Y si Katniss hubiese muerto?

Reencuentros

El tren llega al distrito 12 con un chirrido se frena. Salgo corriendo del tren y abrazo a mi hermano, luego busco a mi padre con la mirada pero el no está ahí, y creo que se porque. Mi hermano mira a Ric y le hace un par de carantoñas, se que le recuerda a mi en cierto sentido.
Cuando llegó a casa mi padre me mira y niega con la cabeza, coge su chaqueta de cuero y se va a cazar.
–He vuelto ¿Sabes? Pero no te pongas tan contento que me deja sin respirar tu gran abrazo– digo con sarcasmo aunque se que no me va a escuchar, le a dolido que yo tenga otro padre y otra madre, le duele que no haya hablado mucho de el. Eso le duele, pero desde que supe que era un Odair no he pensado en el, cuando lo pienso me siento un ser despreciable, el estaba aquí preocupado y yo solo me he preocupado por mi mismo, porque pensaba que mis padres podrían haberme mostrado algo de mi. Porque me sentía vacío, solo por eso.
Pasan los días y salgo a dar un paseo con Ric que ya balbucea y ríe a carcajadas. Cuando vuelvo a casa mi hermano me lleva al despacho de mi padr... de Gale y coge a Ric para ponerlo en la Cuna, cuando voy a preguntarle que pasa veo a la presindenta Snow sonriéndome.
–Siéntate–dice
–Acaso no les ofrecí un buen espectáculo?
–Los distritos se están rebelando, suicidarse por salvar a ese niño. No, no, no. Eso no lo debe hacer.
–¿Y que debo hacer presidenta?
–Solo calma a los distritos, como si adorases tanto a ese niño como para suicidarte por el.
–Esa es la verdad.
–Está bien, pues dígaselo a ellos–señala una pantalla donde se ve el distrito 5 revelándose.
–Lo haré, los calmaré.

La gira de la victoria ocurre dos días después y comenzamos por el distrito 11 y así hasta que llegamos al otro y veo a la familia de Celssia, una niña de cuatro años es la única que hay, creo que es su hermana, me mira y luego mira a Ric y sonríe, creo que no sabe que pasa. No puedo contenerme y digo todo lo que pienso.
–Celssia está muerta, lo está y es culpa de mucha gente, pero también mía, voy a cuidar a Ric, porque el tiene algo de ella, mi mayor temor es que dentro de unos años entre en la cosecha, pero no lo permitiré, lo salvaré.
Me agarran dos agentes de La Paz y también cogen a la niña pequeña que llora y grita el nombre de su hermana.
Seguimos pasando distritos hasta que llegamos al cuatro. Me dirijo a la tercera casa y hago lo que ponía en la carta, la puerta se abre y entro sigilosamente. Miro la pequeña casa, tiene una chimenea llena de fotos e me hacen llorar, en una salen mis padre en su boda, otra es de mi madre sujetándome muy seria, en otra estoy riendo en el mar con un texto que pone los Odairs, la siguiente es de mis padres juntos y la otra es de mi padre con Mags. Y todas son preciosas.

–¿Te gustan?
Me giro y veo a mi madre, veo a Annie, sin casi quererlo me lanzo a sus brazos, no tarda en abrazarme, me da un beso en la frente y vuelve a abrazarme, está muy feliz de que volvamos a estar juntos.
–Mamá–digo casi sin poder hablar– te quiero.
Ella solo sonríe y me abraza más fuerte, me enseña todas las fotos riéndose de algunas y llorando con otras. Cuando suenan las campanas me voy porque el tren se marcha.
–Recuerda quien eres hijo–me dice y vuelve a encerrarse en casa

Cuando llego a casa escucho que el presidente Snow ha decretado unos juegos con todos los vencedores y no me importa, quiero llorar gritar y volver a llorar, quiero sentir rabia y dolor, pero no siento nada es como si la noticia no tuviese nada que ver conmigo, la verdad no me interesan esos juegos, no me interesa nada desde que volví, nada que no tenga que ver con Ric que ya balbucea y anda un poquito. Entonces me doy cuenta de que está pasando el es un ganador, Ric es un ganador. Y ya no tengo que fingir que no siento nada, agarro un arco y me largo, llego al río donde me enseñaron a nadar y grito, grito y pego al suelo varias veces hasta que mis nudillos sangran, Ric puede volver a los juego y esta vez no tendrán piedad