DESORDENAME LA MENTE

CAPÍTULO 10. TERRIBLE SUCESO.

Estoy sola. Veo arboles por todos lados, por mas de que corra solo veo arboles, al parecer estoy en un bosque enorme. Logro ver una figura de una mujer que se esconde detrás de dos arboles; es mi madre, esta llorando mientras dice mi nombre, pero cuando intento acercarme un ruido estremecedor me interrumpe. Solo entonces logro abrir los ojos para tomar mi teléfono y ver la llamada entrante de Karol. Joder, son la cinco de la mañana.

-Mas te vale que sea bueno o puedes considerarte muerta.-uso mi tono mas amenazante posible.

-Si me vas a responder así de borde, no te daré la noticia que te iba a dar.-responde con indignación.

-A ver querida amiga, ¿Qué es tan importante que no puede esperar al menos hasta las 8am?.-digo mas calmada.

-¿Qué te parecería que tu mejor amiga se fuera a vivir a Tenerife?

-¿Es una broma?-pregunto arrugando la frente.

-No, no lo es, he comprado ya el billete de avión.-cuando dijo esto mis ojos se abrieron como platos. Todo el sueño que tenia desapareció con esas palabras.

-Karol, si es una broma, te mato.

-No lo es, voy a estudiar nutrición y desarrollo humano en la universidad de La Laguna.

-Eso es genial Karol, ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Por qué Tenerife? ¿No adorabas Paris? ¿Qué pasara con Eduardo, tu novio?- No se si todas estas preguntas la desconcertaron, pero pasaron varios segundos y no respondía-¿Sigues ahí?.

-Todo me salió mal-suspira profundamente-No quería decírtelo, pero he pasado una semana fatal.

Karol es una muy buena chica, siempre ayuda a los demás y es muy noble, pero le falta malicia. Confía muy fácilmente en las "buenas intenciones" de las demás personas, lo cual la ha llevado a pasar por muchas desilusiones.

Después de esperar que Karol se calmara empezó a contarme el porque de su semana difícil. Hace poco tiempo había empezado a salir con un chico, su nombre es Eduardo, yo lo conocí cuando vivía en Paris. Todo parecía ir de maravilla, Karol se sentía muy a gusto, él estaba muy pendiente de ella y parecía que la quería, el único problema era que este chico no sabia lo que quería en su vida, estaba desempleado, viviendo de la ayuda del gobierno y le pedía a veces dinero a Karol, dinero que nunca le devolvía.

Mi amiga me contaba por teléfono con largos suspiros y sollozos ahogados para evitar llorar. El muy mal nacido se la jugo feo. Al parecer llego un día llorando a casa de Karol y le pidió que lo dejara quedarse una semana en su casa y que después se iría a donde un familiar, Karol no estaba muy segura si permitirlo ya que no llevaban mucho juntos, pero al ver su cara de desesperación no pudo decirle que no. Parece un gesto noble y obviamente a ella le dio satisfacción saber que ayudaba a su chico al que quería mucho, pero todo se derrumba, ¡todo!, al tercer día de estar juntos Karol llego a casa de trabajar y no encontró nada, y al decir nada me refiero a que su casa estaba bacía, sin muebles, sin sus joyas ni sus electrodomésticos, mismo sus prendas de marca habían desaparecido, apenas si le dejo parte de su ropa, y claramente Eduardo también había desaparecido. Se fue y no le bastó con lastimarla y romperle el corazón, también la despojo de todo aquello por lo que alguna ves trabajo y ahorro para obtener. En ese momento a mi amiga se le hizo un hueco en su pecho y no paro de llorar por días. Me relata lo horrible que se sintió con ella misma, lo desesperada y agobiada que estaba, todo se le vino encima y ella no hacia si no pensar que había echo para merecer eso en su vida, estaba destrozada por dentro.

Me siento muy mal por no poder estar con ella en estos momentos, solo lloré mientras escuchaba lo que le había pasado. Quiero tanto a esa mujer que lo que le hacen a ella me duele a mi, es como una puñalada en el pecho, y mas cuando se que no puedo hacer nada, solo escuchar. Lo único que me reconforta es el saber que se levanto ayer con los ánimos puestos y decidió que necesitaba un cambio de aires, así que busco por internet la carrera que siempre quiso hacer y vio que en Tenerife la había, no lo pensó dos veces e hizo la inscripción, tanto a ella como a mi nos iba a sentar muy bien la compañía y el apoyo de la otra, asi que le ofrecí quedarse un tiempo en mi casa mientras ahorraba para recuperar un poco sus cosas, la idea le encanto.