Capitulo 20

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Me queda solo un cuarto de camino y voy sola, hace unos metros perdí a los policías en un túnel, la chica no ha dejado ver su auto por ningún lado y según lo que me han informado aparecieron más autos, casi llego pero no sé si quiero hacerlo.

Todos ya están en posición en caso de que apenas llegue tengamos que empezar un enfrentamiento, quizá alguno tenga que entregar la vida y eso me preocupa.

Los chicos no han tenido que ir a cerrar más calles pero eso no me tranquiliza, al contrario me pone alerta.

Algo me dice que esa chica no vino aquí por casualidad, ¿Será que tiene que ver con un amigo Ruso que tengo? Lo más probable es que así es, si hoy se presenta juro que lo acabo, y si no lo hace hoy, no le doy más de una semana de vida, ya me canse de este estúpido juego del gato y del ratón, es hora de que se definan papeles.

Me vuelven a llamar y contesto rápidamente.

-Estas a menos de un kilómetro de llegar, detrás de ti la chica y los autos, apropósito son ocho camionetas, los separa un metro, ten cuidado y manda decir Hanna que debajo de tu asiento hay un arma.

- Bien, ¿Todos preparados?

-Todos.

-Bien, nos vemos allá, voy a tratar de llegar más rápido.

Cuelgo, es hora que la chica quede tan atrás que ni alcance a ver mis luces traseras.

Acelero lo más que el auto me permite y en menos de seis minutos llego, aparco rápidamente cuando empiezo a escuchar disparos a lo lejos, tomo el arma del auto y me bajo.

Que comience el juego.

Las camionetas llegan y comienzan a disparar a todos lados, mire a Mía y a Chad.

-Ustedes encarguense de la chica, la quiero viva, algo me dice que nos servirá más adelante; cuando la tengan váyanse a la casa y vigilen a mi madre – asienten y van a hacer lo que pedí.

Dylan llega a mi lado y me sonríe – Dispara a todo lo que se mueva y no conozcas.

-Yo cumplí con llegar en una pieza, ahora promete que el que va a llegar en una pieza serás tú – le digo aun detrás del auto.

-Lo prometo, pequeña – sonrío y comienzo a ayudar.

Como siempre empiezo por disparar a las llantas de los autos, hasta ahora han caído dos personas del bando contrario y ninguno de nosotros gracias a que no nos tomaron por sorpresa, si no hubiera sido así, el cuento sería distinto.

Le disparo a un chico alto que le estaba apuntando a Mía por la espalda, en un brazo, nunca hay que apuntar a alguien cuando está de espaldas tuyo, es de cobardes, me mira y le disparo en la cabeza, miro a otro chico que me piensa disparar pero no está seguro, mal muy mal, le disparo primero yo, no hay que dudar cuando tengas el arma en la mano y tu objetivo identificado, solo dispara.

Un hombre alto sale por detrás de una camioneta con algo en la mano, no sé qué es, pero identifico rápidamente cuando lo lanza hacia nosotros.

-¡Explosivo! – grito corriendo, al igual que todos, hacia el lado contrario.

Boom, explotó.

La fuerza de esta explosión hizo que algunos autos salieran volando por los aires, empujo a Dylan hacia el lado contrario a donde estaba al ver que un auto casi lo golpea, cuando el auto cae Dylan me agradece con la mirada.

Yo también quiero jugar.

-Cuando todos estén a salvo nos vemos en la casa – Dylan asiente.

Corro hacia mi moto y levanto el asiento.

Granadas.

Tomo dos y corro por medio de los autos que hay por los lados, llego a una parte donde nadie me puede ver, voy a tirar una granada pero siento un metal frío en mi nuca.

-Ni se te ocurra princesa  – el puto Ruso.

¿Cómo pudo arriesgarse así de fácil?

- Eres la estupidez en pasta – tiro la granada y giro rápidamente tomando al ruso por sorpresa haciendo que me disparar en el brazo.

Duele como mil demonios.

Lo empujo rápidamente para atrás, la granada explota, parte algunas camionetas y una puerta impacta contra mi espalda, haciendo que suelte el arma.

Hoy no es mi dia.

Después siento un golpe muy fuerte en mi cabeza para luego escuchar:

-Después de todo la  princesa no va a poder ser coronada.

The Return of the PrincessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora