Capítulo 10: Cotillas

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Me desperté antes de que sonara la alarma y decidí prepararme antes y así preparar el desayuno para Derek y para mí. Cuidadosamente, me levanté de la cama sin que Derek despertase y me fui a vestir, me dolía la muñeca, obviamente y decidí no ponerme pulseras porqué con el roze me dolía. Soy tonta, pensé. Me prometí que nunca más lo haría… me quité el vendaje que Derek me había puesto la tarde pasada y fui a curármelo otra vez. Me dolía mucho, tenía que tapármelo muy bien, no quería que nadie lo viera, sobretodo mis compañeros y la puta de Tina.

Derek despertó cuando mi alarma sonó, yo ya estaba lista y le había preparado unas tostadas con nutella, le encantaba la nutella, a los dos nos encantaba la nutella ¿A quién no le gusta?. Recuerdo una vez cuando éramos pequeños como cogimos el bote entero y nos subimos a mi habitación a comérnoslo como si fuera un helado, con las cucharas. Éramos muy normales.

Subimos en moto al instituto otra vez y al entrar este me pasó su brazo por mi hombro, era tan tierno, tan dulce, tan Derek.

-Hoy no permitiré que te hagan nada _____…- me susurró al oído.

-Derek…- le dije casi sin voz- no quiero que te metas en líos por mi culpa.

-No lo aré, no te preocupes- besó mi pelo y entramos a clase. Yo bajé la mirada, no quería tener contacto visual con ninguno de mis compañeros, no quería verlos hablar de mí en susurros, que es lo que hacían constantemente.

La mañana se hizo larga, muy larga, demasiado larga para ser sinceros, pero hay que decir que por ahora nadie me había dicho nada, todo fue normal, por ese momento, pero como no, tenía que aparecer alguien que abriera la boca y dijera algo.

-¿Edu qué quieres hoy?- este chico era un pesado, nunca me había hablado y desde que estaba pasando esto, si me habla, es un cotilla...

-Preguntarte si estás bien- contestó con una mirada tierna, era amable de su parte.

-Sí, estoy bien- le aclaré- gracias por preocuparte- le sonreí. Al parecer no era taaaaaaaaaaaan pesado.

En ese momento sonó el móvil, era mi hermano y lo cogí, justo cuando me fui a poner el teléfono en la oreja mi maldita manga se arremangó y se pudo ver un vendaje en mi muñeca. MIERDA.

-¿_____…?- volvió a preguntar- ¿otra vez?

-Ehhh no…- le contesté sin saber que decir.

-Entonces…- no acabó la frase y me agarró de la muñeca- si no son cortes, si aprieto no te duele ¿no?

Cabrón. Fue lo único que pensé, será asqueroso. ¿No me podía dejar en paz? Nunca me ha hecho caso, nunca me hablaba, ¿Por qué lo hace ahora? Dios mío, aquí son todos unos cotillas...

-¡¡PARA!!- grité con lagrimas en los ojos, me dolía horrores y encima el estaba apretando los cortes. Este cogió mi muñeca ahora sin apretar nada y me quitó el vendaje de golpe.

-_____… ¿Por qué lo haces?- me preguntó con una mirada de pánico. Él le tenía pánico a las heridas y a la sangre, y ver eso acabado de hacer con la herida abierta no le agrado mucho que digamos.

-¡Por vuestra culpa!- contesté y me fui corriendo a buscar a Derek para que me abrazara como él sabía hacer.

Roba mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora