Es viernes y el cuerpo lo sabe.
He ido al supermercado para comprar los ingredientes y realizar mis deliciosos y famosos espaguetis carbonara, bueno al menos eso dice Jeremy y mi hermana.
He invitado a Heily a casa para que almorcemos juntos, luego iremos a hacer lo que tengo planeado para ella el día de hoy.
Mi hermana no se encuentra en casa, ha salido anoche con su amiga de fiesta y aun no ha regresado a casa, lo bueno es que me envió un mensaje diciéndome que estaba en casa de un amigo y que llegaría luego. Por otro lado, su amiga llego en la madrugada, cogió algo de ropa y se fue, no se donde ha ido pero dijo que volvería mas rato
Suena el timbre de la casa y para mi alegría es Heily, ha llegado un poco mas temprano con la escusa de querer ayudar a mi hermana en la cocina. Al decirle que era yo el que cocinaría se sorprendió, casi parecía que no se lo podía creer, pero muy rápido paso del asombro al horror.
—¿Me vas a envenenar?—pregunta con horror en sus ojos.
—Aun no, necesito subir mis notas ¿recuerda?— La tomo del brazo para que entre—ven vamos a la cocina.
—Ok, entonces por ahora puedo estar tranquila—dice refiriéndose a lo de envenenarla.
Heily se asombra al ver la facilidad que tengo de cocinar, podría decir que esta encantada. Ella se encuentra sentada detrás mío en la mesa. Me cabrea darle la espalda y no poder verla. Le pido que se acerque a mi, lo cual hace, cuando esta a mi lado me mira a mi y luego a lo que estoy revolviendo.
—Tiene muy buena pinta Luis, me sorprendes bastante.
—Hay mucho que no sabes de mi Heily Reyes—me acerco a ella lentamente, luego me inclino un poco y la agarro por las caderas, ella se tensa totalmente.
—Que hac...—antes de que pueda terminar lo que iba a decir, la levanto del suelo, ella coloca sus brazos en mis hombros para no perder el equilibrio—¡Luis!—exclama, mientras la coloco encima del mesón de la cocina.
—Tranquila, es solo que detesto darte la espalda. Así puedo verte la cara mientras cocino—digo para tranquilizarla, estaba tensa y roja como un tomate. No se por que, pero su expresión me causa ternura. Heily es muy linda—¿pensaste que te iba a hacer algo?
—No es eso, es solo que...—se calla un momento para recuperar el aliento.—No hagas cosas así tan de repente.
—Ok tranquila—digo mientras le pongo en frente una cuchara con un poco de pasta.—Dime que tal esta.—ella me mira y se sonroja, luego abre la boca para probar los carbonara. Sus ojos brillaron cuando comió
—Delicioso.
Cuando terminamos la cena salimos a caminar un rato, lleve a Heily a la cancha de futbol y le propuse jugar un partido para ejercitarnos un poco. La pobre no sabia ni patear bien el balón, me agarraba de la camisa para alejarme de el, pero ni siquiera así lograba quitármelo. Cuando se sintió agotada se tiro al suelo para poder retomar el aire. Yo me siento al lado de ella y la observo. Roberta nunca hizo cosas así conmigo, no le gustaba sudar, decía que se veía fea sudando.
Heily estaba roja como un tomate y sudaba en la frente, pero aun así estaba hermosa.
—Heres hermosa ¿lo sabias?—Heily me mira un poco desconcertada y luego sonríe.
—¿Qué es la fotosíntesis?—pregunta. Ahora soy yo el desconcertado—Es un examen sorpresa—esta mujer esta mas loca que una cabra.
—La fotosíntesis es el proceso de elaboración de los alimentos por parte de las plantas. Los árboles y las plantas usan la fotosíntesis para alimentarse, crecer y desarrollarse.—digo casi recitando lo que ella me dijo.
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DESORDENAME LA MENTE
RomanceUna doble historia que conecta la vida de dos hermanos y sus problemas cotidianos. Sus líos amorosos y dramas te harán perder... . . . . >>Entra en la historia para leer la sinopsis completa<<