Hoy es mi primer día de clases con Heily. He hecho una lista mental de cosas que no debo hacer para cabrearla; numero uno, no sacar el tema de Jonay, numero dos, prestar mucha atención a lo que me dice para luego no hacerla cabrear con preguntas estúpidas, y numero tres, evitar tocarla o acariciarla para que no se ponga incomoda. A ver Luis si eres capas de seguir estas tres simple reglas no echaras a perder tu amistad con Heily (me digo a mi mismo). No se por que es tan difícil ser su amigo.
Cuando llego a casa de Heily me pierdo en los detalles de su casa, al parecer a su padre y a ella les gusta mucho lo artesanal, cada cosa y adorno parece único, pero lo que mas me llama la atención es ver a Heily tan natural y tan casual con un chándal y una blusa blanca de tirantes, simplemente hermosa.
He prestado atención a cada cosa que me ha dicho, la verdad es muy buena enseñando, no me cabe la menor duda que todo lo que hace, lo hace con entusiasmo, solo hay que verla, me explica, me muestra imágenes y me da ejemplos. Una tutora espectacular. Cuando terminamos la clase de hoy le obsequio un peluche pequeño que compre en la tienda antes de venir aquí. Nueva mente le agradezco por todo.
—Heily—llamo su atención.— No se que haría sin ti, me has salvado la vida.
—Agradéceme cuando suban tus notas.—dice sin apartar la mirada del muñeco. al parecer le ha gustado.—Gracias por el gatito (refiriéndose al peluche), me encanta, pero sabes, a tu novia le molestaría que dieras regalos a otras chicas.
—No tiene por que saberlo—esbozo una gran sonrisa cómplice que hace que Heily ponga los ojos en blanco y empiece a recoger sus cosas muy rápido.—¿Qué pasa?¿Ahora que hice?—dije desconcertado.
—Nada, es solo que detesto eso de ti.—dice sin dejar de guardar los libros.
—¿Detestas que?
—Tu actitud. Déjame preguntarte algo, ¿Alguna ves has respetado a una chica?—me mira directamente a los ojos como si me desafiara con esa pregunta.
—Claro que...
—Además de tu hermana—me interrumpe. Quiero decir que a ella también la respeto, pero prefiero guardármelo.
—¿Por que crees que no respeto a las chicas?.
—Te acuestas con ellas y luego te vas sin mas.—Levanta una ceja y posa su mano en la cintura. Me esta reprochando.
—Te dejare algo claro, yo nunca me he acostado con una chica son dejarle las cosas claras, siempre les digo lo que busco; sexo sin compromisos, ellas aceptan encantadas, después vienen a llorar y hacerse las victimas diciendo que me quieren cuando desde un principio siempre han sabido lo que hay, nunca les he dado mas que eso, sexo.—Heily parece asqueada con mi respuesta.
—¿Y Roberta?
—A ella la quiero, pero por apariencias, todo mundo dice que nos vemos bien juntos y que somos una pareja de revista, además ella me quiere por lo mismo que yo; buen sexo.
—¿Cómo sabes eso?¿ella te lo dijo?. A mi parecer tu eres el único que piensa de esa manera cuando ella te quiere de verdad. Solo le haces perder el tiempo. Eres egoísta e inmaduro, intenta pensar un poco en las demás personas.
—No Heily. Crees que lo sabes todo, pero no es así, tu puedes ser muy inteligente, pero apuesto a que no sabes diferenciar entre una mirada de amor y una de deseo. Hay cosas que no están escritas en un libro, que tienes que vivirlas, o si no, no podrás interpretarlas nunca en tu vida. Yo se cuando una mujer me mira con deseo y cuando con amor, y hasta ahora a parte de mi hermana y mi madre nunca una mujer me ha visto con ojos de verdadero amor. Pero si lo que te molesta es que yo me acueste con muchas chicas déjame apostarte algo.—Heily me mira molesta y luego desconcertada.
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DESORDENAME LA MENTE
RomanceUna doble historia que conecta la vida de dos hermanos y sus problemas cotidianos. Sus líos amorosos y dramas te harán perder... . . . . >>Entra en la historia para leer la sinopsis completa<<