Creo que mi día no puede ser peor. La desesperación se apodera completamente de mi, no puedo soportar estar así por mas tiempo, necesito salir, respirar aire fresco, ejercitar los músculos, si tengo que estar otra semana mas así creo que moriré de aburrimiento.
Estoy tumbada en el sofá de mi casa viendo una maratón por Netflix de "the vampire diaries", llevo mas de 10 horas haciéndolo y siento que mi cabeza no da para mas, si veo mas vampiros y dramas mi cabeza estallará. Se que no debo salir, pero en verdad quedarme en casa nunca ha sido mi fuerte, bueno cuando mi hermano esta en casa no es ningún problema, pero cuando se va a clases siento que la casa cae sobre mi, me siento ahogada y sola, sobre todo sola.
Se que no debo salir de casa, pero necesito al menos ir a sentarme al parque a ver los niños correr. Decido agarrar las muletas e intentar caminar, no se porque se me da tan mal andar en muletas, lo he intentado todos los días con mi hermano a mi lado pero soy un fracaso. El problema es que me desespero y quiero correr lo cual hace que me olvide de mi fractura y apoye el pie, por esta razón mi hermano llego a la conclusión que no debo moverme el sofá, pero él no sabe que yo soy bastante terca y cuando se me mete una idea en la cabeza no hay quien la saque.
Salí del baño con una cola de caballo y una falda que llegaba a mitad del muslo, con la pierna en este estado me es muy incomodo usar vaqueros. Cuando por fin abro la puerta para irme me encuentro a Drake parado justo en la entrada.
—Iba a tocar el timbre.— dice a la defensiva.
—Yo me dirigía al parque.—dije con los ojos abiertos como platos aun por la sorpresa de verlo aquí.
—¿Puedes salir en ese estado?.— preguntó señalándome con la mirada mi desastrosa pierna.
—Estoy a punto de averiguarlo.— respondí orgullosa.
—Eso no va a pasar, déjame llevarte a un sitio, no acepto un no por respuesta.
La verdad acepte encantada el salir con él, me sentía muy agobiada con todo lo que me ha pasado y no ha podido llegar en el mejor momento, necesitaba salir de esas cuatro paredes.
Cuando subí en su coche los dos nos quedamos en silencio. Eran esos tipos de silencios que te hacen querer buscar en lo mas recóndito de tu cerebro un tema de conversación.
—Oye... y ¿tienes novia?.—Joder, entre todas las preguntas del mundo tuve que preguntar eso, ahora pensará que estoy interesada en él.—Digo, hoy en día casi todo mundo a tu edad están comprometidos.- joder ahora pensará que le quise decir viejo. ¿Es que no puedo cerrar mi boca?
—No, a mi edad no tengo novia, estoy soltero.—dice mientras hace unos pucheros, al menos no le molesto la pregunta. Después de una pausa añade— Pero hace unos años estaba casado.- lo sabia, otro típico hombre que no valora su matrimonio y lo echa todo a perder.
—Que sorpresa.— digo casi para mis adentros.
—¿Disculpa?.—me mira directamente.— ¿A que se debe tu sarcasmo?
—Solo pienso que hoy en día ningún matrimonio dura, siempre hay uno de los dos lados que no esta 100% comprometido, en gran parte de los casos es el hombre que no le da el lugar a su mujer y le falta el respeto, esto hace que la mayoría de parejas se divorcien después o antes de 5 años de casados.— hablar de esto siempre me pone de los nervios.
—Te equivocas, hay unos ciertos casos donde el hombre y la mujer se aman con todo el alma pero no pueden estar juntos.
—Pues no entiendo como puede pasar eso, si se ama a alguien haces lo que sea por estar con ella, no hay peros en el amor.
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DESORDENAME LA MENTE
RomanceUna doble historia que conecta la vida de dos hermanos y sus problemas cotidianos. Sus líos amorosos y dramas te harán perder... . . . . >>Entra en la historia para leer la sinopsis completa<<