Capítulo 35: Federico

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-Federico- dijo este saludándolo- encantado.

-Derek- dijo seco- su novio. ¿Tú eres el nuevo de la clase de teatro verdad?

-Sí- dijo Federico- comienzo el martes. ¿Tú eres Brooks?

-Sí- dijo extrañado de que lo conociera.

-Me dijeron que tú serias el que me acompañaría- dijo sonriéndole.

-Genial- dijo rodando los ojos.

-¡Derek!- le regañé, estaba siendo muy borde- se más simpático.

-Ya...- dijo cogiéndome de la cintura- ¿vamos a bailar?

-No gracias- le contesté- me duelen demasiado los pies. Ve tú con Zack y con Lía.

-¿De verdad?- pregunto besando mis labios- ¿estarás bien?

-Sí, no te preocupes por mi- dije arrastrándolo a la pista- yo me iré fuera a que me dé el aire... aquí huele demasiado a alcohol.

-Vale princesa- se despidió con un pico y me fui fuera. Me dirigí al jardín de la casa que daba con un pequeño lago y me senté en la hierba.

-¿Te importa que me quede contigo?- me preguntó una voz que provenía de detrás de mí.

-Ah hola Federico- le sonreí, se le veía bueno- no, para nada, quédate aquí conmigo y así no estoy sola- rió y yo hice lo mismo.

-Puedes llamarme Fede- dijo sentándose a mi lado con las piernas en forma de indio.

-¿Eres italiano verdad?- pregunté sabiendo la respuesta ya que tenia acento italiano.

-Sí- dijo riendo- soy italiano de parte de padre, de parte de madre, soy de aquí.

-Oh entiendo- dije mirando al cielo.

-Y bueno...- dijo mirando al cielo como yo- creo que a tu novio no le he caído muy bien...

-No hagas caso, es muy celoso- dije riendo- os llevareis muy bien seguro.

-Eso espero porque él será mi tutor en teatro- dijo soltando una pequeña risa.

-Así que nos veremos más a menudo porque él vive prácticamente en mi casa- dije sonriéndole- ¡genial!- exclamé y el hizo lo mismo.

-Bueno yo me voy a casa- le dije a Fede que se estaba también levantando- tengo frio y estoy cansada.

-¿Quieres que te lleve?- preguntó señalando su coche.

-Si no es molestia- dije sonriendo.

-Para nada- dijo y me fui en busca de Derek para anunciarle que me iba a casa.

-¡DEREK!- grité para que me escuchara- ¡DEREK ME VOY A CASA!

-¿TE LLEVO?- preguntó pero me negué.

-¡NO HACE FALTA!- le dije sonriendo- ¡DIVIERTETE! ¿VALE?

-DE ACUERDO- dijo y me besó, un lento y apasionado beso.

-TAMPOCO TE DIVIERTAS TANTO EHH- dije cruzándome de brazos.

-SÍ AMOR- nos despedimos y me fui a la entrada con Fede.

-¿Nos vamos?- preguntó abriendo la puerta de su precioso coche blanco.

-Claro- contesté y le señalé el camino al GPS.

***

-Ya hemos llegado- dijo Fede abriéndome la puerta y dándome la mano para salir.

-Gracias por traerme- le besé la mejilla- si hubiera venido andando hubiera tardado más de media hora.

-No hay de que- me dijo sonriendo.

-¿Quieres entrar y tomar algo?- pregunté aprovechando que mis padres no estaban en casa porque estaban los dos de viaje.

-Si no es molestia...- dijo rascándose la nuca- me apetecería tomar algo caliente, tengo frio.

-Ven- dije cogiéndole de la mano- entra anda, no seas tímido.

-Gracias- dijo rojo.

-¿Un chocolate caliente?- pregunté.

-Me encanta- dijo sonriendo- muchas gracias.

-Gracias a ti por traerme y por salvarme de la caída- le guiñé el ojo y los dos reímos. Preparé los chocolates y estaba sentado en el sillón del salón, me quedé quieta mirándolo y era muy guapo, tenía un tatuaje detrás de la oreja de una pluma con un pequeño nombre debajo y en la muñeca una frase. Me miró y me vio mirándolo. Sonrió y se puso de pie, dejó la bandeja en la mesita y le dio un sorbo al chocolate.

-Está delicioso- dijo pasándose la lengua por sus carnosos labios mientras se acercaba a mí y acorralaba en la pared- me preguntó si tus labios también son así de dulces.

-Yo no te lo puedo decir- dije traviesamente en su oreja.

-Mmmm me temo que tendré que comprobarlo yo mismo- susurró en mi oído y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Comenzó a darme besos en el cuello, lentamente fue subiendo y bajando por mi cuello hasta llegar a mi oído, mordió el lóbulo de mi oreja sensualmente para luego besar mi mejilla y acercarse más a mis labios que estaban secos. Pasé la lengua para humedecerlos y a poco a poco sus labios se juntaron con los míos. Un lento y apasionado beso, deje paso a su lengua y las dos se tocaban suavemente. Nos apartamos de la pared y nos dejamos caer en el sillón. Separó mis labios de los suyos y puso una música para que todo fuera más romántico. En mi estomago se formaron esas mariposas que todos nombran cuando se están enamorando, abrí las piernas para que él se pudiera acomodar entre ellas y así seguidamente puso sus dos manos al lado de mi cabeza y estampó sus labios otra vez con los míos. Después separó los labios para ir bajando poco a poco por mi cuello, por mis pechos, por mi abdomen hasta llegar a mi zona sensible por llamarlo de alguna manera..., comenzó a besar la zona aun con los pantalones puestos, y después subió otra vez hasta el cuello y asi varias veces. Aun con toda la ropa puesta, notaba escalofríos de la sensación que daban sus besos. Cuando volvió a llegar a mis labios, lo puse a él debajo de mí para ahora ser yo la dominante. Me senté encima de su cintura y besé su cuello como él hizo conmigo. Su respiración, al igual que la mia, cambiaba por la excitación. Pase mis manos por su abdomen hasta llegar a su amigo que estaba ya bastante feliz, acaricié suavemente por encima del pantalón para después introducir la mano. Él hizo lo mismo y volvimos a besarnos pero ahora más apasionadamente.

-Te quiero- dijo él apartando un mechón de pelo de mi cara.

-Esto los amigos no lo hacen...- dije riendo- ¿está mal que dos amigos se besen así?

-Ya lo sé... no está mal, solo que no es muy normal...- dijo sensualmente en mi oreja- por eso quiero preguntarte una cosa...- dijo y me besó ferozmente- ¿quieres ser mi novia?

-Sí quiero- dije ahora besando su labio- claro que quiero... pero no quiero que sea un secreto, quiero que todos se enteren de que estamos juntos y que nos envidien por estar así de enamorados.

-Te quiero mucho- dijo agarrándome de las nalgas para acercarme más a él.

-Y yo...- susurré en su oreja para luego morder su lóbulo.

-Me encanta que me hagas eso... pero me gusta más que me muerdas el labio- dijo ahora besándome y yo le mordí el labio como el me dijo.

-Nadie podrá separarnos- dijo dándome pequeños besos en los labios- nadie...

-______...- una voz se escuchó de fondo.

Roba mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora