Epílogo

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Habían pasado aproximadamente 10 años, desde el momento que hicieron un compromiso, en los cuales el amor que se tenían había aumentado más, haciendo una unión inquebrantable.

-¡Má! ¡Mamá! ¡Má!- gritaba una pequeña de pelo castaño.

-¿Por qué gritas?- preguntó acercándose aquella chica de tierna mirada. La pequeña sonrió con ternura.

-¿Ya va a llegar papá?- preguntó con entusiasmo. Una pequeña de 6 años con los mismos ojos de Carolina, pero sin duda tenía la personalidad de su padre, Agustín.

-Aún falta, ¿por que la prisa?- pregunto Carolina, mientras trataba de encontrar su celular.

-Quiero que me cante. ¿Que buscas?- dijo la niña acercándose a su madre.

-Mi celular, necesito hablarle a tu tío Rugge.- Carolina seguía tocando cada cosa que había cerca de ella, tratando de no derribar nada.

La pequeña observó por toda la habitación, siempre estaba cerca de su mamá y era como los ojos de ella, cuando Agustín no estaba.

Emma sonrió al ver el celular de su madre en el sillón, salió dando brincos hasta tenerlo en sus manos.

-¿Lo llamo?- pregunto con una sonrisa, para su edad era una niña muy inteligente. Agustín ya le había enseñado que números marcar en caso que él no estuviera y surgiera una emergencia. Carolina asintió. Después de varios timbres, contestaron en la otra línea.

-¿Caro? ¿sucede algo?- era la voz de Rugge, se escuchaba preocupación. Carolina negó rápidamente, siendo consciente que no la vería.

-No, sólo hablaba para invitarlos a cenar, viene papá.- dijo Carolina estirando su mano para que la tomara Emma.

-¿Cuando será? Los niños estarán emocionados de ver a Emma.- dijo Rugge mencionando a los dos pequeños que llenaban su vida. Gabriella y Liam.

-El próximo sábado.- el ruido de una puerta abriéndose, fue señal que había llegado Agustín. -Te hablo luego, llego Agustín.

Emma se soltó de los brazos de su madre y salió corriendo a abrazar a su padre.

-¡Papi!- exclamó con alegría, dejó un beso en la mejilla de su padre y Agustín lo devolvió besando su frente.

-¿Que tal todo, princesa?- preguntó caminando hacia Carolina con su pequeña en brazos.

-Bien, estuve con mamá ayudándola. Le hable al tío Rugge, como vos me enseñaste.- decía Emma con entusiasmo.

-Así se hace princesa.- dijo sonriendo. -Hola, amor.- sonrió al ver a Carolina de cerca, por más que pasarán los años no se cansaba de verla en todo momento.

-Hola.- dijo Carolina con una sonrisa. -¿Qué tal el trabajo?- expreso arqueando una ceja.

-Mejor que nunca.

Emma estaba atenta a cada mirada que Agus le daba a su madre y la manera en que su madre sonreía. Agustín se acercó y dejo un pequeño beso en los labios de la mujer que amaba.

-Papi, ¿mami algún día te vio?- preguntó de repente la pequeña, era una niña muy curiosa.

Sus padres ya le habían explicado el porque su mamá no la podía ver. Carolina sonrió con nostalgia, mientras en su mente se posaba el recuerdo que ella no vio y nunca podrá ver a las personas que estaban frente a ella.

Agustín dirigió la mirada hacia Carolina y sin esperar mucho se dio cuenta de lo que rondaba por la mente de su amada. Se acercó más a ella y llevo una mano hasta su mejilla, acariciandola.

Amor Verdadero |COMPLETA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora