Capítulo 4: Momento incomodo

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Esa voz… me resultaba familiar, no era Derek. Me giré y vi a mi hermano parado en la puerta con una inmensa sonrisa en su cara. Me levanté y me lancé encima de él como una niña pequeña.

-Tú como siempre en bolas- me dijo soltando una carcajada.

-Ya me conoces hermano, no tengo muchas manías- le contesté mientras me agarraba a él como un mono. Enrosqué mis piernas en su cintura y empecé a darle besos en la mejilla, en ese mismo momento vi a Derek bajar las escaleras con una cara de sorprendido y ¿celos? ¿eran celos?

-¿_____? ¿E-es tu novio?- me preguntó con sus ojos llenos de furia hacia mi hermano. Mi hermano le daba la espalda y, obviamente no lo había reconocido por el simple hecho de que Bruno se había dejado el pelo más o menos largo y ahora estaba fuerte de tanto gimnasio. Él solo me veía la cara de felicidad por ver a mi hermano, también vio como lo besaba seguidamente en la mejilla y menos mal que no vio que iba con el pecho descubierto. Ahora si estaban las cosas chungas.

-Bruno no te gires- le susurré en el oído- si no verá que estoy… ya sabes.

-Eso te pasa por ir así y más si el vecino está en casa- me dijo él con toda la razón del mundo, pero todo tiene un porqué. Mi hermano reconoció la voz de Derek, y por el reflejo del cristal, veía que era él. Soy tonta, pensé mientras le sonreía a Derek. Me iba a divertir un rato con él.

-Emmm Derek, no pensaba que ibas a bajar- le justifiqué mientras pasaba mis brazos por el cuello de mi hermano y enroscaba sus mis dedos en su pelo más o menos largo- nos has cortado el royo.

En ese momento vi perfectamente como apretaba la mandíbula y cerraba los puños. Sabía que se estaba enfadando, pero se lo merecía por tirarme a la piscina.

-_____… pensaba que no tenias novio- me dijo fijando la mirada al suelo.

-Y no lo tengo- respondí y este rápidamente fijó su mirada en mis ojos.

-Pues no es muy normal estar encima de un “amigo” rodeando su cintura con tus piernas mientras lo besas…- hizo comillas con los dedos cuando dijo amigos y se cruzó de brazos. ¿Por qué le importaba tanto si tenía novio? Si somos amigos… “Pues porque le gustas, a ti te gusta…” Cállate ya joder, no ayudas. Grité dentro de mí a mi conciencia.

-¿Y si es Bruno?- le pregunté mientras retenía mi risa por su expresión.

-¿Bruno?-preguntó abriendo los ojos como platos- ¿Eres tú?

-Sí, soy yo, cuánto tiempo Derek- le dijo aun sin darse la vuelta solo girando un poco su cabeza dejándola de perfil.

-Te has dejado el pelo largo, con razón no te había reconocido- le dijo mientras bajaba las pocas escaleras que le quedaban- ¿por qué no te giras y dejas a tu hermana en el suelo?

-Ehhh, pues porque ella me lo ha pedido- contestó sin saber que escusa poner y dejándome a mí el marrón.

Derek bajó el último escalón y se acercó a nosotros. “En el lio que te has metido _____, es que eres tonta chica”. Puta conciencia, me estaba poniendo de los nervios ya. Ahora ya me estaba poniendo roja de la vergüenza, Derek estaba detrás de nosotros y yo cruzaba los dedos para que se fuera al salón y pudiera subir corriendo, pero no, ¿porque las cosas iban a ser fáciles cuando podían ser difíciles?

-_____… ¿por qué vas tan destapada en la parte de arriba?- me pregunto riéndose cuando dio la vuelta para ver a mi hermano y mi espalda totalmente desnuda.

-Emmmm es una larga historia…- le contesté sin querer dar explicaciones.

-Quería ponerse sexy para ti Derek- dijo el gracioso de mi hermano y los dos empezaron a reír más aún.

-Ni puta gracia Bruno- le pegué una colleja y este me dejo en el suelo-¡NOO! ¿Por qué me sueltas?- le pregunte haciendo un puchero- ¿me puedes subir a mi habitación?

-Alison, estoy cansado del viaje y no tengo fuerzas para subirte- me dijo mientras miraba a Derek- ¿Por qué no la subes tu Derek?- preguntó con una sonrisa de venganza en la cara.

-Yo con mucho gusto- dijo este con la misma sonrisa.

-Iros los dos a la mierda- contesté- Tú Derek, vete al salón y tu Bruno, préstame tu chaqueta.

-No- dijeron los dos al unísono. En ese aspecto, los dos se parecían, siempre se habían llevado como uña y carne, de pequeños los dos me gastaban bromas y se divertían demasiado haciéndolo y creo que eso no iba a cambiar mucho ahora que se habían vuelto a reencontrar.

-Sois de lo peorcito- les contesté con la cara seria.

-Bueno, que dices, tienes dos opciones, o te sube Derek en esta postura y no se te ve nada, o te subes solita y se te ve todo, aunque yo ya lo he visto miles de veces y hace cinco minutos también, no es nada del otro mundo, yo he sido siempre el que te ha ayudado en estas cosas y como que no hay ya nada importante que no haya visto… excepto que te haya salido un pene y seas hermafrodita…- dijo riendo.

-Vale, Bruno, gracias por tu información. Derek, súbeme- le ordené y este hizo caso. Empezó a subir las escaleras y se paró en la mitad del camino.

-_____, siento decirte que tus pechos rozando con mi cuerpo hace que mi amigo se excite- me susurró mientras yo le daba una colleja.

-No tiene gracia- le contesté mientras me dejaba en mi habitación y yo rápidamente me ponía la ropa- puedes irte ya, ¿sabes?

-No quiero volver a separarme de ti, mi madre desde que se separó de mi padre, no es la misma. Nunca está en casa, siempre viene de bares y de liarse con cualquier hombre que se le cruce por su camino. Ahora se ha marchado de viaje de negocios y no estará conmigo en una semana. Me siento solo- me explicó mientras una lagrima recorría su mejilla ruborizada.

-No estás solo, me tienes a mí, a Bruno, a mi madre que te tratará como su hijo, no quiero verte llorar por eso, sabes que desde que pasó lo que pasó tu madre consiguió que te echaras la culpa del divorcio, pero tú no tienes la culpa de nada- pasé mi pulgar por su  mejilla y la besé.

-Eres la mejor _____, y siento lo de esta mañana, no sabía que nadar no era tu fuerte- se disculpó abrazándome.

-A sido divertido- le confesé mientras le devolvía el abrazo- ¿sabes qué? Quiero que te quedes con nosotros hasta que tu madre vuelva del viaje. No quiero que estés solo en tu casa.

Me levantó del suelo y me dio vueltas, estaba feliz, sabía que lo estaba, nuestra amistad era enorme y lo conocía demasiado.

-Bueno, dicho esto, ya puedes irte y me cambio.

-A sus órdenes- dijo yéndose sin antes un beso en la frente.

Roba mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora