Capítulo VI: Quiero salvarte

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La noche para mí paso muy lenta y me costó conciliar el sueño. Por fin sentí los rayos del sol entrar por la ventana, y me levanté de golpe. La miré y vi que aún seguía dormida. No me puedo creer que duerma tan tranquila estando sola con un tío.

Salí de la habitación para prepararme el desayuno, encontrándome otra vez la asquerosa escena de Delia siendo besuqueada y toqueteada por un hombre. Otro diferente. El tío se despidió de ella y esta se fue a la cocina - ¿Espiando tal vez, niñato? – como si quisiera. – No tenía otra cosa mejor que hacer, vaya. Con lo repugnante que se ve esa escena – contesté enojado.

- Por cierto, ¿te has traído a casa alguien? – yo levanté mi vista de mi desayuno - ¿Por qué la pregunta? - - Que sea la última vez que te traes a nadie, ¿entiendes? – me enojé. ¿Quién mierdas era ella para darme órdenes? – Y tú si puedes, ¿no? Yo hago lo que me dé la gana, lo mismo que tú – ella se tomó rápido su café y cogió sus cosas – Mira, me da igual. Mientras no molestes... Adiós – por fin se había ido. Qué tía más insoportable.

Una voz hizo que posara mi vista en el pasillo – Buenos días – dijo en un leve susurro – Buenos días. ¿Dormiste bien? – le correspondí el saludo – Eh... Claro... Espero que tú también - - No te preocupes, todo bien. ¿Quieres desayunar? – ella asintió y yo le dije que se sentara mientras le servía. Después de ello, me agradeció y me preguntó – Esto... ¿Podría tomar una ducha? – preguntó tímidamente – Claro, aunque a veces suele salir agua fría, no vayas a estar mucho tiempo – ella sonrió por mi comentario y asintió. Yo le di unas toallas limpias y ella entró en el baño.

En ese mismo momento, alguien llamó a la puerta. ¿Y ahora quién se supone que era, si la persona que últimamente no hacía más que llegar por aquí ya invadió mi casa? Fui a abrir, y no me dio tiempo de ver bien quién era porque esa persona, con su mano, abrió la puerta de fuertemente y me empujó. ¿Pero quién diablos...? – Gary. ¿Se puede saber qué haces? - - ¿Qué qué hago? ¿Qué haces tú, Ketchum, que ayer no te presentaste a la reunión? – cerró la puerta de golpe y se cruzó de brazos delante de mí.

- Tenía cosas que hacer, no pude ir – dije desinteresadamente. Entonces él me cogió de la camiseta - ¿Qué tenías cosas qué hacer? ¿Cómo qué, estar con la estúpida muñequita rica que te buscaste? – yo, enojado, le quité las manos de mi camiseta para que me soltara - ¡Eso no es asunto tuyo! ¡Vete ahora mismo de mi casa! – él sonrió irónicamente - ¿Qué pasa, que quieres que no te interrumpa? - ¿Qué quiso decir con eso? - ¿Qué te crees, que no sé que se encuentra aquí? –

¿Cómo demonios sabía Gary que Serena se encontraba aquí? Esto ya tenía que acabar ya – A ella ni la toques, ¿Te enteras? – volvió a poner esa risa asquerosamente irónica – Ese tonito conmigo no. ¿Eh? Déjate ya de tonterías y estate dónde tienes que estar, ¿te queda claro? Si es por tu bien... – me volvió a coger de la camiseta, pero yo lo empujé enojado - ¡A mí no me amenaces! Estoy harto de esta estúpida banda – él me miró sorprendido - ¿Estás insinuando que quieres dejar la banda? ¡¿Es eso?! – yo asentí pero no me dio tiempo a reaccionar, porque me cogió del cuello empujándome contra la pared – Te recuerdo que si no fuera por mí, te estarías muriendo de hambre. ¿¡Te enteras?! – me estaba empezando a costar respirar, tenía más fuerza que yo, no podía quitarlo de encima – De la banda no se puede huir. ¿Recuerdas? Por tu bien, más te vale no ir en contra mía. O bueno, más bien por el bien de tu muñequita. Tú inténtalo e iré a por ella. ¿Quieres eso? ¿Quieres presenciar otra muerte de un ser querido? – me empezó a hervir la sangre, e intenté hablar, pero no podía. Él por fin me soltó y yo tosí un poco – A ella... no le hagas nada... Porque no lo voy a permitir. Ella no tiene nada que ver con mis decisiones – me llevé mi mano a mi garganta – Pues recuérdalo, no me traiciones, no seas igual a tu padre – y pegando un portazo, se fue de mi casa. Yo, que seguía apoyado en la pared, me deslicé por ella hasta caer sentado al suelo, intentando poder respirar otra vez con normalidad.

I Want to Save YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora