9. Ataque sorpresa.

192 17 2
                                    

Nova.
Estar arreglando el apartamento para recibir una visita de mi hermano no es nada normal, y mucho menos bajo estas circunstancias: donde mi estado de animo no es el más adecuado.
Suelto un largo suspiro antes de comenzar a buscar mis llaves bajo los cojines, si me apresuro es probable que pueda alcanzar a comprar comida china y algunos refrescos para no tener que cocinar ni salir a algún restaurante (lo cual es muy probable que pida mi hermano). La cuestión es que no tengo las más remota idea de a que hora llegue, cuando marcó era alrededor de la una de la tarde y no creo que a penas estuviera saliendo, tal vez dentro de unas dos horas llegue..., si bien le va y no hay trafico o retraso en el aeropuerto.
Cuando por fin encuentro las llaves me dirijo hasta la puerta y salgo; al bajar las escaleras me encuentro con mi pequeño vecino Josh cargando una caja de cartón un poco mas grande que su cabeza, le sonrío antes de tomar la caja.
—¿Qué animal llevas aquí ahora, Josh? —pregunto al conocer bien al pequeño, pues siempre que no desea que su madre se entere sobre algún animal que recogió de la calle lo pone en una caja fingiendo que es pan o alimento para Tobias, su perro salchicha.
—Es un pájaro que encontré tirado en los columpios, cerca de aquí —señala hacia su derecha con su dedo indice al tiempo que en su rostro forma una sonrisa que le ha salido más como una mueca.
—Sabes que tu madre no aprobará este animalito —acomodo la caja en mis manos, esta más pesada de lo que un pájaro debe pesar.
—Lo sé, por eso le he puesto encima piedras, algunas ramas y mis viejos tenis que iba a tirar —eso debe responder mi pregunta sobre el peso —, además, mamá ya no esta conmigo siempre, se la pasa encerrada en su habitación y nunca sale, solo deja un plato de arroz o sopa en la mesa; ya nunca la veo.
El pequeño agacha su cabeza seguido de un suspiro triste al tiempo que comienza a jugar con sus pies de forma inocente, me da mucha ternura, creo que debería ir a visitarlo más seguido y llevarle algo de comer si es cierto que su madre solo le deja un plato de arroz o sopa.
Sonrío antes de subir un piso para dejar al niño en la puerta de su casa, él no tarda en imitar mis movimientos y seguirme.
—No te preocupes, seguro en vacaciones te prestará atención.
—Las vacaciones fueron hace un mes, no dan más hasta el próximo año —el niño comienza a subir más deprisa, sin embargo, sus inconscientes brincos no pasan desapercibidos.
Por poco me había olvidado que mi escuela la clausuraron porque unos sin vergüenzas destrozaron la mitad de la escuela, pintaron las paredes y las aulas, y a decir de los rumores de algunos compañeros vieron unos mutantes... Los Hamato estaban conmigo en esa ocasión, así que no pudieron ser ellos tratando de impedir ese ataque o algo parecido, pero tampoco les dije las sospechas para no ponerlos en alerta.
—Puedes venir a mi casa los días que quieras —digo entregándole la caja.
—Seguro, iré para sacar a pasear a Tobias —dice fingiendo una sonrisa, toma la caja al tiempo que infla sus cachetes y suelta el poco aire que le quedaba en los pulmones.
Me cruzo de brazos esperando a que Josh entre a sus casa lo cual tarda un poco al estar cargando pero cuando intento ayudarlo el pequeño ya ha entrado, le sonrío una vez más y el la devuelve antes de cerrar la puerta con mucho cuidado para que su perrito no salga; me sorprende bastante que Molly ahora se comporte de esa manera, desde que la conozco, nunca ha descuidado en la comida a su hijo, tal vez en las salidas sí, pero es porque se va a trabajar, es obvio que no puede estar todo el día con él... Sospecho debe estar muy estresada con el trabajo...
Salgo del edificio lo más rápido que mis pies dan, la gente va y viene, parece que no tienen preocupación. Ahora que lo recuerdo, ningún amigo de la escuela me ha llamado, salvo Zoé, pero ella no cuenta puesto que es mi mejor amiga y siempre esta conmigo sin importar qué. La escuela es entretenida cuando tienes a compañeros que alegran las clases o algo similar, igual que la vida, si tienes con quien estar es bonita, compartir la felicidad es parte esencial...
¿Cuanto durará el entrenamiento de Leonardo? ¿Será largo? ¿y si pasan años? ¿Aún podremos estar juntos?... ¿Y si encuentra a alguien allá? No, es una tortuga mutante, es imposible que se deje ver... Pero... Yo lo conocí por accidente... ¿y si pasara igual?
Niego con mi cabeza para deshacer aquellas interrogaciones absurdas, Leonardo me ama y yo a él, eso ningún mutante o monstruo lo va a cambiar y eso es lo importante.
Con pasos cansinos al fin he llegado al restaurante, es mas pequeño de lo que recordaba, tan solo cuatro mesas al rededor ocupadas por personas platicando alegremente, el color predilecto de los habituales restaurantes de comida china es el rojo un color muy irritante en mi opinión, lo mejor será salir cuanto antes de aquí. Gracias al Kraang solo hay dos personas formadas para pedir algo así que me coloco en la cola de la fila y saco mi celular para entretenerme, al desbloquearlo me doy cuenta que tengo un mensaje de Casey... Creí que había sido bastante clara en que no quería volver a verlo.
Lo abro y me sorprendo al ver lo largo que es.
Sin previo aviso se escucha como el vidrio de las ventanas se rompe y al girarme me doy cuenta que los comensales más cercanos a mi comienzan a gritar y correr hacia la barra, vuelvo mi vista hacia las ventanas rotas y no tardo en observar a unos sujetos vestidos de pies a cabeza con ropa negra y armas parecidas a los sables. Pego un brinco hacia tras al tiempo que llevo mis manos a mi boca para ahogar un grito. ¿Quienes son estos sujetos? Lo más probable es que sean vil ladrones queriendo el poco dinero que gana al día este restaurante ¿pero para eso necesitaban hacer todo este alboroto?
La gente comienza a saltar las barras y salir por la puerta trasera, sin pensarlo, hago lo mismo pero al ser un poco más pequeña que el resto me empujan ocasionando una caída al suelo, mi celular sale disparado. Después tendré que comprar otro, que fastidio.
—¡Escuchen personas idiotas! —vuelvo mi cuerpo al escuchar gritar un hombre del que no me había percatado. Lleva una armadura con grandes cuchillas en los brazos, se parece mucho a la armadura de Destructor —. Busco a una chica, es hija de James Evans. Entregen la, y no sufrirán ningún daño.
Mi cuerpo se tensa de inmediato ¿Por qué me buscan? ¿De dónde conocen a mi padre? ¿Qué es lo que quiere? ¿Cómo saben que estoy aquí?
Con el rabillo de mi ojo observo a las pocas personas que quedan en el lugar, todas están temblando y ahogando uno que otro grito. No quiero que sufran por mi culpa, pero tampoco me puedo permitirme ir hacia la muerte por mi propia cuenta. Debo idear un plan, aunque nunca he sido buena con los planes.
—¡Ninguna de estas personas conoce a James Evans! —grita un hombre con la voz entrecortada, viste unos pantalones de mezclilla y una camisa color verde y rayas blancas, se ve que viene con la mayoría de las personas restantes.
El hombre de armadura comienza a reír y analizar cada una de las personas, intento hacerme más pequeña pero me es inútil, sus ojos se clavan en mi tan profundo que siento como me atraviesan y absorben. Tengo miedo.
—¡Quiero a todas las chicas aquí! —grita desviando su mirada y dando un paso al frente —¡Rápido!
Nadie reacciona, el hombre hace un gesto de asco con su cabeza y truena los dedos. Cuatro de sus secuaces se acercan amenazantes y al ser yo una de las primeras me toman de unos de mis brazos y me levantan con gran impaciencia. No había notado lo rápido que late mi corazón si sigue así podría asegurar que en cualquier momento se podría salir de mi cuerpo. Mis oídos se comienzan a tapar y los sollozos del resto de las chicas se escuchan cada vez más lejanos, debería estar como el resto pero en cambio, estoy aquí, sin sentir ninguna emoción. Simplemente en estado de Shock.
No se me ocurre nada para salir de aquí, mi celular está a varios metros de mí y el gritar no serviría de mucho, agacho mi mirada, pequeñas gotas de sudor se resbalan por mi frente. Aún puedo escuchar los pasos que hace el sujeto al mando de esta hazaña, puedo alcanzar a ver que analiza, de forma brusca, a cada una de las chicas que nos hicieron formar una fila. Soy la última, ¿eso podría darme alguna ventaja? No lo sé...
Segundos después, cuando por fin llega a mí, un impulso desde lo más hondo de mi ser brota y me empapa como un chorro de agua fría. Tengo que salir de aquí con vida.
El hombre toma mi rostro sin preguntarse si aquel apretón hace que mis cachetes duelan, pero sin esperar ni un segundo más flexióno mis rodillas y le lanzo una patada directa en su cara. No sabía que aún tenía esa flexibilidad. Genial.
Miro como sujeto retrocede algunos pasos lo que me da suficiente espacio para impulsarme hacia atrás y aplastar al hombre que me sostenía.
—¡Atrampela imbeciles! —grita el hombre y sin pensárselo sus secuaces lo obedecen sacando sus sables.
Comienzan a rodearme ¿ahora cómo salgo de ésta?
Retrocedo algunos pasos, nunca me había enfrentado a tantas personas tan vulnerable, si tuviera algún arma o compañero sería totalmente diferente. Observo la situación, hay solo un ninja que se encuentra cerca de la ventana rota, si lo derribo tendría más posibilidad de escapar ilesa.
Suspiro antes de llevar acabo mi plan, me lanzó contra aquel ninja y el responde de la misma manera, puedo ver cómo sostiene más su arma y cuando estamos a poca distancia ataca con su sable, por los pelos lo logro esquivar y salir corriendo hacia la ventana pero antes de que pueda llegar el sujeto de gran armadura se pone en mi camino.
—Veo que tu padre te enseñó algunos trucos, ¿No es así? Nova Evans.
Retrocedo y cierro mis manos en forma de puño. Este idiota va a complicar las cosas mucho más de lo que se suponía debía ser.
—Mi nombre no es Nova Evans.
El hombre ríe, este sujeto me recuerda demasiado a Destructor.
Posiciona una mano en su estómago para intentar dejar de reír, es un idiota.
—Mira niña, creo que lo mejor será que no mientas, tenemos a tu hermano, sino vienes tendrá que dormir con los peces ¿Acaso quieres eso?
—¡A él déjenlo en paz! —respondo volviendo mi mirada hacia el hombre casi de inmediato. Mis nervioso se han puesto de punta.
—¿Te preocupa tu hermano, Nova? —sus labios forman una sonrisa complaciente, debo admitir que esas palabras no fueron las más inteligentes pero ¿si es verdad que tienen a mi hermano?
—¿¡Qué es lo que quires!?
—Eso se discutirá en un lugar más... —recorre el restaurante con una mirada repugnante, pareciera que en cualquier momento se puede ensuciar o algo similar —, privado —concluye volviendo su vista hacia mí.
Desvío mi mirada con gran coraje, cierto o no, no tengo otra opción más que aceptar. No me gustaría que mi hermano durmiera con los peces por mi culpa.
—Tomaré eso como una aprobación —sentencia el sujeto con una sonrisa de satisfacción y con tan solo un chasquido de dedos sus hombres deja a las demás personas para poder sujetarme y llevarme detrás de su jefe.

No Me Dejes [Rafa y tú o Leo y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora