Capítulo 18: La foto

1.6K 40 0
                                    

Narra _____:

-Siento que mi hermano sea así siempre- me disculpé a Derek por el comportamiento de Bruno.

-Entiendo que tu hermano quiera protegerte- dijo entrando a la habitación.

-Ya, pero se pasa- abrí un armario y una foto cayó.

-¿Y eso?- me preguntó cuando vio la foto caerse.

-Una foto creo…- dije mientras me agachaba para cogerla y mirar que foto era.

Me quedé mirando la foto, la hicieron cuando éramos pequeños, una tarde que prepararon una barbacoa los padres de Derek y nos invitaron a comer. En la esta estábamos Derek y yo sentados en una hamaca que tenían colgada de árbol a árbol, Pol, el padre de Derek y Jay, mi padre, delante en la parrilla haciendo la comida y finalmente mi madre y Emily, la madre de Derek, posando de una manera tonta mientras reían.

-¿_____?- Derek se levantó de la cama y se acercó a mí que estaba sentada en el suelo observando esa foto, esa foto que me traía tantos recuerdos- ¿estás bien? ¿Qué pasa?

Cogió la foto que estaba en mis manos, se sentó a mi lado y la miró. No pude evitar mirarlo, su cara, la expresión de su cara era de tristeza, de dolor y una lagrima que rápidamente recorrió su mejilla. Lo abracé fuertemente y apoyó su cabeza en mi hombro, comenzó a llorar y a llorar como un niño chico. Puse una de mis manos en su nuca y comencé a enredar mis dedos en su pelo, le besé el cuello para que se calmara, para que supiera que yo estaba con él.

-Lo siento- susurré en su oído y él me abrazó más fuerte aún.

-Te quiero- me dijo él aun llorando.

-Yo también te quiero- dije y empecé a notar todo mi hombro húmedo de sus lágrimas.

-_____…- nombró mi nombre casi sin voz- prométeme que tú nunca te irás como lo han hecho todos.

-Derek, yo nunca me iré- una lagrima cayó por mi mejilla y le besé en los labios. Cuando este paró de llorar nos dejamos de abrazar y esté me colocó encima de sus piernas.

-_____… tú sabes que mis padres siempre peleaban, el siempre se iba a un bar para olvidar todo y mi madre comenzó a hacer lo mismo… ¿verdad?- preguntó con dolor.

-Sí, claro que lo sé Derek- respondí acariciando su mejilla.

-Mi madre engañó a mi padre y encima se quedó con la custodia…- prosiguió hablando- desde ese momento no he recibido ni cartas de él, ni llamadas, ni felicitaciones para mi cumpleaños, nada, absolutamente nada.

-Lo siento…- me miró con ternura en sus ojos.

-Yo trepaba por la casa del árbol hasta llegar a tu habitación y dejaba a mis padres pelear en casa, siempre me abrazabas, tus padres nunca llegaron a darse cuenta de que estaba contigo llorando- comenzó otra vez a llorar.

-Seguro que algo hicieron para que tu padre no te hablara ni nada- dije yo dándole alguna solución- tu padre te amaba, cada domingo cuando me despertaba y me asomaba a la ventana os veía jugando a beisbol tan felices, tan unidos… ¿nunca preguntaste a tu madre porque nunca ha intentado contactar contigo?

-Sí, le pregunté- afirmó triste- y su respuesta fue: “Tu padre es un borracho, ya seguro que ni se acuerda que existes, olvídalo”

-¿Eso te dijo tu madre?- pregunté asombrada- tu madre ya no es la misma…

-Sí, eso dijo, esas palabras atravesaron mi corazón- dijo llorando- quiero que le quiten la custodia a mi madre y se venga mi padre a vivir conmigo.

-Derek…- dije pensando- tengo una idea…

-¿Qué idea?- preguntó ya casi sin lagrimas es esos ojos color turquesa.

-Localicemos a tu padre y con una canción dile todo lo que le quieres decir- le propuse.

-¡ES UNA IDEA GENIAL!- exclamó tirándose encima mío y besándome como si no hubiera un mañana.

-Yo me ocupo de todo Derek- le dije para que no se preocupara de nada- tu encárgate de localizar a tu padre.

-¿De verdad quieres que no te ayude?-preguntó preocupado.

-No, no te preocupes, yo hago la canción- dije levantándome a buscar una libreta y un lápiz.

-Te amo- volvió a decirme- ¿lo sabes verdad?

-Lo mismo digo- contesté mientras me sentaba en la cama en forma de indio y comenzaba a escribir el primer párrafo.

-¿Estas inspirada verdad?- preguntó Derek al ver lo rápido que me salían las palabras.

-Sí y por eso hay que aprovechar- dije sin apartar la vista de la libreta.

Roba mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora