulzado mis oídos, levanto mi vista y veo sus perfectas facciones. Me limito a sonreír.
—Me encanta tu sonrisa —dice depositando otro rápido beso en mi mejilla —. Qué dices si vamos con el señor Murakami.
Asiento con la cabeza antes de salir corriendo tratando de que Leonardo me siga y al hacerlo no tarda mucho en dejarme atrás por lo que con grandes esfuerzos trato de seguirle el ritmo pero me cuesta mucho trabajo, no entreno desde que derrotaron a Destructor y salvaron a la ciudad de una invasión extraterrestre. Noto cómo me empieza a faltar el aire y solo puedo pronunciar agitadamente el nombre de mi acompañante.
Se detiene rápidamente y vuelve su vista hacia mi antes de ir a ayudarme.
—¿Qué sucede, Linda?
Tomo una buena bocanada de aire y me encorvo mientras me sostengo de mis rodillas para retomar mi respiración.
—Debe ser el cansancio —toso con dificultad —. Creo que es mejor ir más lento.
—¿Quieres que te cargue? —pregunta sosteniendo mi brazo con preocupación.
Eso sería estupendo, pero no puedo abusar de su buena obra. Además que es costumbre que después de un par de días sin mucha actividad física mi organismo se canse demasiado rápido.
—No, yo puedo sola —le dedico una sonrisa a la que sin dudar la imita.
Para que su preocupación no aumente decido ponerme en una postura correcta y doy una gran suspiro, aunque a la mitad del mismo comienzo a toser repetidas veces.
Esto me recuerda cuando apenas empezaba a entrenar, siempre me decía que él podía llevarme en su caparazón pero nunca accedí, todo el tiempo prefería caminar o esperar a que el cansancio pasara, aunque era más porque me daba pena y no quería ponerme más incómoda de lo que ya estaba con tan solo su presencia; con solo el tacto de sus manos sobre mi cuerpo para corregir alguna posición mala en el Ninjutsu sentía una carga eléctrica en todo mi cuerpo, era una sensación única, y no hablar de lo roja que me ponía, incluso Donnie, su hermano científico, decía que era por fiebre para sacarme de apuros ya que él y Mikey eran los únicos que sabían así que luego me hacían burla nombrando a mi súper rubor: "Fiebre de Leonardo" un nombre poco original, pero según Mikey, es sensacional; de echo él fue el primero en enterarse en que me gustaba Leonardo, el enano siempre ha sido mi mejor amigo no se qué haría sin él.
—Amor, lo mejor será ir a tu casa.
—¿y la cena con el señor Muarakami?
—Será en otra ocasión, primero está la condición de mi hermosa Kunoichi.
Es inevitable no soltar una sonrisa por tan hermosas palabras, me encanta que me diga lindos apodos.
Me acerco más a él y le planto un beso en esos labios verdosos que tanto me gustan. El beso es corto, pero lleno de amor.
Me toma en sus brazos y me carga, yo pongo resistencia, pero él no me hace caso.
—Te llevaré a tu casa.
Ruedo los ojos y me aferro más a él recargando mi cabeza en su pecho.
—Sabes perfectamente que no me pasa nada —digo una vez que salimos y nos encontramos en lo alto de los edificios.
—Bueno, podríamos pedir una pizza y quedarnos en tu casa probando el disco de Héroes espaciales.
Río y me doy un leve manotazo en mi frente.
—¿Solo querías probar tu serie?
Leonardo ladea la cabeza de un lado a otro tratando de buscar las palabras adecuadas.
—Es una oportunidad.
No cabe duda que amo cada átomo de sus existencia.
























Hola Chicos y chicas, como han visto eh publicado una nueva historia de TMNT, espero sea de su agrado.
La novela contendrá MUCHO romance (e incluso Lemmon fuerte, aunque ese será más adelante), acción, decepciones, comedia y drama.
Espero lo disfruten, y si ese es el caso, no olviden comentar y votar :3

No Me Dejes [Rafa y tú o Leo y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora