Salgo de twitter, después de ver varias menciones para Bar de sus fans.
Muerdo mi labio inferior y suspiro.
Decido llamarla, una septima vez en lo que va de la semana (entre lunes, martes y hoy).
Obvio, no me dio pelota en ninguna de las seis veces.
A los tres tonos, escucho su voz.
— Mica - tan apagada que se me heriza la piel.
— Bar, hola - Sonrío.
Ella no se imagina lo que es en mi vida, tan especial.
— ¿Todo bien?
— Yo bien, ¿vos? ¿Qué pasa Bar?
Escucho como suspira, y tarda en responderme.
— Para el orto - muerdo mi labio inferior - pero no quiero hablar.
— Te extraño - le confieso después de varios segundos - ¿Nos vemos?
— No tengo ganas Mica, no me siento bien, perdón.
— Por favor, dale - suspira - odio escucharte asi. Si no queres no hablamos, pero déjame estar un rato con vos aunque sea.
— Bueno - siento su voz quebrada y me parte al medio.
— ¿Querés que vaya para allá?
— Dale, te dejo abierto. Mandate.
— Termino de hacer unas cosas en el centro y voy para allá.
Cuando salgo del canal, decido comprar algo rico en la panaderia para el mate y tomarme el colectivo que me dejara a tres cuadras del departamento de Bar.
Justo salia una chica del edificio, entonces aprovecho a entrar y tomarme el ascensor que me dejara en el octavo piso.
Puerta "b" y que entre, asi me lo habia idicado ella: "mandate" me había dicho.
— Bar - Alzo la voz para que me escuche desde donde esté.
Y la veo aparecer de su habitación con su pijama y sus ojitos hinchados y chinos de tanto llorar. Me sonríe a medias y se acerca.
— Hola - me murmura, para que yo corte los pasos que quedan y me abalance abrazarla.
Hunde su cara en mi cuello y siento como todo su cuerpo se afloja.
La extrañaba tanto.
Y me hace tan mierda verla asi de mal
— Hola Bar - murmuro y su cuerpo tiembla porque se relaja y su cara humedece, llegando a humedecer mi suéter - tranqui bebi - dejo un beso en su mejilla y ella me abraza un poquito más fuerte.
Por unos minutos nos mantenemos asi.
Si era necesario me quedaba toda mí vida.
Pero ella logra calmarse, entonces se separa un poquito.
Limpia con sus manos toda su cara humeda y yo vuelvo a morder mi labio inferior.
— Traje medialunas para que hagas mates. - ella rodea sus ojos y me sonríe a penas.
— No rompas las bolas Mica - largo una risita.
— Bueno hago yo entonces - asiente y se sienta en su sillon de tres cuerpos.
Salgo para su cocina y asi poner agua en la pava y volver donde se encontraba ella.
— ¿Quien te dijo que estaba así? Toda desastrosa.
