Capítulo 19

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La mayoría de los que nos encontrábamos ahí estábamos destrozados, cómo cuándo te dejan el corazón roto, metafóricamente, si fuera verdad ahora mismo estaríamos igual que Lorien. Escuché un grito ahogado a mis espaldas, era Leila, que estaba llorando. Leila se separó de Adrián del cual estaba abrazado, intentando caminar como pudieron sus piernas llegó hasta Hadar, que ella estaba sentada en el suelo, se sentó a su lado y la abrazo, ambas se consolaron mutuamente.

-- Sinceramente, no la conocí lo suficiente, pero lo que sí sabía que era una gran persona -- dice Iris compadeciendose.

Nadie dijo nada un buen rato, bastante tiempo. Era un detalle de parte de Iris romper el frío silencio e incómodo que se había causado.
La verdad no entendía porque le había afectado tanto a Leila, ella no había pasado toda una vida con Lorien, ni la había apoyado cuando alguna de sus parejas la había dejado.

Desde este momento, prometo por mi y por Lorien, que pase lo que pase vengaré su muerte, me vengaré de el liderazgo de los Terraneos y de haberse metido con quien no deben.

-- No la llegue a conocer como habría querido, pero me trato como una hermana. -- decía Leila entre sollozos.

Deberíamos hacer algo, algo para que esto no quede así, se merece un entierro especial, para alguien especial. Aún no puedo asimilar que ya no esté viva...

-- Deberíamos hacer una ceremonia --les comento a todos.

-- Sí... -- dice su primera palabra Hadar.

-- Pero no tenemos mucho tiempo... Ya sabéis, podemos ser bombardeados -- dice cuidadosa Iris.

No se lo negaré, que ahora corremos el doble de peligro que antes, que debemos ir con cuidado, y hacer el menos ruido posible.

Todos asentimos, hasta Adrián que no pinta nada en esto, pero aún así respeta nuestra decisión

-- Iris, puedes traer todo lo necesario? -- le digo.

Ella asiente, cierra los ojos para concentrarse al máximo, ahora mismo está en las mentes de casi todos los habitantes de este planeta, la tierra. A veces entra en las mentes sin permiso, no se puede hacer, pero ella es tan curiosa que rompe las reglas. Literalmente en este planeta tierra esas normas no són del todo aplicables, aún que algunas siguen usándose a pesar de todo.

-- Un camión funerario vacío... Tardará una media hora, si voy a toda velocidad -- dice Iris con los ojos cerrados.

Eso nos vendría perfecto.

-- ¿Lleva palas? Para el hoyo -- le digo.

-- Las puedo conseguir. Vigila que nadie me moleste -- dice Iris sentándose en el suelo.

Dependía totalmente de Iris si queríamos hacer una ceremonia en condiciones. No podia vigilarla yo, pero alguien debía hacerlo.

-- Tu, vigila que nadie se acerque --me dirigí a Adrián.

Él era el indicado, no tiene nada que ver con este asunto, así que podía quedarse apartado, así me daría tiempo para ver cómo está Leila. Además en momentos así nadie se podía negar a nada. Se podría decir que me aprovecho de la situación.

Me acerco a las chicas discretamente, como si me estuviera de paso. Están sentadas en el suelo, Leila en cuclillas y Hadar sentada, me pongo en medio de ellas dos, ya que tenían bastante espacio de distancia. Paso mi mano por la espalda de Hadar, en modo de consuelo y ella no me lo niega, cualquier afecto de cariño venía bien en situaciones como estas, sobretodo después de una perdida. Busco la manera para hacer que Hadar se aleje y pueda estar a solas con Leila.

-- ¿Porqué no vas a preparar la ceremonia? Te podrás despejar un poco -- digo refiriéndome a Hadar.

Ella no suelta palabra alguna, creo que le parece bien, porque se levanta y va con los demás, sus ánimos eran mínimos. En momentos así teníamos que ver el lado positivo, no creo que a Lorien le gustará que estuviéramos tristes.

-- ¿Damos una vuelta? -- digo a la espera de que Leila responda.

-- Claro -- dice Leila sin sospechar nada.

Me levanto antes que Leila para así extender mi mano y ayudar a que se levante. Leila muestra una sonrisa tímida y se incorpora junto a mi. A paso rápido caminamos por el extenso bosque.

-- ¿Estás bien? --le digo a Leila.

Nos paramos cuando creo que estamos lo suficientemente lejos, para que nadie nos viese. No creo que en momento así estaría bien que estuviéramos con un pequeño público. Ella se apoya contra un árbol algo cansada.

-- Son demasiadas emociones en tan poco tiempo. -- dice Leila suspirando.

La verdad es que la comprendía, a tenido que dejar a sus padres de lado y aún no les ha vuelto a ver, ni a tenido contactos con ellos. Es normal que este así, pero con el tiempo todo pasará y sanará. Haré lo que este en mi mano para que se vuelva a encontrar con su família, al fin y al cabo debo conocer a mis suegros.

-- Leila... Se que no es el lugar, ni el momento, pero debo decírtelo para quedarme tranquilo -- le digo inquieto.

-- Sólo espero que no sea malo -- dice con un suspiro.

Hago una breve pausa para asimilar.

-- Te quiero --miro al suelo a la espera de una respuesta-- y espero ser correspondido.

El lugar se queda en absoluto silencio, solamente se escuchaban los pájaros cantar y la respiración agitada de Leila, se quedó en shock sin saber que hacer.

Me acerco a ella hasta chocar con su nariz y sentir su respiración en mi cuello, al parecer acercarme no había hecho que se calmasé, al contrario. Levanta la cabeza y me mira a los ojos, debido a que es baja le sacó una cabeza, sus ojos brillaban por el sol y me miraba con algo de deseo. Esos ojos verdes cómo este mismo bosque me enamoraban.

-- Sí, si es correspondido -- dice Leila con timidez.

No me lo pienso dos veces, por nuestra proximidad era obvio lo que iba a pasar. Le agarro de la cintura presionando contra mi cuerpo, no hace intentos de escapar y eso me gusta, ella rodea sus brazo entre mi cuello y me mira fijamente, a la espera de que tome la iniciativa. Ella cierra sus hermosos ojos verdosos y yo hago lo mismo. Me acerco a sus delicados labios y la beso con intensidad, ella sigue mi ritmo suave, pero al poco rato se acelera, y ese beso se vuelve en un deseo por el cuerpo del otro.

Entonces paro y me separó despacio, sin ninguna gana de hacerlo, pero no podíamos desaparecer para siempre, alguien nos echaría en falta, como yo echo en falta pasar el rato con Leila.

Nunca pensé que cambiaría por una mujer, de estar de cama en cama, a desear ser sólo de alguien.

No tengas miedo [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora