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Y aquí estábamos otra vez, sin pensar en nada simplemente disfrutando nuestro momento, hasta que...

Oímos la puerta del apartamento abrirse, de inmediato supimos que era Carlos, debido a que era el único que tenía llaves del apartamento y no tenía que forzar ni tocar la puerta para entrar. Nuestro momento de pasión se paró enseguida y ambos nos quedamos unos segundos pensando que rayos haríamos, yo solo me levante me puse la bata nuevamente, me salí lo más rápido que pude de la habitación de Javier, entre a la mía rogando por que Carlos no me viera.

En realidad no sé si Carlos sepa algo de esta extraña relación que hay entre Javier y yo, pero tampoco me apetece saberlo ni dar explicaciones de ello. Porque en realidad, ni yo misma se lo que hay entre nosotros.

Me metí a la regadera y me di un pequeño baño tratando de relajarme y despejar mi mente de esos pensamientos que están apareciendo en mi mente sobre lo que pasaba entre Javier y yo.

Al terminar de bañarme, me puse ropa cómoda y salí hacia el comedor del apartamento y ahí estaba Carlos, el dulce y hermoso Carlos, acomodando las últimas cosas en la despensa.

-¡Oh, Hola Mar! Al fin sales de tu escondite pequeña duendecilla- se acercó a mí y me dio un beso en la frente, seguido de un guiño

-Sí, tenía ganas de conocer el mundo de ustedes los humanos- le respondí picándole el estomago

-Jajá si eso supuse, en especial el de un humano ¿no es así Mar?

-¿Que? ¿De qué hablas Carlos?

-Esa bata que tenías puesta al salir de la habitación de mi hermano aun que era de él no te quedaba mal pequeña duendecilla.

Note como de inmediato mis mejillas se ponían coloradas. ¡Carlos me vio! Obviamente, no sé cómo se me ocurrió que viviendo en un apartamento no me vería salir de la habitación de Javier.

-Carlos... lo que viste...

En ese preciso momento salió el susodicho de su habitación, luciendo un lindo traje, Carlos solo me miro y puso una sonrisa de lado y rio de forma sarcástica.

-Buenos días señor emperador, al parecer tú y la duendecilla duerme hasta muy tarde- dijo Carlos con un tono un poco sarcástico

-Bueno hermano la duendecilla y yo teníamos sueño, además a ti te tocaban las compras esta semana, no te quejes, la próxima semana podrás dormir hasta tarde como nosotros.

-Si claro, me encantaría dormir como la duendecilla y tú duermen jajá

Javier parecía no percatarse de la situación tan extraña e incómoda que sucedía, y Carlos solo me miraba burlón.

-Ya pues, vino mama hace un rato y pidió que fuéramos a casa a pasar un momento con ella y al parecer quiere hablar con nosotros sobre algo..

-¿Mama vino?- Carlos me miro asombrado y me imagino lo que pensaba "¿como rayos vino mama y no los encontró en la cama?"

-Es lo que acabo de decir genio, mama vino, dijo que fuéramos a casa y que quiere hablar con nosotros- enserio Javier no notaba ni un poco lo que estaba sucediendo

-Solo confirmaba- Carlos me miro por última vez y se dirigió a su habitación.

Javier, no entendía lo que pasaba. Generalmente su hermano es el chico más agradable y bello cuando hablas con él, pero esta vez sonaba sarcástico al 100%

-¿Sabes que es lo que le pasa a este?- me dijo Javier tomando una manzana del refrigerador

-No, no lo sé ¿Ya te vas a trabajar?

-Así es pequeña, volveré antes para ir con mama- Javier me miro a los ojos- oye... respecto a lo de hace rato...

-No pasa nada Javier, no hay nada de qué hablar.

Me fui a mi habitación sin decir más y dejándolo ahí solo con su manzana en mano. Al poco rato pude oír cuando ya había salido del apartamento.

Estando en mi habitación, no podía dejar de pensar en Carlos y en las cosas que quizá esté pensando. ¿Debería ir a hablar con él? ¿Pero qué le voy a decir? Ni yo misma sé que rayos pasa, ¿cómo explicar algo que ni siquiera sabes cómo explicar? o tan siquiera... ¿cómo comenzó? Mi cabeza está hecha un lio en estos momentos, ¿Que siento verdaderamente por Javier? ¿Y por qué me afecta tanto lo que esté pensando Carlos en este momento? Sinceramente no sé por qué rayos el día de hoy me siento extraña... será mejor que duerma un rato y me relaje para ir a casa de mama. Quizá la almohada me de las respuestas que busco.


continuara... esperemos que pronto jaja

Esto no es Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora