Extra 3

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Carolina y Agustín se encontraban de viaje, habían decidido ir a la ciudad donde vivían los padres de Agustín.

Llegaron por la noche y ahora se encontraban a segundos de estar frente a ellos, después de varios meses sin verse. La madre de Agustín durante esos últimos años no había tenido la mejor actitud frente a la mujer que amaba su hijo. Seguía pensando que ella no era lo mejor y el que no pudiera ver significaba mucho, en una de esas razones.

Agustín tocó el timbre de la que era su casa, hace mucho no estaba en ese lugar. El padre de Agustín abrió la puerta sonriente.

-Hijo, me alegra tanto verlos.- dijo muy alegre.Carolina sonrió, también le agradaba saber de él. -Pasen.- se hizo a un lado dejandoles libre el camino, Agustín agarró a Carolina de la mano y la llevo con cuidado por esa casa desconocida para ella.

-Hola, mamá.- dijo Agustín soltando la mano de Carolina y acercándose a saludar a su madre, ella alegre lo abrazo y le dio un beso en la mejilla.

-¿Cómo estás?- pregunto con una sonrisa a su hijo. Miró hacia Carolina y sonrió. -Hola, Carolina.

-Hola, señora.- dijo Carolina un poco nerviosa.

-Pongámonos cómodos.- dijo señalando hacia los sillones, Agustín llevó a Carolina hacía uno de ellos, se sentaron juntos, él sin soltarle la mano.

-Todo ha estado bien, ¿y ustedes?- pregunto él alzando una ceja.

-Extrañandote.- respondió su madre mirandolo detenidamente. -Quería disculparme por mis actitudes durante todo este tiempo, soy tu madre y tendría que haberte apoyado en tus decisiones.- dijo mirando a Carolina y Agustín, ella estaba atenta escuchando, le alegraba que estuviera tratando de arreglar las cosas con su hijo.

-¿Lo dices enserio?- pregunto con desconfianza.

-Si, discúlpame Carolina, por dejarme llevar por prejuicios, te juzgue por tu situación y no te di la oportunidad de demostrarme quien realmente sos, mi hijo ha elegido bien.- decía dirigiéndose hacia Carolina, en los últimos días ella lo habían estado pensando y por eso los habían invitado a que fueran unos días a su hogar.

-No se preocupe, entiendo que quería lo mejor para Agustín...- comenzó a decir Carolina, pero fue interrumpida por la madre de Agustín.

-No, no me di cuenta a tiempo que vos sos lo mejor para él, y lamento haberme perdido de eso durante estos años.- se acercó y tomo las manos de Carolina, ella se removió nerviosa en el sillón, no se esperaba ese gesto. -Perdón, por como te trate, no te lo merecías.

-Esta disculpada, no guardo rencores.- dijo ella sonriendo.

-¿Te puedo dar un abrazo?- Carolina asintió y por un momento pensó que era su madre, ella la tenía abrazada de manera protectora. Carolina cerró sus ojos y se aferró a ese abrazo. Agustín las observaba junto a su padre quién sonreía felizmente.

Sin evitarlo una lágrima salió rodando por el rostro de Carolina.

-Carolina, ¿estás bien?- pregunto haciendo que su madre se separará de ella, se preocupó al ver su rostro. Ella asintió limpiado las pocas lágrimas.

-¿Hice algo?- pregunto preocupada la madre de Agustín.

-No, sólo que hace mucho no recibía un abrazo así, me hizo recordar a mi mamá.- dijo con nostalgia. Agustín se acercó, pasó una mano por su cintura acercándola más a su cuerpo, ella apoyo su cabeza en el hombro de él.

-Ahora, puedes contar con que siempre tendrás uno de esos abrazos.- dijo ella con mucha sinceridad.

-Gracias.- dijo Carolina con una pequeña sonrisa, Agustín beso la frente de ella.

Amor Verdadero |COMPLETA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora