Acto 12

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De vez en cuando nos equivocamos.

El miedo es un muy poderoso enemigo que nos impulsa a actuar de manera extraña; a veces se juntan el miedo, la cobardía y la incertidumbre y el resultado es fatal. Es muy complicado no tener miedo, no es algo sencillo de afrontar, pero parte de crecer es aceptarnos con todos nuestros defectos y virtudes, incluidos los miedos.

Sólo hazlo, enfréntalos y acepta las consecuencias de tus actos con ellos, una vida llena de felicidad podría estar esperándote.

Karamatsu se sentía desconsolado, estaba apoyado en una cama con exceso de color rosa, viendo al azar películas repetidas en la televisión que en realidad no estaba mirando, comiendo por comer y con un mal humor visible para cualquiera. Frente a sus pies se encontraban los guiones segmentados y listos para que comenzaran a ensayar apenas volvieran a clases, se sentía orgulloso de todo el avance de aquello pese a haberse ido durante tanto tiempo sin previo aviso.

Sin embargo, nada podía calmar los pensamientos turbios que revoloteaban como mariposas por su cabeza, hundiéndolo en la miseria de la incertidumbre, arrepintiéndose y deseando volver al pasado para enmendar todo.

-Sigues poniendo esa cara- el chico que estaba a su lado reclamó con visible molestia –Si no me cuentas realmente lo que sucedió no puedo burlarme como se debe-

El chico de azul sonrió melancólicamente antes de soltar un sonoro suspiro. No quería verbalizar su pequeño y contundente error, pero Todomatsu era alguien en quien tenía plena confianza y más que mal, se había ido a refugiar a aquella habitación sin aviso y de manera continua durante todos esos días. Simplemente llegó y se instaló ahí, sin contar cual era la razón de sus ojos hinchados o su mal humor; sólo quería sentir la compañía de alguien con el cual no tuviera que actuar de alguna manera, la libertad de sentirse y verse miserable.

-Oh mi little Todomatsu, he cometido el mayor de mis errores. Me he dejado llevar por mi terquedad y los concejos de un viejo demonio de rojo... Ahora no sé cómo será el porvenir, veo nubes grises asechando mi pequeño día de campo en las verdes praderas-

-Por favor ve al grano dolorosomatsu- respondió visiblemente molesto con aquellas palabras.

-Luego de una serie de eventos me lancé a una acción precipitada con My little boy, y él no reaccionó de la mejor manera- se veía claramente descompuesto al decir estas palabras, cómo si el dolor del rechazo aún le pesara en la consciencia y le atravesara el corazón.

-¿Qué hiciste?- Todomatsu sabía que el otro no quería decir abiertamente que le sucedía, parte de su forma de ser era ocultar sus problemas para no preocupar a nadie, pero no podía engañar mucho tiempo al único amigo quien lo conocía a la perfección.

Karamatsu quería seguir evitándolo, pero sabía que este momento debía llegar, debía enfrentar la realidad y buscar alguna solución más que llorar por la leche ya derramada.

-Lo besé-

-¿Cómo?- preguntó escéptico el de rosa

-Besé a Ichimatsu-

-¿¡Qué!?-

-Eso... lo besé y él me rechazó-

Todomatsu estaba como una piedra sin creer en las palabras de su amigo, no pensó que en una semana tomaría semejante valor para ir y hacer aquella acción, ¡Hace nada aún lo estaba negando! Le dolía que parte de que se lanzara de esa manera era su nuevo hermano incitándolo constantemente, tendría que conocerlo y hablar personalmente con él; era mejor tener un aliado con tal poder de convencimiento de su lado.

Cuando cierro los ojos / KaraIchiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora