2. Noticia inesperada

416 25 3
                                    

Leonardo.
El fuerte golpe de la puerta me provoca un gran dolor de cabeza, poco a poco abro mis ojos y me percato que me encuentro en el departamento de Nova, mi novia. ¿Qué se supone que sucedió? ¿Por qué no recuerdo nada?
Observo a mi alrededor y me doy cuenta que no traigo mi equipo y Nova está... ¡En ropa interior, aún lado de mí!
Por la impresión que me ha dado la escena me hago hacía atrás provocando que caiga de espalda.
—¡Auch! —me quejo mientras sobo mi cabeza con mis dos manos.
—¡Nova! ¡Nova! —escucho decir desesperadamente a alguien detrás de la puerta, por el tono de voz puedo decir que es una chica, debe ser su mejor amiga Zoé.
Niego con mi cabeza repetidas veces para disimular un poco el dolor, pero solo ha sido un error ya que el dolor ahora es acompañado por un leve pero molesto mareo. Examino la habitación, una botella de vino no tarda en hacer presencia en compañía de varias rebanadas de pizza esparcidas por todos lados. ¿Qué demonios pasó?
Trato de abrir por completo mis ojos pero me es inútil ya que del esfuerzo me arden, todo mi cuerpo me duele, esto es peor que los entrenamientos del Sensei. Estupida cruda.
—¡Nova, sé que estás ahí!
De puro milagro, los golpes de la amiga de Nova ocasionan que mi novia se despierte con, aparentemente, los mismos síntomas que yo.
—¿Qué Sucedió?
—Lo mismo me pregunto —digo tratando de ponerme de pie con la ayuda de la cama.
Nova voltea hacia sus lados de una forma bastante peculiar, pero segundos después me observa y se da cuenta que no traigo nada, por lo que dirige una mirada a su cuerpo instintivamente.
—¡No me veas! —dice de pronto tratando de envolverse con las cobijas más cercanas a ella —¡Voltéate!
Intento hacer lo que me pide pero con grandes esfuerzo logro ponerme de pie.
—¡Nova, al menos responde! —interrumpe la voz detrás de la puerta, más fastidiada que la última vez que habló.
—Por Dios, no pudimos hacerlo... Esto debe ser un error —susurra Nova entre dientes mientras trata de encontrar su pantalón con una mano y sostener las cobijas con la otra.
—¡Vete! —ordena enseguida mientras hace un ademán con su mano libre —. Luego voy a las alcantarillas.
Con grandes esfuerzos, tomo mi equipo y no lo pienso dos veces para salir por su ventana más que confundido, lo que menos ahora me interesa saber es si las copas que tomamos anoche llegaron a realizar cosas en nuestra cabeza para hacer lo que Nova piensa que hicimos, la verdad si lo hicimos y ahí consecuencias no me molestaría en responder. Pero ahora la cuestión será explicarle al Sensei el porque no llegué a dormir sin terminar mi entrenamiento y con este malestar físico.

[...]

—¿En dónde carajos te metiste? —cuestiona Rafael cerrando la puerta de mi habitación tras él.
Suspiro antes de sentarme en el borde de mi cama con una bolsa de hielos sobre mi cabeza, lo que menos quiero escuchar son sermones.
—Estuve en casa de Nova —dije tallando mi ojo con la mano libre.
Rafael se cruza de brazos y me mira con un semblante serio, nunca lo había visto tan "protector"
—¿Crees que Splinter te perdonará esta salido así de fácil? —se acerca más hacia mi —. Sin mencionar la notable cruda que te cargas —añade observando mi estado y la bolsa de hielos en mis manos.
Me pongo de pie dejando a un lado la bolsa de hielos que hace que le dolor de cabeza desaparezca, que desconsiderado de su parte estar presionando de esa manera cuando sabe a la perfección que la cruda no es de lo mejor del mundo. Además él se desapareció por más de un día por estar con Mona Lisa (quien lo dejó poco tiempo después por el honor a su planeta), siempre le advertí sobre ella pero nunca me hizo caso, fue muy difícil que la superará, se tardó aproximadamente 3 meses; nadie podía hacerlo entrar en razón, al menos no hasta ese día que Nova accedió hablar con él.
—Iré con Donnie.
—Sabes que no te puedes librar del sermón de Splinter —suelta Rafael con rabia.
No sé porque le afecta tanto que este con Nova.
Rodeo a mi hermano y salgo de mi habitación y me dirijo al laboratorio de mi hermano, pero antes de cruzar la sala el fuerte grito de mi padre me detiene en seco.
—¡Leonardo!
Me tenso y cierro los ojos con una sonrisa de nervios decorando mi rostro. Consigo dirigir mi mirada al Sensei, vaya que si está furioso.
—Al Dojo. ¡AHORA!
Pues Rafa tenía razón, el sermón lo tendré. Tanto que había estado tratando de evitar a mi padre para que ahora me lo encuentre.
Con pasos lentos entro al Dojo donde mi padre se encuentra observando la foto de su antigua familia, de cuando era humano.
—¿¡Dónde pasaste la noche!? —avienta la primera pregunta más enojado que Rafa con su temperamento.
Retrocedo un poco por el miedo, pues su mirada penetrante me mata cual ninja furioso.
—Y-o-o —balbuceo mientras juego con los dedos de mis manos —... Me quedé... Con... Nova.
Splinter cierra sus ojos y respira hondo.
—Tú entrenamiento aún no ha terminado, y lo sabes.
—Sí, Sensei.
Splinter vuelve a tomar aire antes de dirigirse hasta su habitación donde no tarda en sacar una foto donde nos encontramos todos, incluso Abril, Casey, Karai y Nova.
—Este es el motivo por el que te hago entrenar tan duro —me entrega la foto.
La observo mas a detalle, esa foto la tomamos el día en que me volví novio de Nova y todos festejamos nuestra unión, fue un día extraño, todo ocurrió demasiado rápido, aunque debo admitir que fue lindo.
—Debes proteger a tus hermanos y a tus amigos —abro la boca para decirle algo pero él me interrumpe añadiendo —. Ya sé que han derrotado a Destructor, pero el Kraang debe seguir haciendo sus experimentos, y no podemos darnos el lujo...
—Destruimos el TCRI —interrumpo dejando a un lado la foto para poder verlo mejor —, es imposible que el Kraang vuelva.
—No debemos fiarnos —alza más la voz —. Como alguna vez un sabio dijo: "en tiempos de guerra no olvides la posibilidad de paz y en tiempo de paz, no olvides la posibilidad de guerra"
Ruedo mis ojos, el fuerte dolor de cabeza comienza a volver pero ahora más fuerte. Trato de mantener la postura y que Splinter no se de cuenta, pero me es inútil.
—¿Qué tienes hijo mío?
Sobo mi cabeza con mi mano y aprieto mis ojos para esperar que se calme.
—Solo un dolor de cabeza leve, no es nada.
Splinter se me queda viendo, es bastante molesto su mirada, se siente como si estuviera cargando una tonelada.
—¿Qué fue lo que realmente hiciste, Leonardo?
Desvío mi mirada más que nervioso, ahora deseo que Mikey venga con sus bromas y me saque de esta situación.
—Yo...
El Sensei arquea una ceja provocando más presión ante mis argumentos, ¿qué se supone que deba responder? No le puedo decir que me emborraché con Nova y que posiblemente hicimos algo más, por cómo nos despertamos.
—Leonardo.
De mi boca sale una risa nerviosa, mientras que de la de Splinter solo se puede escuchar un gruñido bastante inquietante.
—Es obvio, la cruda no se quita en segundos.
Me tenso más que cuando me gritó la primera vez Splinter. Alterado, me doy a la tarea de ver al propietario de la voz y me encuentro con Rafael recargado en el marco de la puerta del Dojo, con los ojos cerrados y una fina línea decorando su rostro, le borraré esa sonrisa cuando salga de este problema.
—¿Cruda? —escucho preguntar a Splinter.
Vuelvo mi cuerpo hacia el Sensei, quien ha cambiado su rostro de furia a uno preocupado.
—N-n-No es lo que p-p-pie-e-ensa, Sensei —digo tartamudeando tratando de encontrar una excusa creíble ante mi situación.
—¿¡Qué hiciste Leonardo!?
Escucho la pequeña risa de Rafael acercarse, ahora solo quiero golpearlo.
—Paso la noche con Nova y algunas copas, ¿no es así, hermano? —Rafael recarga su brazo sobre mi hombro, yo me aparto con gran coraje.
—¿Es cierto? —pregunta Splinter con voz firme.
Balbuceo entre nerviosismo y coraje, aunque estoy más que seguro que después de esto voy a matar a Rafael, de esta, no sale vivo.
—Solo fueron unos tragos, no pasó...
El quejido de Splinter me interrumpe.
—Debes estás al cien por el entrenamiento —dice después de unos segundos —, no puedes estar de fiesta en fiesta, Leonardo.
Ahora su tono cambia a decepción, lo he decepcionado.
—Tú deber está en proteger a tu familia y a la ciudad de...
—¡Pero estoy cansado de ser el responsable! —interrumpo gritando —, ¿cuando me podré divertir yo como Mikey o Donnie?
Splinter pone su rostro furioso, lo que hace que comience a analizar las palabras que dije. Creo que mi comentario estuvo de más.
—¿Crees el entrenamiento es un juego? —camina hasta mi con chispas de enojo saliendo de su rostro —. Por lo visto no es sano que completes aquí tu entrenamiento, te irás a Centroamérica mañana a primera hora.
Y sin más, me da espalda y se mete a su habitación cerrando de un portazo la misma, no sé cómo podré decirle esto a Nova, si antes no le parecía que estuviera todo el día entrenando ahora que me iré será lo peor.
—Vaya, el intrépido se irá por un tiempo.
Lleno de coraje, me lanzo hacia mi hermano totalmente desprevenido y  logro derribarlo.
—¿¡Por qué le dijiste al Sensei!?
Lo tomo de su caparazón con mi mano derecha mientras que con la otra lo golpeó con poca fuerza, a pesar de estar enojado, no quiero hacerle daño, al fin y al cabo es mi hermano.
Rafael detiene por unos segundos mi golpe y dice:
—Me debías una por lo de Mona Lisa.
El recuerdo del día que eche de cabeza a Rafa viene a mí como estrella fugaz, recuerdo que Mikey, Donnie y yo lo cubrimos y planeábamos alguna otra excusa para justificar su ida, pues, por lo visto tenía planeado quedarse más tiempo porque se llevó consigo unas cuantas maletas. Durante el día y medio que no estuvo logramos engañar al Sensei, pero cuando llegó con una gran herida en su brazo, se me salió decir en voz alta sobre su huida, Splinter nos escuchó y le puso un castigo severo.
—Fue un accidente —digo zafando el agarre, Rafael aprovecha esta oportunidad y me da un golpe en la cara logrando derribarme.
—Accidente o no —se pone de pie y me mira con sus ojos lleno de furia —, me debías esa. El castigo no fue bueno —señala una cicatriz en su caparazón, está roto por aquel entrenamiento tan duro.
Me da la espalda y sin más se va indignado. No cabe duda que esto se ha vuelto un desastre, debo arreglarlo.

No Me Dejes [Rafa y tú o Leo y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora