—Entonces, ¿te gusta Agustín? —dijo Ruggero, desde que se levantó no dejaba de preguntar lo mismo. Y cada vez que preguntaba, era la misma respuesta.
—No, Ruggero. Solo somos amigos. —dije rodando los ojos por quinta vez, o ya ni sabía, cuántas veces lo había hecho en menos de una hora.
—Vos le gustas a Agustín. —dijo afirmando con seguridad. —¿Por qué no te das una oportunidad?
—Porque sólo es mi amigo. —dije remarcando la última palabra, con fastidio. Ya me había cansado de lo mismo.
—Lo veremos en unos días. —volvió a afirmar y estaba segura que tenía una estupida sonrisa en su rostro.
Iba a contestarle, pero justo en ese momento tocaron la puerta, debe ser Agustín. Hace unas horas me había avisado que me llevaría a pasear, a lo cual no me negué.
—Y, ¿a dónde la llevarás? —pregunto Rugge, cuando iban llegando a donde me encontraba.
—Aún no lo sé. Improvisare. —en ese momento sentí que beso mi frente y me rodearon los brazos de Agustín, pocas veces hacia hecho ese gesto, pero ya reconocía sus brazos —¡Hola!—exclamo con mucho entusiasmo. —¿Lista? —Asentí con la cabeza, mostrando una pequeña sonrisa.
—Cuidado con hacer cosas malas. —dijo Ruggero en tono pícaro.
Agustín soltó una carcajada y yo sólo esperaba no estar roja. Aunque ya podía sentir calientes mis mejillas. Era obvio, que Ruggero, no iba a dejar que nos fuéramos sin recibir ese lindo comentario de su parte, que se note mi sarcasmo.
—¿Quieres que te lleve cargando como la vez anterior? —dijo Agustín cuando ya habíamos salido de la casa.
—Llegarás cansado. —me apresuré a contestar.
—No, nada de cansado. —dijo con una risita. —Estoy agachado, frente a vos. Puedes subir.
Estire mi mano para comenzar a palmar la espalda de Agustín, fui subiendo, hasta llegar a su cuello. Una vez enrede mis manos en su cuello, él me sujeto de las piernas y las enredó en su cintura.
Comenzamos a caminar, no tenía idea hacia dónde íbamos. Pero me podía acostumbrar a esto.
—¿Me dirás a dónde vamos? —pregunte después de varios minutos.
—Te llevaré a dar un paseo en bicicleta.
—Te das cuenta que no puedo andar en bicicleta, ¿no? —dije rápido.
—Y, ¿quién dice que lo harás sola? Te llevaré en mi bicicleta. —dijo remarcando cada palabra de esa oración. —Confía en mí, nunca te pondría en riesgo. —termino de agregar. Confiaba en él, pero eso no quita el miedo.
—Está bien. —termine de decir dudosa. —¿Seguro que no estás cansado? —pregunte frunciendo el entre cejo.
—Relájate. Disfruta de este momento. —dijo afirmando el agarre. No pesaba tanto, pero aun así se podía cansar. —Estoy bien.
Narra Agustín
Podía sentir el aliento de Carolina en mi cuello, el cual hacia estremecer mi cuerpo, era una sensación tan diferente a otras veces. Podría acostumbrarme a esta sensación. Sin duda me tenía enamorado, y lo más sorprendente es que provoco eso, en menos de una semana.
¿Quién iba a decir que estaría haciendo todo esto por una chica? Nadie. Con Carolina todo es diferente. Todo lo que quiero es que ella siga disfrutando de las cosas como si nada se lo impidiera.
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Amor Verdadero |COMPLETA|
أدب الهواةElla lo tenia todo. Pero ¿que puede provocar un accidente? Darle un giro de 360° a tu vida, ese accidente hizo que dejara de percibir todo lo que la rodeaba. Hizo que su vida se convirtiera en oscuridad, pero a la vez se transformara en luz. Él nunc...