Capitulo 1

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Estoy con Hanna en mi habitación arreglándonos para irnos de fiesta en unas horas.

Hanna es una chica que conocí aquí en Ibiza, es de nacionalidad Estadounidense también, la conocí junto a su hermano Zed, ella es la menor, pero son muy parecidos, rubios, cuerpo trabajado, ojos claros, altos, lo único es que Zed es gay, pero al momento de pelear es todo lo contrario a delicado y para fingir ser mi pareja es muy bueno, me ha salvado de unas que ni se imaginan.

Estaba terminando de arreglarme cuando suena mi teléfono, veo la pantalla "Mamá", contesto.

-Mamá

-Hola hija ¿Cómo estas?

-¿Qué necesitas?

Escucho un suspiro del otro lado.

- Solo quería avisarte que mañana se van algunas personas de aquí para allá a ver unas cosas ¿Bien?

-Okey

- Te quiero hija adiós...

-Adiós

Cuelgo y descubro a Hanna mirándome y negando lentamente con la cabeza.

-¿Qué?

Ella suspira, me mira, se sienta en la cama y me invita a sentarme.

-Andra...¿Por qué lo haces? - pregunta mirándome seria.

-¿Hacer el qué? - pregunto con el ceño fruncido.

-Ser tan fría con las personas, no creo que antes fueras así o ¿Si? - me mira a los ojos fijamente.

Suspiro, desvío la mirada y varios FlashBacks de mi pasado aparecen en mi mente sin parar, la primera imagen que me aparece es de Dylan y Emma, han pasado meses pero el sentimiento traición están tan presente y fuerte que pareciera que hubiera sido ayer, con tan solo esa imagen vuelvo a ser la misma perra fría sin corazón que me convertí desde ese momento, miro a Hanna y hablo lo mas frío posible.

- A ti no te debe interesar como era antes, estamos en el ahora, soy lo que ves, no preguntes cosas que claramente no tienes el derecho de saber- me levanto de la cama y entro al baño dando un portazo.

Trato de calmarme pero no puedo, la rabia, el rencor, el odio y el dolor que siento es tan grande que no puedo pensar claramente en este momento, me miro al espejo, estoy más delgada de lo normal, mi cuerpo está mas trabajado gracias a que toma como vía de escape a los pensamientos el deporte, mi piel esta mas pálida de lo que recordaba y mis ojos...aquellos pozos grises que alguna vez estuvieron llenos de vida ahora son solo pozos vacíos.

Respire varias veces hasta calmarme y volví a salir, Hanna estaba sentada en la cama con la mirada perdida, al escuchar que salí me mira, se levanta de la cama en un salto y se abalanza sobre mí, me abraza, me tenso de pies a cabeza, ella lo nota y se aleja rápidamente, me mira y veo arrepentimiento en su mirada, vuelve a bajar la vista y habla.

-Discúlpame Andra no era mi intención meterme en tus asuntos - dijo muy bajito.

La antigua Andra la habría abrazado y le hubiera que no pasaba nada... pero ella ya no está.

-Bien - dije y me seguí arreglando para distraerme.

Me hice los últimos retoques de maquillaje y peinado, el ultimo altercado ya estaba olvidado, miro la hora, 8:03 pm, Zed dijo que pasaba por nosotras a las 8:30 pm así que no demora en llegar, nos miramos, Hanna lleva un vestido dorado hasta los muslos, sin tirantes y escote no tan pronunciado, tacones del mismo color, el maquillaje es más liviano que el mío y el cabello recogido hacia un costado en una trenza despeinada, yo llevo un vestido negro que apenas me tapa el trasero, la espalda descubierta y escote pronunciado, Si, parezco una puta pero es lo que menos me importa ahora, unos tacones rojos, llevo mascara de pestañas, labial del mismo color que los tacones, el cabello suelto, ahora de un tipo de color blanco con gris con las raíces negras y ¡Lista!

Bajamos cuando marcan las 8:28 pm, abrimos la puerta principal justo cuando el BMW de Zed frena frente a la casa, se baja, esta muy guapo, unos jeans gastados oscuros, una camisa blanca que marca todos sus músculos y tatuajes, una chaqueta de cuero, su cabello desordenado, todo eso le da un aire de chico malo, nos saludamos y subimos al auto, llegamos al Bar de los chicos, Z&H, si, muy originales, sonrío ante mi pensamiento, bajamos, hay una gran fila de espera, llamamos la atención de todos, pasamos sin hacer fila hasta el interior, vamos a la barra, pido un Martini, hablamos un rato con los chicos, bebiendo, bailando, hablando, voy por mi décimo Martini y aún sigo en pie, buena resistencia, alzo la vista hasta el balcón del segundo piso, ya que llevo toda la noche sintiendo una mirada fija en mí, abro los ojos al ver una silueta muy familiar para mí, parpadeo y vuelvo a mirar, nada, seguro es el alcohol, suena una canción que amo y me voy a la pista, bailo, hasta que siento un aliento cálido en mi nuca, esto hace que me pase una corriente eléctrica por todo el cuerpo, luego una mano grande en mi cintura, su tacto hace que la electricidad se haga más potente, sus labios rozan el lóbulo de mi oído y él susurra.

-Pequeña.

Esa voz, mi voz se pierde al igual que mis pensamientos, mi mente queda en blanco, ejerce presión en mi cintura para que hable.

Encuentro mi voz y susurro.

- Dylan.



The Return of the PrincessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora