Hay algo extraño con los acontecimientos que ocurren a lo largo de la vida, hay muchas cosas las cuales no podemos evitar, otras que no podemos controlar. Mientras que algunas veces nos equivocamos en nuestras decisiones, otras veces acertamos en lo que elegimos, pero todo lo que nos ocurre son en parte una forma de crecimiento en nuestra vida y personalidad, jamás dejes que las equivocaciones frenen tu camino hacia adelante. Da igual caer, si al final te levantas, lo que no está permitido es caer y quedarse en el piso.
Corría el mes de junio, las vacaciones de verano se veían cada vez más cerca y en el club de teatro se sentía el nerviosismo por aquello. Todos se estaban esforzando por sacar a tiempo la obra planeada para esa fecha, Karamatsu estaba especialmente estresado con todo el asunto, como presidente del club no sólo tenía que encargarse de practicar sus líneas en la obra, sino que también ayudaba en la parte estética, tanto de escenografías, vestuario y música, además de gestionar con la dirección de la escuela, todos los permisos necesarios para poder presentarse como es debido.
Sí, estaba realmente estresado con todo el asunto, sin dejar de mencionar que también estudiaba para sus respectivas materias; en parte era toda su culpa, sabía que podía delegar funciones a otra gente dentro del club, pero debido a que es un perfeccionista y un poco ansioso, prefería echarse toda la carga a sus hombros antes de molestar a otros con aquello y así asegurarse que todo salga "Perfect".
Por su lado Ichimatsu aun viendo como el estrés se acumulaba en el otro, no hacía nada para impedirlo, se limitaba a observarlo y aguantar sus eternos discursos monológales cada mañana; maldecía internamente el hecho de que él mismo haya sido el que los haya pedido en su momento "¿en qué mierda estaba pensando?" solía decirse cada mañana cuando lo veía entrar pomposamente para sentarse frente a él como si llevaran una vida entera juntos.
-Oh my little Ichimatsu, que maravillosa mañana es esta, que nos ha tocado vivir, ¿no lo crees?- decía el presuntuoso joven mientras se dirigía a su usual lugar de conversación junto al otro.
-No.- respondió secamente Ichimatsu cuando Karamatsu ya se había sentado frente a él.
-¿Por qué razones podría no gustarte el maravilloso clima del día, Little Ichimatsu?-
-Odio el calor.-
-¡Pero esta estación es necesaria para que la vida florezca, como el ave fénix!-
-No quita el hecho de que tenga calor mierdamatsu.- dijo mirando fijamente al otro mientras sostenía perezosamente su cabeza con una de sus manos y con la otra trataba inútilmente de tirarse aire fresco.
Karamatsu sonrió internamente al escuchar aquel apodo, que últimamente estaba utilizando el chico cuando se dirigía a su persona. Lo cierto es que mirándolo fríamente era un poco tosco y ofensivo para algunos, pero para él, era una clara muestra de que el arisco chico estaba cada vez confiando más en él.
¿Cómo explicar aquella extraña felicidad? No lo sabía, era como un pequeño y reconfortante calor en el estómago que lo hacía sonreír como un estúpido. Estaba más que consiente que aquello no podía ser algo normal, pero trataba de no darle muchas vueltas al asunto.
Si podía compartir aquellos pequeños momentos con el chico despeinado de mirada cansada, no le importaba la manera en como lo llamara.
-¿Quieres que haga algo por ti?- dijo amablemente dejando de lado su actuación de chico cool por un momento.
-¿Cómo qué?-
-Podría traerte algún refresco, por ejemplo.-
-No importa, en lo que vas a buscarlo ya se habrá acabado el descanso, no vale la pena.-
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Cuando cierro los ojos / KaraIchi
Romance¿que tan caprichoso puede ser el destino? ¿será que cada una de nuestras acciones cambian un poco el sentido de nuestra vida? ¿pueden dos personas completamente diferentes juntarse por culpa de este? ---------------------- historia original basada e...