28. Deseo

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Narra Agustín

Cerré la puerta rápidamente, comencé a besar a Carolina con pasión y deseo. Me separe unos centímetros contemplando la belleza de mujer que tengo frente a mi.

Sonreí al verla inmóvil, con los labios hinchados por el beso de hace unos segundos. Me acerqué recorriendo con mis manos sus brazos hasta llegar a su rostro, lo mire y sin esperar más volví a besarla.

Mis manos bajaron hasta su cintura comenzando a subir lentamente el vestido transparente que llevaba. Levantó los brazos, haciendo que nos separaramos unos segundos. Retire el vestido arrojándolo en alguna parte de la habitación.

Comencé a recorrer su cuerpo con mis manos, baje hasta su cuello besándolo. Ella sólo se estremecía, haciendo su cuello hacia un lado para tener mejor acceso. Coloque una mano en el borde de su bikini, sin dejar de recorrer con mis labios su cuello. Introducí mi mano dentro de este, dejándola por unos segundos.

-Te deseo tanto.- dije con la respiración agitada. Ella no decía nada. 

Dos de mis dedos se introducieron dentro de ella, haciendo que soltara un gemido. Mis dedos salían y entraban en ella, sin dejar de besarla.

-Ahh...- decía Carolina excitada.

No deje de hacer lo mío, pasaron unos segundos hasta que llegó a un orgasmo. 

-No puedo espero más.- dijo una vez saque los dedos de dentro de ella.

-Y lo tienes que hacer, aún falta mucho.- dije tirando de las últimas prendas que le quedaban. La contemple un tiempo justo, es y será siempre lo que esperaba. -Sos maravillosa.- susurre en su oído. Mordí el lóbulo de su oreja, haciendo que se estremeciera.

Regrese a sus labios devorandolos con deseo, con más fuerza. Sus manos llegaron hasta mi pelo despeinadolo. Joder, la deseaba más que nunca.

Bajo sus manos, tocando cada parte de mi cuerpo hasta colocarlas en mi pecho, tratando de llegar hasta el borde de mi camisa, para poder quitarla. Se le dificultaba y para hacer más rápido esto me separe y rápidamente me quite las prendas que llevaba.

-No es justo.- dijo en voz baja.

-¿El que?- dije sobre sus labios.

-No pueda hacer nada para complacerte, quiero que sientas lo mismo.- dijo tratando de sonar calmada.

-Y lo siento, tengo tantos deseos de hacerte mía.- dije susurrando en su odio. Me volvía loco ver como se estremecia, ante eso.

-Déjame intentarlo, ¿si?- decía mientras hacía su cuello hacia un extremo. Asentí besando esa parte.

Sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo lentamente, me quede estático esperando a lo que ella haría. Se detuvo en mi abdomen, acercando sus labios, comenzando a dejar besos en su paso hasta llegar a mi miembro.

Se detuvo unos segundos, la mire esperando su acción, una sonrisa perversa se formó en su rostro. Llevo sus manos hasta mi miembro, empezando a masajearlo. Sí seguía así en cualquier momento me correría.

-Caro...- dije con lentitud, ella no se detenía.

-Quiero seguir.- dijo moviendo su mano en mi miembro con más rapidez. Estaba a punto de correrme, pero ella paró y sonrió.

Regreso a mis labios recorriendo nuevamente todo mi cuerpo. Sin más la tome en brazos dirigiéndome hacia muestra cama. La recoste con cuidado, quedando debajo de mi cuerpo, en su rostro miraba deseo. Corrí unos mechones de pelo de su rostro y atrape sus labios con los míos. Sus manos se colocaron en mi espalda, presionando con fuerza.

Amor Verdadero |COMPLETA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora