The Return of the Princess

Capitulo 24

Silencio y oscuridad es lo único que hay.

Giro levemente mi cabeza y a escasos centímetros está el impacto de la bala que Dylan disparo. 

Cuando el color volvió a mi cara, porque sé que había quedado más pálida que un papel, él me sonrió y me tendió el arma en señal de que la tomará.

Se agacho rápidamente a mi lado – Nunca te haría daño, toma el arma porque la necesitarás, en unos minutos el Ruso, va a entrar para confirmar que te he "matado" – hace comillas en el aire con sus dedos – en ese momento lo voy a golpear y tú vas a salir corriendo, mata a cualquiera que se meta en tu camino, afuera te estará esperando Mía o alguien de nosotros, juro que es verdad, nunca jugaría con algo así – sus ojos son sinceros.

Estoy muy confundida, no sé qué pensar ni que hacer; ¿En qué momento ocurrió todo esto?

Hace unas horas tenía ganas de matar a Dylan, luego creí que iba a terminar con una bala en la cabeza y ahora Dylan aquí, arrodillado al frente mío tendiéndome un arma para que la tomara y escapara.

Mi cabeza va a explotar.

-Sé que estas muy confundida – dice cuando ve que llevo mi mano a mi cabeza - pero te prometo que cuando todo esto acabe te voy a explicar todo esto, solo... has dos cosas – lo miro fijamente – la primera, toma esta arma y vete, la segunda nunca dudes de que te amo ¿Vale?

Lo miro unos segundos y tomo el arma para después hablar.

- Respecto a lo que me pediste – me puse de pie – no voy a huir, yo misma me voy a encargar de que el Ruso no vuelva a ver la luz del sol y segundo, a pesar de que lo dude mucho, muy en el fondo de mi mente y corazón aún existía la esperanza de que así fuera – le sonreí y él soltó un suspiro y me abrazó.

-Qué alivio – susurró - te amo – besó mi mejilla.

Iba a responder pero sonó el golpe que hacia la puerta cuando era abierta rápidamente, nos separamos y volteamos a mirar.

-Vaya, vaya, vaya, pero miren quien sigue respirando – me dice él sonriendo.

Tomo fuertemente el arma y sonrío – Pero mira que nos trajo el rio – comienzo a caminar alrededor de él – basura.

-Por lo que veo Dylan no ha cumplido – dice mirándome de arriba abajo.

-Te equivocas – dice el susodicho – yo cumplí con mi parte, no de tu plan, pero si del mío, - sonríe y me mira – Ayudar a la persona que amo y ayudar a acabar con tu vida.

Más feliz no puedo estar.

-Cobarde – los dos me voltean a ver – tú, mi amigo ruso, ¿Mandar a que Dylan me matara? Aún sabiendo que no me iba a defender, mandaste a hacer el trabajo sucio a otro – me río cínicamente – Dylan vete y mata a todos los que encuentres hasta que no quede nada ni nadie de esta escoria, porque de él – señalo al ruso – me encargo yo.

Veo la duda en sus ojos pero al final asiente y sale.

-Veo que aun sigues siendo la misma – frunzo el ceño.

- ¿A qué te refieres?

Él sonríe – Ay sobrina, ¿En serio crees que todo esto fue solo por mi hija?

Esperen ¿Sobrina?

-Mataste a mi hermano.

Hasta muerto sigues siendo un dolor de culo, John.

-Al ver tu cara me doy cuenta de que no sabias, ¿Nunca te intereso saber de donde era la familia de tu padre?

-Pues mira que no, nunca me interesé por el origen de una familia que pretendía ser perfecta ante una sociedad denigrante.

Nunca me lo hubiera imaginado, nunca le escuche algún acento ruso a John, solo una vez hable con mis abuelos paternos y eran horribles, solo sabía que eran ricos, definitivamente eran el prototipo de viejos amargados y pijos, apariencias y apariencias, nada más, ni hablar de cómo se trataban entre ellos cuando alguien que no fuera de su familia estaba presente, fue la primera y última vez que hable con algún familiar por parte de John.

-Tus abuelos murieron hace años – también lo sabía, mi abuela de un infarto y mi abuelo de cáncer – solo éramos dos y tu mataste a las únicas personas de mi familia que me quedaban.

- Ay pobre – me burlo – tu mataste a mis dos hermanos menores, a tus dos sobrinos –me voy acercando - ¿Te importó?

-Ni un poco, lo mejor fue enterarme de que el trabajo estaba completo – sonrió.

-¿Sabes qué es lo mejor de hacer tu el trabajo sucio? – me mira atentamente aún con la sonrisa estúpida en su cara – Ver el miedo en sus ojos, saber que depende de ti su vida- lo miro atentamente -, puedes acabar con su vida en menos de un segundo, que te supliquen piedad es lo más placentero que hay, que lloren y griten, pero lo que más me gusta – su sonrisa desapareció completamente – Es, después de haber disparado, ver como su vida se les va, toda su vitalidad desaparece y ver su sangre correr, justo como lo hice con tu hija y tu hermano – acerco mi cara a la suya – no sabes cuánto disfrute haberles robado hasta su último suspiro de vida, es una dicha que ni tu, me podrás quitar.