Capítulo 5: ¿Enfado?

2.2K 43 3
                                    

-¡LA CENA ESTA LISTA!- grité mientras dejaba las pizzas caseras en la mesa.

Vi bajar a los dos corriendo por las escaleras como si alguien por detrás los siguiera como en las películas de miedo, se sentaron en la mesa y comenzaron a comer como niños chicos.

-Ohh _____, eres genial, te has molestado en preparar pizzas caseras para que cenemos, eres la mejor de todas las hermanitas y amigas que podamos tener- dije con sarcasmo mirando a los dos chicos que comían como si no hubiera un mañana.

-Eso, eso, eres la mejor- dijeron los dos con la boca llena- ¡QUE APROVECHE!

Acabamos de cenar, Bruno nos estuvo explicando que había tenido que venir solo porque Sam, su mujer, tenía que trabajar y no pudo venir. Yo personalmente quería que viniera porque para mí es como una segunda madre, con ella podíamos hablar de cosas de chicas sin esa incomodidad que tienes cuando lo hablas con tu madre, era fantástica, me alegraba que mi hermano la tuviera a su lado.

Subí a mi habitación y me puse el pijama, mañana otra vez instituto, vaya mierda. Quería ver a mis amigas para hablar con ellas pero la parte de estudiar no me gustaba nada. Derek se quedó en la habitación de invitados, a mi madre le pareció perfecto que se quedara con nosotros para que no estuviera solo y yo estaba contenta por tener a mi hermano aquí conmigo otra vez. Estos días me había olvidado completamente de Tina y eso me había sentado bien, lo malo es que mañana tendría que volver a verla y lo peor de todo, soportarla. Esa niñata era el diablo encarnado. Lo bueno es que Derek sabía cómo consolarme y hacer que sonriera, eso era lo que más me gusta de él. “Así que te gusta, lo acabas de admitir“. Otra vez no, ya has aparecido demasiadas veces hoy ¿no te parece?, podrías irte un poco a la mierda. _____, quieres besarlo porque te gusta, porque lo amas”. No, ¿vale?, Derek a pesar de sus perfectos labios carnosos, con esas perfectas curvas que dan ganas de besar, esos hoyuelos que se le hacen cuando sonríe, es tan adorable y tan deseable. ¿He dicho yo eso? NO, MIERDA.

-¿Estabas hablando sola?- entró Derek frunciendo el seño.

-No, bueno sí- le dije estirándome en la cama- estaba hablando con mi conciencia, por así decirlo.

-Ahh bueno, si es eso…- dijo riendo- sigues siendo igual de rara.

-Gracias por esa sinceridad- le dije con sarcasmo. Este se estiró a mi lado- tú sigues teniendo esos ataques de bipolaridad así que no te metas con mi rareza.

-Lo sé, es algo muy normal en mí y lo sabes- me dijo girando la cabeza para mirarme a los ojos- pero igualmente me quieres, me quieres con locura- dijo riendo.

-Ohh pues claro, cuando tienes esos cambios de humor yo te quiero, te quiero bien lejitos de mí- le dije sonriendo.

-Sí, sí lo que tú digas- me respondió y me empujó para que yo cayera al suelo.

-¡AUCH!- me quejé- ¿por qué me tiras inútil?

-¿Qué haces en el suelo?- preguntó mi hermano entrando por la puerta para darme las buenas noches.

-Nada, es que me he enamorado del suelo y no puedo vivir sin él- le conteste con bastante, pero bastante ironía.

-Bueno pues que seáis felices juntos, yo me voy a sobar- respondió besándome la cabeza- y tu Derek, lejitos de mi hermana sinó te corto las pelotas.

-Que sí, que sí, yo ya me voy- respondió con esa sonrisa malévola que tanto conocía.

-Buenas noches- nos dijo a los dos y nosotros respondimos a la vez.

-Bueno Derek ya puedes irte de mi habitación- le dije señalando la puerta.

-No quiero irme- lloriqueó él- quiero dormir otra vez contigo.

-¿Pero tú estás loco?- susurre para que no escucharan la conversación- esta mi madre y mi hermano en casa, además ya has oido a mi hermano...

-¿Bueno y qué?- me preguntó como si no hubiera ningún problema.

-Pues que no es muy normal que dos jóvenes con las hormonas alteradas duerman juntos, por no decir pegados, en la misma cama que para colmo es pequeña- le contesté acercándome a él.

-¿Y quien dice que hagamos algo?- preguntó levantándose de la cama y alzando una ceja.

-Nadie, pero las mentes de esta casa por lo que he podido comprobar son bastante sucias…

-¿Entonces quieres que hagamos algo no?- dijo acercándose a mí.

-Yo no he dicho eso…- me justifiqué pero en ese momento Derek me agarró de la cintura y me pegó a él. Notaba nuestras respiraciones agitadas, a escasos centímetros de mis labios. “Bésalo, es el momento indicado” decía mi conciencia como siempre hacía. Vale, lo admito, yo quería besar esos apetitosos labios, pero no quería que nada cambiara, nuestra amistad era demasiado grande como para que se acabara. No quería eso. No lo quería. Sus labios se aproximaron a los míos, estábamos a punto de rozarlos cuando de pronto se abrió la puerta.

-Ejeeem- carraspeó mi madre su garganta- ¿interrumpo algo?

-No, nada, nada, se me metió algo en el ojo y Derek me lo intentaba sacar- dije lo primero que se me pasó por la cabeza. Buena excusa _____.

-Ahh bueno, iba a deciros buenas noches- nos besó a los dos y se fue por la puerta.

-Porque poco- dije sentándome en el borde de la cama.

-Sí, porque poco- dijo Derek y se fue por la puerta.

Qué extraño que no hubiera insistido en quedarse con lo cabezón que es él. ¿Le habría sentado mal que metiera una excusa? A lo mejor el de verdad me quiere y solo quería demostrármelo y yo, tonta, meto una excusa de las grandes. No quiero que se enfade conmigo, es mi único amigo, amigas tengo muchas pero amigos pocos, y él es el más importante para mí. De tanto pensar sobre eso, acabé durmiéndome, estaba muy cansada, demasiadas cosas habían pasado hoy.

Roba mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora